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Pilar Marcos

Las restas de Yo-Yo-Yolanda y su 'sed de cambio'

«Ni siquiera la polémica sobre la gestación subrogada, lanzada desde la revista ¡Hola!, ha ayudado al Sumar de Yo-Yo-Yolanda»

Opinión
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Las restas de Yo-Yo-Yolanda y su ‘sed de cambio’

Yolanda Díaz | Europa Press

Mal ha elegido el momento y el lugar Yo-Yo-Yolanda Díaz para exhibir que su Sumar es, antes que nada, restar los restos del otrora poderoso Pablo Iglesias, que le dejó el encargo de cuidar (a sus órdenes) el rebaño de Podemos. Y peor aún ha elegido el mantra para captar adeptos: ‘Sed de cambio’. Pues claro que hay ‘sed de cambio’, pero para acabar cuanto antes con el Gobierno del que ella es vicepresidenta y ministra. 

A sólo dos días de la publicación, mañana, en el BOE de la convocatoria electoral del 28 de mayo, el yoísmo yolandista convocó su fiesta en Madrid, donde Podemos sabe que acaricia un muy probable resultado de cero escaños -¡cero!- en la Asamblea que pretendió liderar Iglesias hace solo dos años. Poco sumar y mucho restar en un Madrid en el que los restos de Podemos ya suman cero. 

Mal momento y mal lugar porque la semana transcurrida entre su boda, de blanco inmaculado, en la moción de censura contra su nuevo jefe, Pedro Sánchez, y su festejo en el Magariños se han multiplicado en Madrid las noticias contrarias a Podemos -y también a Sumar y al propio PSOE. La última este viernes, con el colapso de la estación de trenes de Chamartín al inicio de la operación salida. Bien saben los madrileños, que padecen a diario las Cercanías, lo mal que está gestionando el Gobierno de Sánchez las conexiones ferroviarias: pues colapso en Chamartín… 

«¡Qué distinta habría resultado la fiesta de Yo-Yo-Yolanda en el Magariños si, por ejemplo, Esther del Campo, decana de Políticas de la Complutense, la cuna de Podemos y sus confluencias, hubiera ‘arrasado’ en las elecciones al rectorado»

¡Qué distinta habría resultado la fiesta de Yo-Yo-Yolanda en el Magariños si, por ejemplo, Esther del Campo, decana de Políticas de la Complutense, la cuna de Podemos y sus confluencias, hubiera ‘arrasado’ en las elecciones al rectorado, para poder brindar su victoria al ‘espacio’ de la izquierda, PSOE incluido! Pero no, el rechazo, también entre los estudiantes, que genera todo lo que huela a Podemos hizo que el verbo arrasar tuviera que ser conjugado por los medios para definir la victoria del rector reelegido: el catedrático de Veterinaria Joaquín Goyache.

Qué necesidad teníamos también de conocer ¡justo esta semana! que Mónica García, la principal baluarte del Sumar yolandista en Madrid, tiene en Cercedilla un chalé familiar construido en terreno público, en el monte Camorritos, que está desde hace cinco años en situación irregular porque ahí se debe construir un hospital. ¿Es que teníamos poco con el bono térmico del marido para tener que enterarnos, además, de los chalés irregulares propiedad de la candidata de Más Madrid en las vísperas de la proclamación de Sumar?

¡Qué diferente habría podido resultar la fiesta de Yo-Yo-Yolanda si, por ejemplo, no hubiéramos padecido la mala pata de que la Unión Europea decidiera publicar, en estos días, unos datos que tanto benefician a la ejecutoria del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid! Qué necesidad había de que tuviera que publicarse, precisamente cuando estamos en la forja de Sumar por la izquierda, que el Madrid de Ayuso ha avanzado 30 puestos desde 2019, entre las 234 regiones de los 27 países de la UE, para convertirse en una de las mejores para trabajar y vivir, por delante de todas las demás Comunidades Autónomas españolas y por delante también de la media de los países europeos con los que nos gusta compararnos: Alemania, Francia, Italia, Irlanda o Portugal. ¡Ojo!, de la media, no de las regiones más pujantes de alguno de esos cinco países. 

Qué necesidad había, también por ejemplo, de que la UE dijera que -con esos indicadores- la situación de la Sanidad en Madrid es especialmente buena: mejor que la de ninguna otra Comunidad Autónoma de España y mejor también que la media de esos cinco países de vanguardia. ¿Pero no habíamos quedado en que la Sanidad en Madrid es la peor del mundo? ¡Qué mal miden el ‘desmantelamiento de la Sanidad’ estos europeos! 

