Los gestores administrativos ganan el reto digital al Estado pese a la ayuda de fondos UE
Apenas se han formalizado 1.472 millones de los 4.369 millones procedentes del dinero de Next Generation
Fernando Santiago, presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos -en el centro de la imagen-. A la izquierda: Óscar López y, a la derecha, José Luis Escrivá. | Alejandra Svriz
Los gestores administrativos le han ganado al Estado la apuesta por la modernización y la digitalización de las Administraciones públicas. Se trata de una promesa hecha por el Gobierno de Pedro Sánchez, que destinó 6.500 millones de euros para esa tarea, entre transferencias y préstamos de los fondos Next Generation. Esta modernización apenas ha alcanzado la formalización de 1.479 millones para la transformación digital de la AGE y planes específicos por áreas, como muestra el Observatorio del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Airef al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
Según argumentan los expertos consultados por este diario, son los gestores administrativos los que, ante esas deficiencias y también la brecha digital, se comunican con la Administración y consiguen agilizar los trámites, hoy prácticamente digitalizados, que necesitan gestionar las pymes, los autónomos y los ciudadanos. Es el caso de la tramitación con la DGT, cuyo trabajo está al 90% telematizado por parte de los gestores.
En esta clave digital, Santiago Sánchez López, economista y experto analista de las ayudas europeas, afirma que los fondos Next Generation representaban una oportunidad única para impulsar una verdadera transformación de la Administración. Lamentablemente -mantiene-, «lo que nos hemos encontrado es una ejecución decepcionante por parte del Ministerio de Transformación Digital -que hasta hace poco dependía de José Luis Escrivá y ahora dirige Óscar López-, muy alejada de las herramientas necesarias para convertir la Administración pública en un factor moderno que contribuya a potenciar la inversión y el desarrollo de proyectos empresariales».
«Digitalizar la Administración -afirma Sánchez López- no consiste en renovar equipos informáticos, que es para lo que se están utilizando los fondos europeos y que pueden comprobar los ciudadanos en las pegatinas de los equipos cuando acuden a realizar un trámite administrativo, eso sí, con cita previa. Cuando se cierre el programa Next Generation, nos dejará como legado reformas insuficientes y propias de décadas pasadas y una aplicación de los miles de millones disponibles en el Componente 11 (Una Administración para el siglo XXI), que no superarían una evaluación rigurosa de la eficiencia en la aplicación de los recursos públicos, y esto es muy grave».
Pieza clave de los autónomos
Poco más de un año después de la celebración del 90 aniversario de esta figura de colaborador social desde el ámbito del sector privado, que arranca en su origen desde al menos el siglo XV, los gestores administrativos se han convertido -explica Celia Ferrero, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA)- «en una pieza clave para el colectivo de autónomos y sus negocios». De hecho -añade Ferrero-, «más del 90% de los autónomos requiere de sus servicios para poder comunicarse con las administraciones y hacer trámites. La complejidad del lenguaje administrativo, de las propias plataformas digitales para realizar los trámites y la cantidad de obligaciones formales a las que se tienen que enfrentar los autónomos -sostiene la directiva de ATA- los hace agentes y socios indispensables del colectivo. Además -añade-, «la digitalización vestida de modernización por parte de las administraciones de los trámites no siempre ha sido sinónimo de simplificación, sino de mayor complejidad. Necesitas a alguien que las domine y ese es el gestor. De esa forma, el autónomo o autónoma puede dedicarse a lo que debe dedicarse de verdad: a vender y hacer crecer su negocio».
Ante una lista de requisitos, numerosas y cambiantes normativas de toda índole y nuevas plataformas, «el gestor administrativo está complementando y muchas veces subsanando en España el funcionamiento de una Administración pública a la que le falta desarrollar -sostiene el economista Javier Santacruz- más mecanismos de colaboración público-privada, donde esa parte privada son los gestores administrativos, especializados en allanar el camino y en simplificar unos trámites en un Estado hiperregulado, al igual que Europa».
Colaborando en la reducción de la burocracia y en la digitalización de los trámites, los gestores han devenido en unos expertos del funcionamiento de la Administración y traductores de las necesidades de los ciudadanos. Así lo defiende el presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España, Fernando Jesús Santiago Ollero, asombrado de que esos 6.500 millones asignados a la reforma para la modernización y digitalización de la Administración apenas se vean. O aún peor, sirvan para hacer robots con inteligencia artificial que solo funcionan si los datos son los correctos, y no son capaces de leer todo, de manera que, al final, el 80% del trabajo se acaba haciendo de manera manual.
Daniel Lacalle se refiere a ese farragoso desarrollo tecnológico, que está afectando a personas vulnerables como los receptores del Ingreso Mínimo Vital o a cuestiones que tienen que ver con el SEPE (el Servicio Publico de Empleo), el curso de las nacionalidades en Exteriores o los registros civiles: «El gran problema de España no solo es falta de eficiencia». También es «una administración que, además, lo que ha hecho es utilizar la tecnología para hacerse todavía más ineficiente. Es decir, no solamente tenemos una gran cantidad de burocracia, sino que además se ha hecho con la tecnología que hace más difícil esa prestación al ciudadano en su relación con la Administración pública».
Capacidad, formación y reciclaje
Joaquín Pérez, secretario general de la Unión Sindical Obrera, también hace una valoración del papel del gestor administrativo en España, destacando de antemano la especialización de este perfil profesional, su continua formación y los numerosos convenios que los gestores firman con diferentes organismos -recientemente con los notarios-, a fin de reducir y de simplificar los trámites administrativos.
