El plan del Gobierno para Telefónica: 6.300 millones en caja para crecer a base de compras
Creen que en el actual mercado de las ‘telecos’ es imposible competir sin ejecutar adquisiciones o integraciones

El nuevo presidente de Telefónica Marc Murtra | Kike Rincón / Europa Press
El Gobierno comienza a perfilar una nueva hoja de ruta para Telefónica tras la salida de José María Álvarez Pallete y la entrada de su hombre de confianza, Marc Murtra. Las informaciones confirmadas por THE OBJECTIVE advierten de que el directivo designado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) -y consensuado con Saudi Telecom y Criteria- elaborará un plan estratégico que presentará a medio plazo y que tendrá como eje el crecimiento, no solo de ingresos y de Ebitda, sino también de tamaño, lo que implicaría integraciones y compras puntuales.
Para ello, la compañía cuenta con un flujo de caja efectivo de 6.300 millones de euros, una liquidez más que suficiente para emprender compras selectivas sin necesidad de pedir créditos. Telefónica tiene un pasivo controlado que le permite un bajo nivel de endeudamiento, lo que le abre la puerta a conseguir financiación bancaria con facilidad y en buenas condiciones para emprender -si quisiese- grandes operaciones corporativas.
Su actual deuda es de 36.815 millones de euros, 28.748 millones si se excluyen los arrendamientos, lo que supone que la ratio de apalancamiento es de apenas 2,76 veces su Ebitda ajustado, un nivel en la parte baja del Ibex y de las empresas del sector en el resto del mundo. Un entorno propicio para planes expansionistas que puedan surgir en Moncloa y que logre sacar adelante el nuevo inquilino del Distrito T de Madrid.
Integraciones con Indra
Este diario fue el primero en publicar en enero del año pasado los intereses de Moncloa para crear bajo su tutela un gran campeón nacional de la tecnología con Telefónica, Indra e Hispasat. Desde hace meses, el Gobierno tiene sobre la mesa todas las opciones de colaboración, que van desde compartir contratos, colaborar en determinadas áreas, crear sociedades conjuntas e incluso compartir participaciones en las respectivas estructuras accionariales de estas compañías.
El mercado incluso ha especulado con que Telefónica podría ser el comprador perfecto para Minsait, la filial de Indra encargada de inteligencia artificial, cloud, ciberseguridad, pagos digitales, sostenibilidad energética y blockchain, un sector con vasos comunicantes con la operadora de telecomunicaciones y su división Tech. El precio total de la operación oscila entre los 1.600 y los 1.800 millones de euros, un valor que sugiere la entrada de un socio, pero no una compra total. En este punto, el Ejecutivo no esconde su interés en que el partner de Indra sea industrial y no un fondo de inversión, y si sale de la órbita de las empresas estatales, mucho mejor.
Se ha acelerado además la compra de Hispasat (también pública) por parte de Indra para integrarla en su nueva división espacial que presentó hace un año en su plan estratégico. Sin embargo, para seguir creciendo les falta músculo financiero. Una pujanza económica que sí tiene Telefónica y que permite al Gobierno mirar con mejores ojos este tipo de integraciones y de sinergias entre sus grandes empresas digitales.
Crecimiento de Telefónica
Pero estas integraciones no serán el único foco de este proyecto. El Ejecutivo lleva días justificando la salida de Pallete poniendo sobre la mesa los errores del directivo. A través de sus medios afines ha detallado los problemas de la operadora para remontar en bolsa (una caída del 57% en la cotización en casi una década) y la política de venta de activos del expresidente ejecutivo. Al mismo tiempo, ha transmitido a su entorno el relato de que la mejor manera para recuperar el pulso del mercado es que la compañía emprenda un importante plan de crecimiento.
Un crecimiento impulsado por operaciones corporativas. Y es que en Moncloa creen que es casi imposible crecer de manera orgánica en un mercado de las telecomunicaciones tan saturado e hipercompetitivo, con las viejas telecos intentando reinventarse y las nuevas tecnológicas comiéndoles el terreno en el mundo digital. Por tanto, la única forma de dar un golpe sobre la mesa-indican- es con una selectiva política de compras y adquisiciones.
Se trata de desandar parte del camino recorrido por Pallete en sus nueve años al frente de Telefónica. Y su gran logro es quizás lo que más se le critica dentro del Gobierno. Recibió una compañía con un pasivo de 53.116 millones de euros en 2016 y lo redujo a la mitad al cierre de su último año completo al mando de la operadora.
Estrategia de Pallete
Pero lo hizo a base de desprenderse de activos y de filiales. Durante su mandato fusionó el negocio de Telefónica en Reino Unido, se desprendió de la red de antenas en España y vendió la mitad de su red de fibra en casi todos sus mercados. En total, enajenaciones de activos en redes de más de 13.000 millones en los últimos ocho años en los que dio entrada a fondos de inversión en activos estratégicos de fibra óptica y redes móviles. Una situación que nunca ha gustado al Gobierno, que considera que las infraestructuras críticas deben estar en manos de empresas españolas.
La gran estrategia de Pallete fue centrarse en cuatro mercados -España, Reino Unido, Alemania y Brasil- y crear dos grandes filiales sectoriales: Tech con tecnología y Telco con infraestructuras y redes. En el caso de España logró resistir la guerra comercial sin reducir sus márgenes, aunque a costa de constantes reducciones de plantilla; en Reino Unido se quedó con la mitad del negocio; en Alemania sacó a su filial de bolsa para tener todo el control; y en Brasil ha hecho las mayores inversiones en redes después de su primer mercado.
En el caso de Tech, no ha logrado dar entrada a un inversor de referencia y su crecimiento es más lento del esperado. Y en Telco solo mantiene integrado el negocio de cables submarinos. También intentó desprenderse sin éxito de sus filiales en Iberoamérica. La estrategia de Murtra y el Gobierno será mantener estas prioridades, pero también se buscará crecer en el mercado digital (con Minsait como posible refuerzo) con eventuales adquisiciones en este ámbito. Y aquí se abren todas las puertas: IoT, la IA, el cloud o incluso la computación cuántica.