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El crédito de la banca a las familias ya cae más que la financiación a las empresas

El volumen de préstamos a los particulares bajó en enero un 1,8%, frente al 1,6% que registró el saldo a las compañías

El crédito de la banca a las familias ya cae más que la financiación a las empresas

Sede del Banco de España | Europa Press

El crédito de la banca a las familias ya cae más que el destinado a las empresas. En los dos años, los préstamos a los hogares habían evolucionado mucho mejor en un contexto de subida abrupta de los tipos de interés por parte del BCE y, por tanto, de un encarecimiento generalizada y de amortizaciones anticipadas abultadas. En ambos casos el comportamiento sigue siendo negativo.

En enero el saldo del crédito a los particulares, que incluyen hipotecas y operaciones para consumo, bajó un 1,8% interanual, un porcentaje ligeramente superior al registrado en el volumen que tenían concedido a las empresas los bancos, que era del 1,6%, según los datos recabados por THE OBJECTIVE en el Banco de España.

Hay que que tener en cuenta que poco a poco los préstamos en su conjunto fueron avanzando en su descenso a lo largo de todo 2023 como consecuencia del impulso del euríbor y sus efectos. En enero del ejercicio pasado el crédito a los hogares aún, incluso, mantenían incrementos. En noviembre, los retrocesos alcanzaban en las empresas un 3,5% y en octubre en las familias, un 2,2%.

Estas caídas indican que el negocio principal de la banca sigue deprimida, aunque en el segmento de las corporaciones la tendencia es más favorable, ya que está presentando una tímida reactivación. Y el sector anticipa que la situación va a continuar así durante los primeros trimestres de 2024. No obstante, esperan que a finales del presente ejercicio haya ya una recuperación sino completa, casi, debido a las mejores condiciones por la esperada bajada de los tipos oficiales a partir de junio.

Un factor determinante en las disminuciones del crédito es la baja demanda existente por los elevados costes, que no está siendo suficiente para contrarrestar los importes de amortizaciones tanto ordinarias como anticipadas que se está produciendo.

Las peticiones de préstamos no está remontando en contra de lo que sucede en buena parte del resto de Europa, donde ha empezado a crecer tras el parón de los dos últimos años. La última encuesta del BCE realizada a los bancos pone de manifiesto que en nuestro país el flujo de demanda de crédito por parte de empresas y familias se mantiene estancado o en descenso, mientras que en el conjunto del Viejo Continente da ya señales de recuperación.

El sector español, de acuerdo a esta encuesta, prevé que «en el primer trimestre de este ejercicio la demanda se contraerá, con una reducción generaliza de las solicitudes, con una intensidad similar o algo mayor que la registrada entre octubre y diciembre de 2023».

La menor demanda obedece también en parte a las exigencias que las entidades establecen para aprobar las operaciones de crédito, que han experimentado un aumento desde que el BCE inició la política monetaria restrictiva. Los requisitos no solo tienen cuenta el precio, que se ha disparado por la nueva coyuntura de los tipos, sino con otras medidas, como garantías de pago, niveles de renta y de endeudamiento, etc.

En hipotecas, por ejemplo, la banca limitó el año pasado las operaciones de mayor riesgoaquellas que requieren un ahorro menor al 20% del valor de la tasación (LTV), es decir, el dinero que se necesita para poder firmar. Los datos más recientes apunta a que solo el 7% de las contrataciones tienen estas características.

Desde hace unos meses, eso sí, los bancos han relajado los precios que reclaman para dinamizar lo máximo posible la concesión de crédito para la adquisición de pisos. Y ha centrado esta estrategia en las hipotecas fijas. Además, de mantenerse la tendencia bajista del euríbor a medio plazo, las tasas de las nuevas operaciones descenderán aún más, ya que los bancos buscan que la demanda se recupere cuanto antes.

Por el momento, el euríbor ha frenado su descenso después de que los mensajes del BCE hayan calado entre los inversores y las entidades. El organismo monetario ha dejado claro que no será hasta al menos el verano cuando lleve a cabo el primer movimiento a la baja del precio del dinero, dando al traste los pronósticos de un recorte este marzo o abril. Con ello en febrero el indicador ha cerrado en una media del 3,67%, subiendo así por primera vez desde octubre.

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