Carlos Ocaña: un fiel a Pedro Sánchez que hará pinza con Javier de Paz en Telefónica

Carlos Ocaña será elegido este miércoles nuevo consejero de Telefónica en representación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con lo que el Gobierno pone la primera piedra de su plan para tener voz y voto en la operadora de telecomunicaciones, calificada como estratégica por el propio Ejecutivo. La solicitud de este sillón ha ido de la mano de la compra de hasta el 6,7% de las acciones de la compañía, por lo que resta solo un 3,3% del capital para conseguir los objetivos planteados en diciembre por el Estado.

Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que con Ocaña -que será consejero dominical en sustitución de la independiente Carmen García de Andrés- Moncloa tendrá garantizada una voz que defienda sus intereses en Telefónica, lo que sumado a la presencia de Javier de Paz como destacado consejero de la operadora y reconocido socialista, garantiza un núcleo duro que se moverá a favor del Gobierno.

En el sector incluso no se descarta que el Estado pueda pedir hasta un segundo representante, pero de momento se esperará hasta completar el 10% de participación, un porcentaje que se alcanzaría probablemente antes de que comience el próximo curso.

Consejo de Telefónica

Telefónica tiene actualmente 15 miembros, con mayoría de nueve independientes (María Rotondo, Claudia Sender, Solange Sobral, Alejandro Reynal, Francisco Riberas, María Luisa García, Peter Lösher, Verónica Pascual y José Javier Echenique) pero un capital sumamente fragmentado. Tiene dos consejeros ejecutivos, su presidente José María Álvarez-Pallete y su CEO, Ángel Vila; además de Javier de Paz con categoría de consejero otro externo y tres dominicales: Isidro Fainé (Criteria Caixa), José María Abril (BBVA) y ahora Ocaña, que representará a la SEPI.

Los dos fieles al Gobierno podrán tejer alianzas con BBVA o Criteria, pero lo cierto de que el hecho que existan tantos independiente hace que sus decisiones estén sujetas a decisiones individuales sin responder a ningún accionista, algo positivo desde el punto de vista de la gobernanza, pero peligroso para mantener el control del consejo y la confianza en el equipo gestor en momentos de crisis.

«Con una vocación de permanencia, la participación de SEPI permitirá proporcionar a Telefónica una mayor estabilidad accionarial para que la compañía alcance sus objetivos y, por ende, contribuirá a la salvaguarda de sus capacidades estratégicas». Con esta frase la sociedad estatal justificó la entrada en la operadora, aunque en realidad se estaba buscando una fórmula para contrarrestar la entrada de la Saudí Telecom -que anunció la compra de un 9,9%, pero solo ha concretado un 4,9%- y una buena excusa para comenzar con el plan industrial de Sánchez que pasa por tener participaciones relevantes en grandes empresas cotizadas.

Rodríguez Zapatero

La elección del economista experto en transformación digital no es ni mucho menos casual y deja muy claro que será una correa transmisora de los intereses de Moncloa. Al margen de que es coautor con Pedro Sánchez del libro La nueva diplomacia económica española: innovaciones institucionales y estrategias en las relaciones económicas de España hacia Latinoamérica, Europa, Asia y África -que muchos sitúan como una inspiración de la tesis del presidente de Gobierno-, lo cierto es que la cercanía del directivo con el líder del PSOE es evidente.

Carlos Ocaña es también un profesional muy valorado por José Luis Rodríguez Zapatero –que está cobrando especial relevancia en las decisiones estratégicas de Sánchez en el último año– y que también era muy cercano del fallecido Miguel Barroso, asesor mediático de referencia de los dos últimos presidentes de Gobierno del PSOE.

Fue director general del gabinete del ministro de Industria, Miguel Sebastián, y director adjunto del gabinete del director de la Oficina Económica del Presidente con Rodríguez Zapatero. De hecho, el propio Sebastián y Jordi Sevilla sonaron como posibles consejeros, aunque finalmente Sánchez se ha decantado por una figura cercana y por un directivo fiel que pueda garantizar que se cumpla su hoja de ruta en la operadora de telecomunicaciones.

Sinergias de Telefónica

Por último, su cercanía al Real Madrid como uno de sus principales directivos del área de innovación, abre la puerta también a diversas alianzas que el Gobierno o la SEPI puedan tejer al margen de Telefónica para generar sinergias con otras compañías vinculadas con el sector tecnológico.

Ahora, y tras la entrada de Ocaña en el consejo de Telefónica, solo queda resolver la presencia de Saudi Telecom (STC). El grupo árabe anunció la compra del 4,9% a comienzos de septiembre y ocho meses después sigue sin pedir la autorización para subir hasta el 9,9% -según indican fuentes cercanas a este diario- y hacer efectivos los derivados que adquirió en ese momento. Para ello deben remitir una petición a la Dirección de Inversiones y al Ministerio de Defensa, por tratarse la compañía española de una operadora con grandes contratos en el ámbito de la seguridad nacional.

Autorización a STC

Hace tres semanas el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, volvió a recordar que su departamento (encargado de vigilar a las operadoras de telecomunicaciones) no tenía constancia de que esta autorización se hubiese solicitado. En su informe anual de 2023, STC reconocía que se daba un plazo de un año para completar definitivamente su desembarco en Telefónica y confirmaba lo adelantado por este diario: que mantenía inalterable su hoja de ruta pese a los movimientos del Gobierno y la SEPI.

El proceso de autorización tarda al menos tres meses, sin contar con las tradicionales paradas de reloj, y que podría alargarse si es que se requiere nueva documentación. Un plácet que además debería autorizar también los derechos políticos de STC, lo que le abriría la puerta a tener también un sillón en el consejo de administración de Telefónica. En el sector se espera que cuando se pida este asiento se acabarían los cambios en este organismo.