España pagará 44.000 millones en intereses por la deuda pública en 2026, un 25% más
Las administraciones elevarán en 9.000 millones el coste en tres años pese a la prevista bajada de tipos
La subida de los tipos por parte del BCE está conllevando una elevada factura para las arcas públicas. Solo en intereses, el Estado y el resto de administraciones tendrán que asumir un coste por la deuda de 44.000 millones de euros en 2026, un 25,7% más que en 2023. Este importe equivale a casi cuatro meses del gasto para sufragar las pensiones.
Esta es una de las conclusiones a las que llega Caixabank Research en un informe reciente sobre las emisiones del Tesoro para este año, al que ha accedido THE OBJECTIVE. En el documento, la casa de análisis del banco estima en 35.000 millones de euros la factura en intereses para las instituciones públicas el pasado año, es decir, un 2,5% del PIB.
Pero advierte que alcanzará dentro de tres ejercicios el 2,6% y subirá en 9.000 millones para entonces, a pesar de que el endurecimiento monetario se vaya deshaciendo por la previsible rebaja del precio oficial del dinero. «Los costes de la deuda aún serán superiores a los de los años de tipos ultrabajos, de modo que se producirá un aumento paulatino de los mismos de la deuda».
Ante este escenario, Caixabank Research ve oportuno y «clave» que el Gobierno y el resto de ejecutivos de las administraciones públicas diseñen una estrategia de consolidación fiscal, gradual pero sostenida en el tiempo, y que se ajuste a las nuevas reglas aprobadas por la UE, teniendo en cuenta la elevada deuda asumida.
Los últimos datos, de cierre de 2023, indican que el conjunto del erario suma unos compromisos de 1,574 billones de euros. Esto representa el 107,7% del Producto Interior Bruto (PIB) y un 4,8% más que en diciembre de 2022 en términos absolutos. En total, España debe casi 72.000 millones más en 12 meses.
Para 2024 los cálculos de Caixabank prevén a que el coste medio del conjunto de la deuda repunte de forma muy moderada, gracias al vencimiento de deuda emitida hace años a tipos superiores a los actuales y a la larga duración media. De esta forma, sostiene que «el pago de intereses, teniendo en cuenta las expectativas actuales de los mercados que esperan una caída de los tasas algo mayor que hace unos meses, se podría situar en el 2,5% del PIB, un nivel similar al de 2023. Un porcentaje que, añade el informe, será muy inferior al de hace una década, ya que en 2014, alcanzaba el 3,5%.
En 2023, tras el giro de la política monetaria, los intereses de la financiación media de las nuevas emisiones (incluidas las letras) repuntaron hasta el 3,44%, desde el 1,35% de 2022 y del terreno negativo en el que se encontraban en 2021 (-0,04%). Pese a ello, el servicio de estudios de Caixabank explica que el coste medio del conjunto de la deuda se ha encarecido en menor medida, hasta el 2,1%, al optar el Tesoro por una colocación con tramos más largos, incrementando así el vencimiento hasta los 7,8 años.
La estrategia del Tesoro para el presente ejercicio, publicada a mediados de enero, recoge una emisión neta prevista de 55.000 millones de euros, que será cubierta íntegramente mediante instrumentos de medio y largo plazo. Es una cantidad elevada según Caixabank Research, aunque inferior a los 65.000 millones de 2023. Por su parte, la emisión bruta, que incluye las amortizaciones previstas, se elevará a 173.118 millones de euros, ligeramente superior a los 167.500 millones del pasado año.
Pese a esta ingente cantidad y la menor adquisición por parte del BCE, los analistas de la entidad consideran que el Estado podrá cumplir con sus objetivos y podrá colocar todos estos bonos y obligaciones en su totalidad. El organismo comunitario realizó ventas netas de deuda soberana de 15.000 millones y reinvirtió amortizaciones por valor de 36.000 millones. Para los próximos meses estiman que la institución monetaria se deshará de otros 38.000 millones y reinvertirá unos 47.000 millones. Por tanto, las operaciones brutas del BCE serán en 2024, 12.000 millones inferiores a las de 2023, es decir, un 0,8% del PIB.
Los mayores tipos de interés respecto al periodo de tasas negativas (2016-2022), a juicio de Caixabank Research, deberían aumentar el atractivo de estos activos para los inversores privados, sean domésticos o extranjeros, y facilitar la absorción de las necesidades de financiación de España, una tendencia que ya se ha observado en 2023.
Así, considera que «las tenencias de la deuda española muestran una buena diversificación de la base inversora». Los no residentes mostraron su confianza ampliando sus desembolsos (excluidas las letras) en 65.000 millones de euros respecto al cierre de 2022, muy por encima del promedio histórico 2003-2021 (16.400 millones). De esta manera, su peso sobre el total de la deuda (incluidas las letras, que suponen apenas el 5% de la cartera) ha subido al 41%, frente al 40% de finales de 2022, y ha tenido una especial participación en las emisiones sindicadas de 2023.