THE OBJECTIVE
Esperanza Aguirre

Admirables ingleses

«Nos dan envidia los ingleses, porque no dudan de la grandeza de su historia y de su cultura y lo demuestran festejando a su Reina»

Opinión
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Admirables ingleses

Isabel II durante la celebración de su Jubileo. | Reuters

Hace muy pocos días hemos tenido la oportunidad de contemplar el entusiasmo y la unanimidad con que los ingleses celebraban el Jubileo de su reina, Isabel II. Las fiestas, los conciertos, los desfiles, las carreras de caballos, las manifestaciones callejeras, los almuerzos colectivos y la gran ceremonia religiosa en la Catedral de San Pablo se han sucedido durante una semana, en la que los ingleses han celebrado así que su reina Isabel II cumple 70 años en el trono. Una marca verdaderamente impresionante, que la coloca en segundo lugar en el ránking de todos los tiempos de monarcas con más años de reinado, sólo superada por el francés Luis XIV, que reinó 72, pero éste es que empezó a reinar cuando tenía cinco años, por cierto, hijo de Ana de Austria, vallisoletana y hermana de nuestro Felipe IV.

El fasto y la brillantez de las celebraciones y la respuesta entusiasta de los millones de ingleses que se unían a ellas han provocado la admiración de todo el mundo. Y la prueba de ello la tenemos en el tratamiento que le han dado todas las televisiones, incluidas las que en su línea editorial e informativa son antimonárquicas militantes, que no han parado de proyectar imágenes de todos esos actos.

Especial atención han prestado al concierto que tuvo lugar delante del Palacio de Buckingham, en el que la flor y nata de los cantantes británicos quisieron estar ahí para rendir homenaje a su soberana. Solo con citar a Queen, Elton John, Diana Ross o Rod Stewart queda claro el nivel de ese espectáculo, que ha sido, al menos en fragmentos, visto y admirado en todo el mundo.

isabel ii
Imagen del Jubileo de Isabel II en Londres. | Foto: Reuters

Ante la magnitud de estos actos del Jubileo, cabe preguntarse: ¿qué es lo que celebraban exactamente los ingleses? Desde luego, estaban felicitando a su reina por ese récord de permanencia en el trono. Pero yo creo que, además, en esas manifestaciones jubilosas estaban expresando y celebrando el orgullo y la alegría que sienten por ser ingleses, por pertenecer a una vieja Nación llena de historia y rica en cultura.

La Reina de Inglaterra no es, en ese sentido, una simple persona, sino el símbolo y representante de esa historia y de esa cultura, que todos sienten como suyas. Cuando la festejan se están festejando a sí mismos.

Del ejemplo de Isabel II a la monarquía española

Esto nos debe llevar a reflexionar sobre la forma política del Estado español que nos dimos en la Constitución de 1978, que es la monarquía parlamentaria, exactamente igual que la inglesa. Los constituyentes decidieron que era la mejor para España y los españoles refrendaron esa decisión de manera abrumadoramente mayoritaria.

¿Por qué? En primer lugar, porque todos los políticos españoles de 1978 fueron conscientes del papel esencial que Don Juan Carlos estaba representando en aquel proceso fascinante y emocionante que fue la Transición. Don Juan Carlos era el motor de aquel cambio, que representaba, nada menos, que acabar con las dos Españas, que acabar con siglo y medio de enfrentamientos y conflictos entre españoles.

El impulso de Don Juan Carlos para la restauración de una verdadera y avanzada democracia fue tan decisivo que suscitó la admiración y el agradecimiento de todas las fuerzas políticas democráticas. Por eso, decantarse por la monarquía parlamentaria fue un movimiento que se dio en la España de entonces de una manera natural y unánime.

Pero no fue solo la emoción del momento la que nos llevó a elegir esa forma para el Estado. También se tuvieron en cuenta un montón de razones, que, de manera objetiva, aconsejaban aquella opción.

La primera y principal fue la de preservar a la Jefatura del Estado de las querellas partidistas. En una Monarquía parlamentaria, como la nuestra y como la inglesa, el Rey está fuera de las disputas políticas, está por encima de los partidos. De manera que la Jefatura del Estado no está sujeta a procesos electorales en los que siempre gana uno, pero en los que siempre hay otros que pierden. Con el Rey ganamos todos.

Porque el Rey de España, en el ejercicio de sus funciones, es y tiene que ser el representante de toda la Nación, es decir, de todos los españoles. Pero no solo es el representante de todos los españoles de hoy, sino que, también, es el representante de todos los españoles que lo han sido en la historia. Y, en un cierto modo, también es el representante de los españoles que vendrán.

Porque España no es un invento de los constituyentes, no es algo que estemos creando ahora, España son milenios de historia. Una historia que heredamos al nacer españoles y que nos compromete para intentar mejorarla, de manera que nuestros sucesores hereden una España mejor.

En este sentido, el titular de la Corona, ahora D. Felipe (q. D. g.) y después doña Leonor, tienen como principal misión representar esa realidad histórica de España, que tiene ya miles de años, representar su historia y su cultura.

Esto es lo que de manera paralela hemos comprobado al contemplar el Jubileo de la Reina de Inglaterra. Los ingleses han acudido a felicitarla y agradecerle la pulcritud, la dignidad y la imparcialidad con la que se ha comportado en estos setenta años. Isabel II ha reinado pero no ha gobernado nada. Y reinar significa que siempre ha sabido representar de manera ejemplar a los ingleses y a Inglaterra, su historia y su cultura.

Pero, además de felicitar a su Reina, los ingleses han aprovechado la ocasión para demostrar la alegría y el entusiasmo que les produce sentirse hijos de una gran Nación y poseedores de una riquísima cultura. En definitiva, la alegría de ser ingleses.

Contemplar esos actos del Jubileo desde España suscita una sana envidia. Nuestra monarquía parlamentaria es similar a la inglesa. Nuestros Reyes, Don Juan Carlos y Don Felipe han cumplido y cumplen con una pulcritud, una dignidad y una imparcialidad similares a las de Isabel II sus funciones de monarcas constitucionales y parlamentarios. Además encabezan una institución, la Corona, que es, sin duda, la que más y mejor hace y ha hecho por acrecentar y fortalecer el prestigio de España en el mundo.

Sin embargo, aún hay españoles que están lejos de comprender y de aceptar que la figura del Rey es uno de los símbolos de nuestra Nación, de la unidad de nuestra Nación y de la milenaria historia y cultura españolas. Por eso podemos decir sin temor a equivocarnos que todos los que atacan a nuestros Reyes es evidente que no están atacando a una determinada persona, están atacando a lo que representa, es decir, a la realidad histórica y cultural de España, nuestra Nación, que pretenden disolver o destruir.

Por eso nos dan envidia los ingleses, porque no dudan de la grandeza de su historia y de su cultura y lo demuestran festejando a su Reina, que es la que mejor representa esa historia y esa cultura.

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