Pero no todo funciona mejor en Madrid que en la media de esos cinco países europeos. Funciona peor, por ejemplo, el mercado laboral. Y si la comparación se hace por regiones españolas, vamos mal en todas, aunque ligeramente mejor en Madrid. 

¡Qué casualidad! Precisamente vamos mal en las competencias de la cartera de Trabajo que con tanto donaire porta Yo-Yo-Yolanda. También vamos mal en el funcionamiento macroeconómico, competencia de su nuevo mejor amigo: Sánchez. Ahí la UE da el mismo mal dato para todas las regiones españolas, que es exactamente el del conjunto de España: estamos a 22 puntos de distancia de la media del funcionamiento macroeconómico de los 27 países de la UE, y muy por detrás de los cinco de la comparación, a excepción de Italia, con quien aún empatamos. Y, quizá, como están muy bien valoradas las infraestructuras madrileñas en comparación con otras regiones españolas y con la media de otros países europeos, el Gobierno de Yo-Yo-Yolanda y su jefe Sánchez se esfuerzan en boicotear las Cercanías de Madrid, con la esperanza de que la gente ignore que ese caos ferroviario es competencia exclusiva del Gobierno de la nación. Como el caos de Chamartín el viernes, por entendernos.

Tampoco ha venido muy bien para la fiesta de Yo-Yo-Yolanda en su Magariños el creciente enfado ciudadano por el pésimo funcionamiento de los trámites en la Seguridad Social. Cualquiera que haya tenido que intentar gestionar el desempleo, o la jubilación, o el Ingreso Mínimo Vital (IMV) lo sabe porque lo ha padecido en sus propias carnes. Pero, ¿qué necesidad había de que la Fundación Civio, solo dos días antes de la fiesta de Yo-Yo-Yolanda en el Magariños, hiciera público que ha intentado pedir cita en todos los rincones de España, llamándolos a todos tres veces al día durante dos semanas? 

«¿No podrían haber esperado ésos de Civio a después de Magariños para contarnos lo pésimamente que funcionan las oficinas de la Seguridad Social del Gobierno de Sánchez y su ‘presidenta segunda’?»

El resultado que muestra ese estudio robotizado es que el ‘Gobierno de la gente’ atiende ¡tan bien! a la gente que en 43 de las 414 oficinas en toda España no había ninguna cita posible (¡ninguna!) para gestionar su pensión. Tampoco había ninguna cita posible en 63 de las 394 oficinas que gestionan el IMV. Y, ojo, cuando por ventura sí aparece una cita posible es para, al menos, un par de semanas después y a una nada prudencial distancia kilométrica del lugar de residencia del sufriente ciudadano. ¿No podrían haber esperado ésos de Civio a después de Magariños para contarnos lo pésimamente que funcionan las oficinas de la Seguridad Social del Gobierno de Sánchez y su ‘presidenta segunda’?

Ni siquiera la polémica sobre la gestación subrogada, lanzada desde la revista ¡Hola!, ha ayudado al Sumar de Yo-Yo-Yolanda. Mira tú por dónde nos hemos enterado de que, pese a las dolientes exhibiciones de presunto feminismo de todas las facciones del Gobierno contra la gestación subrogada, la Ley Trans la legaliza en España por la puerta de atrás. Basta con que la mujer gestante por subrogación se declare hombre; no para siempre, solo el ratito de la gestación. Puestos a hacer negocio, una declaración de ida y vuelta de tales características es una minucia: ¡Otro de las innumerables avances a favor de las mujeres de la Ley Trans de los casi-exsocios de Yo-Yo-Yolanda!

Con estos mimbres quedaron en Magariños. Hoy las crónicas contarán que acudieron los que estaban previstos y que se ausentaron los de la fe pablista verdadera. Y loarán la suave vocación de Platero del discurso yolandista en contraposición a la insufrible agresividad de Iglesias. Pero los tres principales protagonistas saben que da lo mismo. Por eso el ya exjefe de Yo-Yo-Yolanda ha optado por las restas. Ha visto que hay auténtica ‘sed de cambio’ y que las sumas con Sánchez ya no dan. Por eso, prefiere ir calentando la calle. Ésa, y no otra,  es su suma.

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