La cabalgata definitiva 

A Rita Bosaho, directora general para la Igualdad de trato y Diversidad Étnico Racial del Ministerio de Igualdad, le parece fatal (y racista) que en la tradicional cabalgata de Reyes del cinco de enero se pinte la cara de negro a un señor que no es negro para representar al Rey Baltasar. De que ninguno de ellos sea, en realidad, rey ni mago no dice nada. De entre todos los hechos que componen esa representación festiva dirigida a un público infantil ilusionado que cree en la magia, la de pintar la cara de negro a un señor que no es negro le parece a Rita un signo inequívoco de racismo histórico y estructural. Creo que Rita hace bien en enfocar de manera crítica cualquier hecho, abstrayéndose de su contexto, de su naturaleza, de la historia y de su intencionalidad, obviando todo ello y pasando de todo. Excepto de lo que le interesa. Las peticiones de principio exigen un sacrificio y este, casi siempre, es la verdad y es la realidad. Creo, además, que Rita no debería limitarse a un único colectivo minoritario, debería ser más ambiciosa (y solidaria) en su causa. Menos mal que me tiene y que me pilla con un ratito, ganas y solete. Voy hacerle yo el trabajo y a analizar la Cabalgata de Reyes al estilo Bosaho, pero prestando atención a todo movimiento identitario. A comprometida y empática, cuando me pongo, no me gana nadie. Voy:

• Efectivamente, pintar la cara de negro a un señor blanco es una «recreación bufónica» que eterniza estereotipos negativos asociados al color de la piel, naturalizando el racismo. Propongo llamar a un señor negro, únicamente por ese rasgo racial, y, mediante un contrato precario por obra, por las cuatro que dura la cabalgata, lo disfrazamos y sentamos en una carroza a lanzar caramelos (sin tirar a dar). No es necesaria experiencia. Solo ser negro. 

• La pelirrojez de Gaspar también es falsa en demasiadas ocasiones. Eso, sin duda alguna, apuntala la rutilofobia y las personas pelirrojas naturales reviven (las revictimizamos) ese repelús que una parte de la población siente por ellos. Me parece imprescindible que el Rey Gaspar sea representado por una persona pelirroja natural y que esté prohibido que el público pueda poner caras raras al verle o retirar la mirada si le incomoda su tono de pelo o de piel o sus pecas. Todos los cuerpos son deseables. Hasta los de los pelirrojos.

• La barba blanca de Melchor, independientemente de que sea falsa o real, potencia el edadismo que las personas envejecidas sufren por su condición de seres vivos vetustos. Debería evitarse, en la medida de lo posible o, en última instancia, contratar a una persona ciertamente anciana. Discriminación ninguna.

• No se encuentran representados colectivos como las mujeres, la etnia gitana, los acondroplásicos, las personas con movilidad reducida, transexuales, ecoansiosos, veganos, intolerantes a la lactosa o aficionados al Betis, por señalar algunos casos especialmente sangrantes. Creo que una opción ineludible sería ampliar el número de Reyes Magos de Oriente. Una sociedad plural y abierta debe encontrar representación en toda ficción, independientemente de la libertad creativa del autor o la fidelidad a la obra original. Apuesto por pasar de tres Reyes Magos a veinte Reyes Magos y la mitad sean mujeres.

• Que sean reyes no hace más que condicionar en la infancia una postura de simpatía por la monarquía al asociar esa institución, arcaica y antidemocrática (mal), con regalos y chucherías (bien). Así, cualquiera. Propongo que en adelante se celebre la Cabalgata Paritaria de los Veinte Presidentes y Presidentas de Repúblicas. 

«Creo que una opción ineludible sería ampliar el número de Reyes Magos de Oriente. Una sociedad plural y abierta debe encontrar representación en toda ficción»

• El hecho de que sean magos, además de mentira, es dotarlos de un privilegio esotérico del que carece el resto de la población. Eso no hace más que perpetuar el clasismo y establecer diferencias entre los que sí tienen por herencia el don de la hechicería y los que no. Hay que luchar contra eso. Propongo que sean personas sin privilegio de ningún tipo, así que nada de Cabalgata Paritaria de los Veinte Presidentes de Repúblicas Magos, sino Cabalgata Paritaria de los Veinte Presidentes y Presidentas de Repúblicas Elegidos Democráticamente de entre Todos los Ciudadanos y Ciudadanas Iguales en Derechos. 

• Señalar también lo desacertado de incidir en su procedencia. Insistir en que vienen de Oriente subalterniza, respecto a los oriundos de occidente, a los aborígenes de aquella parte del mundo. Esos estereotipos tan arraigados son despreciables. Creo que la Cabalgata debería denominarse a partir de ahora y oficialmente como Cabalgata Paritaria de los Veinte Presidentes y Presidentas de Repúblicas Elegidos Democráticamente de entre Todos los Ciudadanos y Ciudadanas Iguales en Derechos del Mundo. 

• Fatal que lancen caramelos a los niños. Todo el mundo sabe que el azúcar es contraproducente para ellos, un peligro cierto. Y además vienen envueltos en plástico. Insisto especialmente en que se reparta brócoli, zanahoria y manzana sin envoltorio contaminante. 

• El acto de lanzarlos desde las carrozas evoca a tiempos en los que nuestros antepasados eran humillados por señores feudales y eso nos revictimiza y neoesclaviza, por lo que deberán ser entregadas las piezas de verdura y fruta cuidadosamente en las manos y estableciendo contacto visual, de igual a igual. La fórmula correcta para acompañar esa acción, propongo, sería decir «te hago entrega de esta fruta (o verdura) porque la mereces y es tuya» (en español, euskera, catalán, asturiano y andaluz). Y la persona a la que se le entrega debería responder «namasté». Cualquier otra fórmula de agradecimiento sería una desprecio al resto de lenguas del planeta, sobre todos las de sociedades aborígenes a punto de desaparecer. 

• Como el público en su totalidad tiene derecho a ver el espectáculo inclusivo y transversal en primera fila, se alargará el recorrido para que solo haya una hilera a derecha e izquierda y todos estén en primera y única fila. Eso obligará a extender tanto el trayecto como la duración, pero todo sea por la igualdad. La Cabalgata Vegana y Paritaria de los Veinte Presidentes y Presidentas de Repúblicas Elegidos Democráticamente de entre Todos los Ciudadanos y Ciudadanas Iguales en Derechos del Mundo empezará el 17 de septiembre en el punto más septentrional de la ciudad de Madrid y acabará en el más meridional, tras haber recorrido todas y cada una de las calles de la ciudad. 

Que igual acabamos antes contándoles a los niños lo de la conspiración mundial para hacerles creer en la magia. Total, no se van a creer que los adultos hayamos podido ponernos de acuerdo en algo.