Je suis Charlie

¿Existe o debería existir alguna barrera para el humor? ¿escenas supuestamente divertidas pero que denigran,ofenden o humillan a un colectivo deben ser permitidas?

«Donde no hay sentido del humor hay dogma» decía el gran maestro del humor Alfonso Ussía. Y es así como han debido sentirse esta semana los dibujantes del diario Charlie Hebdo, defendiéndose con sus lápices y su humor contra las armas y el dogma.

Escribí «Todo está perdonado y rompí a llorar» cuenta Renald Lucier, autor de la portada de la nueva edición que muestra a Mahoma llorando con un cartel que dice ‘Yo soy Charlie’. La edición está lista y sale de imprenta una semana después del ataque contra su redacción, contará con un millón de ejemplares en vez de su tirada normal de sesenta mil y este nuevo número será traducido a 16 lenguas y se venderá en 25 países. Hay que reírse de todo y hay que sacar negocio de todo también, claro.

La organización que representa a los musulmanes en Egipto, Dar al Ifta, considera una «provocación» el sacar a Mahoma en la tapa ya que para la religión musulmana es una ofensa representar al profeta Mahoma, y yo me pregunto, ¿existe o debería existir alguna barrera para el humor? ¿escenas supuestamente divertidas pero que denigran,ofenden o humillan a un colectivo deben ser permitidas?, ¿deben ser censuradas entonces? ¿dónde está el límite si es que debe haber límite? El humorista gráfico del semanario El Jueves afirma que la única barrera del humor es la ley, no una religión, entonces ¿es que el humor debe ser un alegato con crítica social o `puede ser un simple chiste cruel? Opino que incluso el peor chiste cruel es una versión resumida de una critica social,una representación de un hecho y al fin y al cabo una forma de contar una parte de la realidad. Hay quién cuenta las noticias vestido de traje de chaqueta en el telediario en una forma extendida de dar la noticia y hay quién lo resume en un dibujo o un chiste, el humor es otra rama del periodismo y sigue siendo contar lo que sucede.Opino que no debe tener límites. Recuerdo aquella cita de Samuel Beckett que decía: «Propongo un experimento: Que dos personas transmitan un mismo mensaje: uno con seriedad, el otro con humor. Muchos se sentirán inclinados a crucificar al humorista. Porque no nos quieren libres: Nos prefieren con miedo.»