Sánchez envía a la UE un plan que concentra la reducción del gasto en la próxima legislatura
Concentra el mayor esfuerzo a partir de 2028, al tiempo que el gasto público está presente entre los años 2025-2027
Justo en el tiempo límite, el Gobierno de Pedro Sánchez envió este martes a Bruselas el Plan Estructural Fiscal que tendrá una vigencia de cuatro años. El Ejecutivo se ha comprometido a cumplir con las reglas fiscales y, por tanto, a reducir el gasto primario al 3%, pero en un periodo de siete años, y no de cuatro, como también ofrecía la Comisión. Un lapso temporal que, por parte de los ministerios de Economía y de Hacienda, desplaza el mayor esfuerzo del ajuste de este gasto primario al comienzo de la próxima legislatura, en 2028. Esto siempre que se agote la actual, ya que de haber un cambio de Gobierno, la Comisión acabaría admitiendo el envío de un nuevo plan.
Las previsiones del área económica en cuanto a la regla de gasto en porcentaje de variación son de 3,7% en 2025, 3,5% en 2026 y, de 3,2% en 2027. Es decir, nunca por debajo del 3% para estos tres años que quedan de legislatura. A partir de 2028, las previsiones del equipo de Sánchez concentrarían el mayor esfuerzo en el recorte del gasto primario, con un 3% en 2028, el mismo porcentaje para 2029, un 2,5% para 2030 y, finalmente, un 2,4% en 2031. De este modo, como se puede ver en el gráfico inferior, el arranque de la regla de gasto es muy suave en los tres primeros años, a diferencia del resto, donde se produce un ajuste de hasta 1,4 puntos porcentuales.
Sobre esta cuestión se han pronunciado técnicamente fuentes del Ministerio de Economía, que dirige Carlos Cuerpo, explicando las razones de la secuencia temporal. Subrayan que hay que partir de la variación del saldo estructural, que será del 0,4%, lo que en saldo nominal se traduce en el PIB y en el deflactor. Así —mantienen—, este será el efecto constante de todo el periodo. No obstante, el PIB en ocasiones crecerá menos, y en función de esto, el gasto aumentará más para un mismo nivel de esfuerzo fiscal. Por tanto, cuando haya más gasto en pensiones, el gasto será superior, pero cuando decrezca el PIB nominal, habrá menos gasto.
Dicho de otro modo —insisten—, la senda funciona con unas previsiones de corto plazo muy finas y con otras de largo plazo que son las de la Comisión. Estas últimas son más inciertas, porque su diseño se planificó para servir de base del programa. En ese plan de previsiones se produce un desenganche o una incongruencia, porque en la metodología no existe el medio plazo.
«Una envolvente»
La adopción de las nuevas reglas de gasto, tras un periodo en el que se han visto congeladas debido a la covid y a la guerra de Ucrania, no deja de plantear dudas en cuanto a su funcionamiento y al fundamento y estructura de las mismas. Fuentes del Ministerio de Economía aseguraron este martes que estamos ante una envolvente, un paraguas o una especie de techo de gasto, pero de carácter plurianual, por lo que en esta fase, sin haber entregado aún a la Comisión el Borrador del Plan Presupuestario, no es necesario el desglose de medidas y detalles del plan.
Estas mismas fuentes no pudieron responder a preguntas al respecto. Por ejemplo, cuándo se va a aplicar una nueva reforma fiscal, por qué su impacto sobre el déficit será del 0,3%, en qué va a consistir la reforma o si estará formada de nuevos o de actuales impuestos. Tampoco el plan estructural fiscal aclara el capítulo de ingresos. Sí afirman, sin embargo, que las medidas fiscales que están por venir serán estructurales y, por tanto, no serán temporales.
El argumento del Gobierno ante la falta de determinación sobre el plan se apoya en que será el borrador de los Presupuestos Generales de 2025 el que entrará a concretar medidas que en este plan quedan en el aire. No en vano el Ejecutivo de Sánchez mantiene que la Comisión no le ha presionado en ningún momento con los tiempos de entrega y que la lógica es que, en un primer momento, se envíe el plan estructural —como se hizo este martes— y después el borrador de Presupuestos.
No obstante, la semana pasada, tal y como publicó THE OBJECTIVE, el todavía comisario de Asuntos Económicos, el dirigente socialista Paolo Gentiloni, afirmó que la flexibilidad de la Comisión Europea en los tiempos de entrega no es ilimitada. Por otra parte, lo creíble para las cuentas y los compromisos fiscales es que un Estado entregue el plan estructural y el borrador al mismo tiempo, para acompasar las previsiones y las reformas.
Continuación del Plan de Recuperación
Combinando inversiones y reducción de deuda y déficit públicos con responsabilidad fiscal, fuentes del Ministerio de Economía señalan que el Plan Estructural de España toma el relevo al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Hasta el punto de que reproduce hasta siete bloques de medidas y mezcla objetivos del PRTR con actuaciones adicionales, por lo que calculan un impacto sobre el PIB del 3,3%.
Sorprende, en este sentido, que de nuevo se recoja en este plan el desarrollo de medidas de transición ecológica que hasta ahora dependen de Teresa Ribera. Ello afecta a renovables, almacenamiento, autoconsumo y eficiencia, con un impacto sobre el PIB, hasta 2031 del 0,4% y del 0,2% sobre la reducción de déficit público. Resulta extraño, también, que se añada a este plan la reforma de FP y el Sistema Dual, cuya entrada en vigor está recogida por escrito para 2025.
En esta línea, es especialmente reseñable el despliegue, una vez más, del bloque de medidas que afectan al Plan Nacional de Competencias Digitales, Ley de Ciencia y Estrategia IA, con un compromiso esta vez sin fecha, pero con un impacto sobre el PIB del 0,7%, y del 0,3% sobre el déficit público.