Las empresas de baterías recurren a expertos para evitar que se provoquen incendios
Existe cierta contestación social en Asturias contra esta tecnología clave para la energía eólica y la solar

Un parque eólico. | Carmen Suárez.
Las empresas especializadas en almacenamiento recurren a expertos para evitar que los accidentes que ocurren a causa de los recalentamientos de las baterías dentro de los contenedores puedan convertirse en incendios tras una explosión. En los últimos meses se han completado pruebas que han permitido evitar que el fuego se expanda fuera del contenedor en el que se encuentran las baterías de litio. Ocurre en un momento en el que existe cierta contestación social en Asturias sobre esta tecnología por los posibles incendios.
De momento, España solo cuenta con tres proyectos de almacenamiento de baterías (no hídricos) conectadas y operando a la red eléctrica, dos en País Vasco y uno en Castilla-La Mancha. Dos de ellas de hibridación (conexión a plantas fotovoltaicas y eólicas) y una stand alone, es decir, conectada a la subestación y que opera contra la red. Según diversas fuentes, 2025 está llamado a ser el año del despegue de esta tecnología y en el que se espera que se conecten nuevas instalaciones a la red. Para la solar es crucial porque permitirá que su sistema sea útil también durante la noche.
Según fuentes conocedoras del asunto, ahora se busca mejorar y optimizar los elementos de seguridad de las baterías con empresas de ingeniería. De esta forma, se están llevando a cabo pruebas reales en las que se quema un contenedor para ver si ese fuego puede extenderse a otro contenedor cercano. Según las mismas fuentes, de momento están siendo exitosas.
En caso de accidente
Dentro del contenedor se encuentran las celdas de litio (una especie de pila), y todas juntas forman diferentes módulos. En caso de que arda una celda (puede ocurrir por diversos motivos, como un error en la fabricación), se extenderá al resto hasta afectar a todos los módulos.
Cuando la temperatura de una de las celdas aumenta y se detecta que uno de los parámetros sale de rango, el sistema de control -que cuenta con varios sensores (temperatura, corrientes, voltaje, humos…) y monitoriza y controla en tiempo real el estado de las baterías- emite una alarma. Esto provoca que un operario (estas instalaciones funcionan de forma automática) tenga que acudir para conocer por qué los valores de tensión se han disparado en esa celda.
En caso de que la situación se agravase y apareciese fuego, existirían dos opciones para apagarlo. La primera, mediante gas, cuya función consiste en sacar el oxígeno del contenedor y apagar el fuego: y la segunda, a través de una serie de tuberías que inundan el contenedor con agua. Desde el sector aseguran que los vecinos no se enterarían del accidente y que solo afectaría a la operativa de la planta de almacenamiento.
Situación en Asturias
En Asturias existe cierta contestación social a los proyectos de baterías. Un escenario que provocó que el gobierno regional, según informó La Voz de Asturias, decretase la construcción de baterías a 1.000 metros de los núcleos urbanos y 500 metros de las casas. La medida entró en vigor el pasado verano y afectaba de lleno a 170 proyectos. Según los expertos, supondría casi la imposibilidad de instalar plantas de almacenamiento.
La razón de este movimiento se debió a «la honda preocupación vecinal». «Queremos ser muy respetuosos porque los ayuntamientos tienen mucho que decir en esta materia y tenemos que respetar esa competencia municipal», declaró el consejero de Ordenación del Territorio, Ovidio Zapico, al diario mencionado. Esta situación preocupa al tejido empresarial especializado en baterías porque ve una pérdida de oportunidad. El almacenamiento de baterías está llamado a ser la gran apuesta del Gobierno para la transición ecológica.