THE OBJECTIVE
Enrique Cocero

'Midterms': quedan dos semanas

«Biden se juega la mitad de su legislatura, su reelección y su legado en estos comicios, ya que a su debilidad como presidente se uniría un Legislativo en contra»

Opinión
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‘Midterms’: quedan dos semanas

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Es un hecho que los conservadores tienen su punto fuerte en la economía y que la izquierda lo tiene en las políticas sociales, que relacionan de forma directa con el gasto público. No importa donde hablemos de esto, es un principio político casi más férreo que la gravedad a la Física.

En cuanto hay una situación económica que apunte a la contracción, ahí está un político conservador preocupado por la tendencia de la economía al tiempo que hay uno de izquierdas diciendo que, a mayor riesgo, mayor necesidad de gasto, algo que ya se ha probado fallido muchas veces.

¿No lo creen? Joe Biden tiene una preocupación grande y es que ahora mismo el Partido Demócrata, su partido, podría perder, o con alta probabilidad pierda, el control de la Cámara de Representantes.

Permítanme aquí una serie de antecedentes en la materia. El Legislativo americano está compuesto por dos cámaras que se eligen de forma independiente a la elección del presidente.

«Cada senador cumple un mandato de seis años, tras los cuales puede volver a presentarse»


La Cámara Alta es el Senado y está compuesto por cien senadores. Dos por Estado, sin importar si el Estado en cuestión es grande o pequeño, tiene más o menos habitantes. Dos y punto. Alguno pensará que cien es un buen número, redondo y simbólico, pero son cien porque la Constitución determina que sean dos por Estado. Es más, eran 96 hasta 1959, año en el que Alaska y Hawai fueron admitidas en la Unión.

Cada senador cumple un mandato de seis años, tras los cuales puede volver a presentarse sin límite de mandatos. Los cien asientos se dividen en tres clases, 1, 2 y 3 y si la clase 3 sale a elección este año con sus 34 asientos, la 1 saldrá en 2024 con 33 y la 2 en 2026 con los 33 restantes. Así, en 2028 volverá a estar en juego la clase 3 con los seis años de mandato de estos senadores cumplidos. 

La Cámara Baja es la Cámara de Representantes y tiene 435 representantes o congresistas. Sus asientos, todos, salen a elección cada dos años y, en consecuencia, una de cada dos elecciones coincide con las presidenciales, lo que hace que el interés se multiplique en esos años.

Son 435 porque la Constitución establece que, al menos, cada Estado debe tener un representante y que no puede haber menos de uno por cada 30.000 habitantes. Es decir: cada Estado tiene un número concreto de representantes en función de su población. El país fue creciendo, nuevos Estados se fueron incorporando y sucesivas leyes fueron ajustando este número de representantes, hasta la última que data de 1963 y que fijó el número actual.

Como comprenderán, a nivel de votos, unos asientos requieren menos esfuerzo que otros, algo familiar en España y que aquí siempre resolvemos con un «no cuesta lo mismo un escaño en Soria que en Madrid».

«Los Padres Fundadores consideraban el Legislativo la rama más importante del Estado»

Si creen que la institución más poderosa es la Presidencia de los Estados Unidos, decirles que esto que les acabo de explicar lleva escrito en la Constitución del país desde 1787, en funcionamiento desde 1789 y se detalla en su Artículo I. Tan importante era para los Padres Fundadores el contraste con Inglaterra y el haber creado una nación de hombres libres, que consideraban el legislativo la rama más importante del Estado porque en ella estaba la verdadera representación del pueblo. 

Pues bien: toda la Cámara de Representantes y la Clase 3 del Senado salen a elección el próximo martes 8 de noviembre, porque las elecciones en Estados Unidos siempre son el primer martes después del primer lunes de noviembre.

La situación actual es de 222 asientos en el lado de los demócratas y 213 en el lado de los republicanos. Diferencia estrecha, ¿verdad? Pues agárrense, que el Senado está en 50 – 50.

A fecha de hoy el número de asientos en la Cámara de Representantes y que ninguno de los dos partidos tiene completamente asegurado (salvo sorpresas) está entre los 31 y los 37. No obstante la probabilidad de lograr mayoría cae más del lado republicano, lo que cambiaría el signo político de esta cámara que ahora preside Nancy Pelosi.

Pero la probabilidad de que logren mayoría en el Senado es muy baja ya que, de los 34 en liza, 14 están en manos demócratas y, claro, si los asientos en juego son menos y su ascendiente es fuerte… Por muy empatados que estén ahora mismo, hay mayor probabilidad de que uno de los 20 caiga en manos demócratas que uno de los 14 en manos republicanas.

«Biden, queriendo alejar el debate de la inflación, ha lanzado campañas del miedo contra los republicanos»

Los republicanos se han lanzado a la campaña con la mala salud de la economía como argumento de fuerza y Biden, queriendo cambiar el debate y alejarlo de la inflación y la economía para llevarlo hacia la protección social, ha lanzado campañas del miedo que van desde los famosos shutdowns (cierres del Gobierno por no llegar a un acuerdo en Presupuestos) o recortes de derechos (especialmente a colectivos de género). En resumen, el caos si los republicanos se hacen con la mayoría del Congreso.

Pero la originalidad de Biden ha tenido un giro inesperado y es que ha aterrizado la supuesta negligencia republicana en la propia economía y ha afirmado que «no hay nada que cree más caos, más inflación y más daño a la economía estadounidense que esto». Es decir: no sólo los republicanos van a hacer retroceder al país en beneficios sociales, sino que sus medidas harán aún más daño a la economía. No es original, pero sí osado, aunque suene un poco desesperado.

Cierto es que las elecciones no son presidenciales, pero Biden se juega la mitad de su legislatura, su reelección y posiblemente su legado en estos comicios, ya que, a su propia debilidad como presidente (55% de los americanos desaprueban su gestión), se le uniría la cuesta arriba que supone tener el Legislativo en contra y eso que ya la izquierda demócrata no venía poniéndoselo fácil, porque se ha pasado año y medio empujándole a un lugar donde la rentabilidad del voto hacia los moderados es nula.

Por lo tanto, ha ido a dibujar una América distópica, con lo que pasa el último mes antes de las elecciones criticando más a los republicanos que defendiendo su propia gestión.

Para muchos candidatos republicanos su victoria no se limita sólo al 2º distrito de New Mexico, o al 22º de Nueva York, o al 9º de Ohio (circunscripciones que están en juego), sino que establecen una clara línea de negligencia entre una mayoría demócrata en el Congreso y un presidente que no ha sabido evitar una crisis.

Estas elecciones van de cambiar el signo de la primera y, dentro de dos años, al segundo.

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