Así -justifica Pérez-, «en un momento como el que vivimos de continuos cambios, el papel de los gestores administrativos es cada vez más trascendente y multifacético. Es otra cara a la que debemos enfrentarnos, tanto en desafíos como en oportunidades, en un mundo que avanza rápidamente hacia la digitalización, con nuevas herramientas, plataformas en línea y automatización de proceso internos que puede mejorar el servicio a la ciudadanía y que seguro que se verá traducida en mayor eficacia y eficiencia, y reducción del tiempo de muchos trámites y simplificaciones, abriendo también un espacio para nuevas tareas complejas y menos repetitivas, inmediatez y amplias posibilidades de un servicio personalizado».
«Estos nuevos retos y esos imparables procesos y nuevos conocimientos necesarios para sus profesionales -agrega- suponen una formación continua y capacidad de normalizar un reciclaje permanente en habilidades digitales-tecnológicas e incluso de redefinición de algunas funciones o tareas relacionadas precisamente con esos procesos. Un sector que no sólo hará trámites y conocerá procedimientos, sino que, con seguridad, cada vez tendrá más peso en la toma de decisiones de clientes y empresas».
«Socio natural del dueño del negocio
Básicamente, el gestor administrativo -apunta a TO Fernando Santiago- reduce mucho trabajo del trámite administrativo vehiculando dos vías, la del cliente y la de la Administración. «En realidad -indica-, nosotros le entregamos a la Administración la documentación de manera digitalizada. Y esa digitalización la hemos hecho nosotros. Mandamos casi todo procesado. Y reducimos mucho trabajo al funcionario, de modo que nos hemos convertido en el socio natural del dueño del negocio, y en el mayor experto en el funcionamiento de la Administración, colaborando en la reducción de la burocracia y en la digitalización de los trámites en un entorno de barreras y de hiperregulación».
Es en ese contexto en el que Santiago Ollero avanza que no se puede defender la ventanilla única, «porque no funciona nunca, desde el momento en que no existe un presupuesto único que cohesione funciones. De ahí la importancia del gestor administrativo, con sus múltiples especializaciones formativas y su conocimiento sobre un sinfín de regulación normativa».
En este plano se sitúa Benito Arruñada, catedrático de Organización de Empresas en la Universidad Pompeu Fabra. Para este investigador, «una política sensata consistiría en centrar una reforma de la Administración en el desarrollo de interfaces flexibles entre los ámbitos privado y público, con la burocracia pública a cargo sólo del núcleo necesariamente público de los servicios de formalización, permitiendo a la vez -y éste es el aspecto esencial- que el libre mercado organice una intermediación multiforme, constituida por diversos tipos de intermediarios que, a su vez, ofrezca a los usuarios finales un abanico de servicios con mayor o menor grado de integración».
Excesiva regulación
El próximo lunes 23, el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos (Cgcga) y el Colegio de Gestores de Madrid reunirá a Juan Carlos Campo, magistrado del Tribunal Constitucional y exministro de Justicia (PSOE), y a Rafael Catalá, exministro de Justicia (PP), para debatir sobre la búsqueda de la eficacia en la administración de Justicia.
La organización empresarial de la Pequeña y la Mediana Empresa, Cepyme, sostiene, por su parte, que «la falta de modernización de la Administración y la excesiva sobrerregulación hacen que los gestores administrativos sigan siendo los grandes aliados de las pymes españolas».
Y es que -concluye la patronal dirigida por Gerardo Cuerva– «para una pequeña y mediana empresa es indigerible la actual carga burocrática a la que tienen que hacer frente y hay que recordar que no disponen de departamentos especializados que puedan estar dedicados a esas tareas».
También desde el lado de los sindicatos, UGT, y en concreto Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical, valora cómo España es un país de pymes, «y por lo tanto, la figura de una gestor administrativo emerge con fuerza en nuestro sistema productivo. Sin embargo -añade-, el asesoramiento que realizan los gestores a la pequeña empresa debe de adaptarse a los nuevos tiempos, de tal manera que suplan, con su actualización y recualificación, las brechas tecnológicas, de organización y de formación que existe entre las grandes empresas y las pequeñas».
«Los buenos gestores administrativos asesorarán y acompañarán a las pymes hacia el futuro -explica el sindicalista-, en el que las nuevas tecnologías y las nuevas formas de prestar servicios puedan implantarse en la empresa pequeña y puedan adoptarse regulaciones laborales que mejoren la vida de las personas trabajadoras de este tipo de empresas».
En el debate actual de la reducción del tiempo de trabajo -apostilla Luján-, «los gestores pueden acompañar a sus clientes para que mediante la modernización de las pequeñas empresas puedan mejorar, en condiciones y salarios, la prestación de servicios. Solo así podrán competir las pymes y sólo así podrá sobrevivir una profesión con bastante raigambre en nuestro país. De modo que el futuro de los gestores administrativos en Europa estará marcado por la adaptación a la tecnología, una mayor especialización y la capacidad para gestionar un entorno regulatorio en constante cambio. Aunque algunas tareas se automatizarán, si se adaptan el rol de estos profesionales seguirá siendo relevante, especialmente en áreas complejas donde se requiere un conocimiento profundo de la legislación y los procedimientos administrativos».
