THE OBJECTIVE
La otra cara del dinero

Invertir en las madres que nos parieron y en las que parirán la prosperidad

Los españoles gastan de media 65 euros en regalos por el Día de la Madre con la demografía como clave de la inversión

Invertir en las madres que nos parieron y en las que parirán la prosperidad

Una hija dando flores a su madre. | Freepik

Madre no hay más que una… por lo que hay que sacarle todo el rendimiento posible. El capitalismo más o menos salvaje deforma hasta los refranes más entrañables. Sin embargo, las madres siguen ahí al pie del cañón, aguantando el chaparrón y cada vez más valiosas: una de las megatendencias de inversión del momento tiene que ver precisamente con la demografía. 

En España celebramos ayer, primer domingo de mayo, el Día de la Madre. Costumbre que compartimos con Portugal (claro), ​​Hungría (pues vale), Sudáfrica y Lituania (ya ves tú). La mayoría del resto del mundo prefiere el segundo domingo del mismo mes. Mayo es el denominador común. Quizá por ser el mes de las flores, ese socorrido regalo para cumplir con la ternura más o menos obligatoria del fasto.

Y del gasto. Aladinia, una plataforma especializada en «regalos y experiencias», ha calculado que los españoles nos gastamos una media de 65 eurazos en regalos para el Día de la Madre. Por ejemplo. Da un poco igual, lo más significativo, digo yo, es que se calcule. Y las proporciones, claro: en el día de los enamorados nos dejamos 105 euros, quizá porque sabemos que nuestra madre no nos va a dejar. Aunque peor lo tienen los padres: solo 60 euretes en su día. Luego dirán que dice Freud…

En Estados Unidos, apogeo del capitalismo, han analizado el fenómeno del gasto filomaternal con más detenimiento y con una institución de postín al frente: la National Retail Federation lanza todos los años un estudio ad hoc. El del año pasado tuvo mucho recorrido en los medios porque se alcanzó una cifra récord de 33.100 millones de euros, que se dice pronto. 279 euros por cabeza de media. 

O quieren más a sus madres o tienen más dinero o son más gastones. O de todo un poco. En cualquier caso, se podría elaborar un índice mundial de inversión en amor maternofilial (si ha hecho fortuna uno tan prosaico como el Big Mac…).

De este año aún no hay cifras (EEUU es uno de los países que espera a la segunda semana del mes más florido), pero las expectativas son a la baja. El portal especializado en pagos PYMNTS lo explica aquí. Al parecer, tiene que ver con la desaceleración de la economía americana, pero probablemente también con el desinflamiento paulatino de los famosos ahorros pandémicos.  

Haríamos mal en descuidar a las madres. Necesitamos más que nunca de su productividad en el talento que solo ellas pueden desarrollar: tener hijos. El informe «Decoding demographic divergence», elaborado por el BlackRock Investment Institute, analiza en profundidad «el papel de la demografía como una de las megafuerzas que definirán el nuevo régimen de inversión». Se trata de una de las cinco (ojo, todo un 20%) «megafuerzas» que investigan. 

Dicen que «el envejecimiento de la población en las principales economías está a punto de limitar la capacidad de producción y crecimiento de los países. Por el contrario, determinadas economías de mercados emergentes pueden beneficiarse de poblaciones más jóvenes y clases medias en crecimiento».

Estos de BlackRock vienen forrándose desde hace tiempo con una notable habilidad para convertir cualquier problema en una oportunidad de sacar pasta. En este caso, concluyen que «los datos históricos muestran que la inversión tiende a aumentar en consonancia con el crecimiento demográfico», aunque admiten «una gran dispersión en torno a esa tendencia general». Solo hay que poner el dinero en los países con madres más productivas (siempre que acompañen un mínimo del resto de condiciones necesarias para una inversión sana). En este sentido, el informe dice cosas muy interesantes de, por ejemplo, India, México y Arabia Saudí.  

En España, en cambio… Por aquí ya comentamos que el nuestro es de los países que más rápido envejece en la UE: cuatro años de media desde 2013. Y también que hemos perdido el 15% de los alumnos de Infantil en diez años por la baja natalidad.

Pero antes de castigar a las madres sin flores por su día, pensemos en lo que les supone hoy desplegar su productividad. Solo un par de ejemplos. Para empezar, según datos de la Seguridad Social, las excedencias por cuidado de un hijo u otro familiar crecieron un 15% el año pasado. El 84% de ellas las solicitaron mujeres. 

Y, por mucho que se nos llene la boca de la palabra conciliación, todos sabemos qué le pasa a una carrera profesional cuando uno la interrumpe. No tiene por qué acabarse, pero admitamos que supone un obstáculo importante. 

El otro ejemplo es más sibilino. La «Radiografía del opositor y opositora españoles 2023» de la plataforma online OpositaTest reveló que el perfil más habitual de quienes se presentan a una plaza en Correos es el de una madre con más de 40 años, trabajo a media jornada, menos estudios universitarios que la media y menores ingresos, que… «busca estabilidad».  Hablando en plata: son menos ambiciosas profesionalmente para poder dedicarle más tiempo y energía a su «talento productivo».

Pocas flores les regalamos. 

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