España tiene la segunda tasa de empleo más baja entre los titulados superiores de la UE
Nuestro país también presenta más parados de larga duración y mayor tasa de temporalidad
Los beneficios de la educación para conseguir un empleo están más que demostrados e incluso hay evidencias de que cada año de formación repercute en un salario más alto en el futuro. Sin embargo, este impacto positivo, existiendo sin duda, es menor en España que en los países de nuestro entorno.
Es lo que constata el último informe de la Fundación CYD (Conocimiento Y Desarrollo). El documento deja claro que, efectivamente, cuanto mayor es el nivel de estudios mejores sueldos se perciben: en 2021 la renta disponible neta de los graduados superiores españoles —es decir, aquellos con un título universitario o una Formación Profesional de Grado Superior— fue un 64,1% más elevada que la de aquellos con formación obligatoria o inferior, y un 34,8% mayor que la de los titulados con el Bachillerato o una FP media o básica.
El informe también apunta a que, en la medida en que se obtienen estudios más avanzados, mejoran las tasas de actividad y de empleo, y baja la tasa de paro. Pero España aparece situada en el penúltimo lugar de toda la Unión Europea en la relación entre una mayor formación y unos mejores índices laborales. En concreto, los graduados superiores españoles registraron en 2022 la segunda tasa de empleo más baja de la UE, con un 83% de ocupados (por los 87,4% de la media de los Veintisiete, más de cuatro superior a la cifra de nuestro país). Además, España presentó también la segunda tasa de paro más elevada entre los titulados superiores, con el 7,1% (más del doble de la media de la UE, del 3,5%).
Pero la brecha no se queda ahí. Otros de los beneficios de un mayor nivel de estudios están en la mayor estabilidad del empleo futuro y en un menor paro de larga duración. Pues, si bien esos indicadores también mejoran en España a medida que aumenta el nivel de formación, están lejos de progresar al ritmo de la Unión Europea. Así, si se comparan los datos de los graduados superiores españoles con los de sus homólogos europeos, en 2022, el porcentaje de parados de larga duración fue casi cuatro puntos mayor en nuestro país (33,7% frente a 37,4%), mientras que la tasa de temporalidad fue de más de siete puntos superior (17,5% frente a 10,3%).
Estos datos se suman a otro debe del sistema laboral español, la sobrecualificación. Según datos del ‘Observatorio trimestral del mercado de trabajo’ correspondiente al último tercio del año 2023 y elaborado conjuntamente por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) y BBVA Research, España es el país de toda la Unión Europea que presenta una mayor tasa de este indicador. Esto supone que un 36% de la población activa que tiene un grado universitario trabaja en un puesto para el que no es necesaria una titulación superior. Nuestro país se sitúa así casi cuatro puntos por encima del que tiene segunda peor tasa, Grecia (32,4%), y más de 13 puntos por encima de la media de los Veintisiete (22,2%).
Cerca del 60% de los universitarios no saca su grado en el tiempo previsto
Otro dato negativo, que en este caso afecta en concreto a los universitarios, es que sólo el 40,8% de ellos cumple la llamada tasa de idoneidad, es decir, termina la carrera en el tiempo previsto. Por contra, casi el 60% no completa sus estudios en el número de cursos teórico estipulado. En los másteres, esa cifra mejora y sube hasta el 70,8%.
Según los datos de la Fundación CYD, en el curso 2021-2022, 199.048 alumnos terminaron sus estudios de grado en las universidades españolas, un 4,1% menos que en el año anterior. Los datos revelan que las condiciones de inserción laboral son menos favorables para las mujeres que para los hombres, ya que estas presentan una menor tasa de actividad (4 puntos inferior) y de empleo (5,9), una mayor tasa de paro (2,4 puntos), más porcentaje de trabajo a tiempo parcial (14,2% para ellas y 4,9% para ellos), más temporalidad (21% frente a 13,2%) y menores ingresos (4,9%). En este último aspecto (ingresos), la brecha de género era menor en nuestro país que en el promedio europeo (9,7%).
Además, en el sistema universitario español, se observa una tendencia creciente del protagonismo de los centros privados, de los que salen el 19% de los titulados en grado y un 48,5% de los de máster. Las privadas, así, se consolidan cada vez con más fuerza en el mercado de la docencia de posgrados.