Finetwork se queda sin tiempo para migrar su red y firmar un acuerdo alternativo a Vodafone
Desde la operadora de telecomunicaciones se indica a THE OBJECTIVE que «la decisión final sigue sin estar tomada»
Óscar Vilda, consejero delegado de Finetwork. | Agencias.
Finetwork está al límite. La operadora de telecomunicaciones sigue sin firmar su nuevo acuerdo de uso de red mayorista cuando falta poco más de un mes para que expire su actual pacto con Vodafone, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE. El problema es que se queda sin tiempo para cambiar de proveedor ya que con cada día que pasa se hace más difícil realizar una migración a otra infraestructura, aumentando los costes operativos y el riesgo de perder clientes.
Desde Finetwork indican a este diario que «la decisión final sigue sin estar tomada», por lo que siguen abiertas todas las posibilidades. No obstante, fuentes conocedoras de estos procesos consultadas por este diario indican que con estos plazos la migración se hace prácticamente imposible. El 1 de abril expira el pacto con Vodafone y a partir de esa fecha los alicantinos deberán tener un nuevo proveedor si es que deciden no seguir en su actual red, aunque para ello necesitan un tiempo mínimo para mudar a sus 300.000 clientes.
La operadora alicantina lleva deshojando la margarita desde que en mayo del año pasado asumiera la dirección de la compañía Óscar Vilda. Ya anunció públicamente antes del verano que estaba negociando con Telefónica y Orange, aunque con Vodafone como prioridad y en noviembre se paralizó una renovación que se daba como hecha con los británicos al conocerse la compra de Vodafone España por parte de Zegona por 5.000 millones de euros.
Clientes de Finetwork
Desde esta fecha, Finetwork sostiene que está en conversaciones con las tres principales operadoras para buscar acuerdos globales o puntuales y aunque dijo en un primer momento que todo estaría resuelto en diciembre y luego que se firmaría en enero, todo sigue abierto a punto de finalizar febrero. En Vodafone no hacen comentarios sobre las negociaciones y en el resto de operadoras reconocen que se les ha ofrecido el contrato, pero también se remiten al secreto de este tipo de conversaciones.
Sin embargo, la realidad se impone e indica que mientras más se acerque el plazo para que expire el contrato con Vodafone más difícil será migrar a otra red alternativa. Los inconvenientes técnicos y el coste de migración se encarece si se tiene menos tiempo para realizar el proceso, por lo que mover 300.000 clientes de fibra óptica con un margen de menos de un mes es técnicamente imposible, reconocen fuentes del sector.
Por otro lado, nos encontramos con el riesgo de pérdida de clientes. Para migrar accesos de fibra óptica se debe acudir a los domicilios y comunicar al cliente las nuevas condiciones, proceso en el que se abre la puerta para que los afectados puedan abandonar su operadora e irse a la competencia. Un peligro que aumenta si estos movimientos se hacen con menos tiempo y con un margen inferior a un mes.
Venta de la red fija
El objetivo de Finetwork es obtener mejores condiciones y una red más amplia que pueda soportar sus expectativas de crecimiento con las que esperan llegar a unos 15 millones de hogares de fibra óptica en 2024 (equivalente a la actual red de Orange) y 20 millones en 2025, además de incorporar la tecnología 5G en sus redes. La operadora alicantina cifra en 700 millones el valor del nuevo contrato, equivalente al alquiler que tendrán que pagar en este periodo a su nuevo socio, el que sumaría este montante a sus resultados operativos brutos (Ebitda).
La red de fibra óptica de Vodafone es de tres millones de hogares por lo que para completar la cobertura que busca Finetwork debería firmar pactos con las otras dos operadoras. En este sentido, todo parece indicar que tendrá que renovar su contrato con los británicos al menos para sus actuales 300.000 clientes y así ganaría tiempo para cerrar pactos con otras compañías en relación a futuros despliegues.
El contrato mayorista no es el único movimiento que Finetwork debe resolver. Desde diciembre la compañía está cerca de cerrar la venta de su red fija -90.000 unidades inmobiliarias localizadas en la zona de Alicante y Toledo- en 20 millones de euros y de firmar un nuevo crédito bancario por hasta 70 millones. Dos últimas operaciones estarían aparentemente cerradas, pero a la espera de una firma que todavía no se produce.
