THE OBJECTIVE
Alfonso Javier Ussía

Eskerrik asko, presidente

«Ha demostrado que hasta el peor de los hombres puede llegar a la Moncloa, y eso es una delicia para la motivación de los niños que le ven como un ejemplo»

Opinión
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Eskerrik asko, presidente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Gracias, presidente, pues si quedaba alguna duda de lo que eran sus socios, éstas se han disipado. Gracias por gobernar para ellos, para ETA, para todos aquellos que quieren romper España y, sobre todo, por haberse quitado del todo la careta si alguna vez la tuvo. 

Gracias, presidente, por preferir verdugos que a víctimas, por estar del lado de los pistoleros, de los puteros y de los cocainómanos. Si alguna vez dudamos de su ‘palabra’, ya queda claro con quién prefiere gobernar. 

Gracias, presidente, por hacernos a todos mucho más pobres, no sólo de pasta sino de alma. Si alguna vez pensamos que todo fue culpa de una pandemia, de una guerra o de la inflación, ya sabemos que se debe al buen hacer de su política económica y de sus sólidos principios. 

Gracias, presidente, por recordarnos que los asesinos pueden ir en listas electorales después de rebajarles sus penas. Primero les acercó, luego les soltó, y ahora les hará regidores de los municipios donde tan bien mataban. 

Gracias, presidente, por ser así de ancho. Es curioso lo buena gente que es usted, que decide dónde y cuándo empieza la memoria democrática. Ese tramo del siglo pasado que se detiene cuando sus socios llenaban de sangre el suelo que hoy le besa. 

Gracias, presidente, por dejar que haya Ministerios y Secretarias de Estado que enseñan a niños y ancianos a hacerse pajas. Qué sería de esta sociedad sin un tipo tan solidario como usted. 

Gracias, presidente, por haber hecho leyes flexibles para que violadores y maltratadores tengan una segunda oportunidad. Qué sería de nosotros sin el perdón.

Gracias, presidente, por construir tantas viviendas a la gente que lo necesita. Es acojonante la forma en la que dejaremos de ver a gente sin techo. Cuatro millones hizo Franco, 100.000 por año. Gracias por seguir su ejemplo de no meterse en política.

Gracias, presidente, por demostrarnos una vez más, que al PNV sólo le importa el dinero.

Gracias, presidente, por reducir las penas a los corruptos que se lo llevan crudo.

Gracias, presidente, por ese ministro de Interior que tuvo la osadía de juzgar a sus socios cuando aún no estaba podrido. Es un ejemplo para todos los que decimos una cosa haciendo la contraria. Gracias por tener a la mejor directora de la Guardia Civil, que sacaba el tiempo que no tenía de notaría en notaría para dejar de comprarse vivienda con el dinero de los ERE. 

Gracias, presidente, por apenas usar el Falcon para sus viajes. Alguien de tamaña importancia debería estar siempre en el aire, y usted, sin embargo, pisa firme el suelo por el que nos arrastramos. 

Gracias, presidente, por tener un Consejo de Ministros tan ligero. Es un garante del ahorro del dinero público. Nunca olvidaremos sus esfuerzos y las horas extra de su codiciado descanso al que ha renunciado por construir una sociedad mejor. 

Gracias, presidente, por cada euro que destina a la propaganda institucional. Qué sería de los medios de comunicación si no fuera por su generosa y ciega fe por la verdad. 

Gracias, presidente, por aquel circo de balas en sobres y demás memeces con las que puso en jaque a la sociedad. Es mucho mejor gobernar con los casquillos de las balas alojadas en la nuca de los compañeros de su partido.

Gracias, presidente, por hacernos ver a todos que llevar el féretro de compañeros está sobrevalorado. Se ha rodeado de gente que son un ejemplo de honestidad y de altura moral. Gracias, Patxi. Súper López. 

Gracias, presidente, por enseñarnos a distinguir un asesino de un político de derechas. Si no fuera por usted, algunos votarían al PP, o peor, a Vox, herederos de Franco, o de Hitler, como poco. Qué sería de nosotros sin esas lecciones de historia. 

Gracias, presidente, porque ahora no debería resultar raro que se sumasen a listas electorales violadores, ladrones, maltratadores o cualquier bandido con delito de sangre. Usted nos ha enseñado que la gente es buena y cambia. 

Gracias, presidente, por enseñarnos la lealtad a la Monarquía. Es un ejemplo de cómo servir a un Rey, aunque sea en Marruecos, en Tailandia, o en cualquier país menos España. Siempre aprenderemos un poco más de su lealtad Institucional.

Gracias, presidente, por impedir que la derecha riegue los campos de su adorada Doñana. Menos mal que habrá agua para la piscina que le aguarda a usted y a sus colegas de verano en Las Marismillas. 

Gracias, presidente, por haberse volcado con las víctimas de aquel fuego de Canarias. No dude que están esperándole ansiosos para agradecerle lo bien que se ha portado con todos ellos. Por las siete mil viviendas prometidas. Es usted el Pocero de la Moncloa. No hay cemento para tanta demanda. 

Gracias, presidente, por permitir que Pablo Iglesias gobernara con usted. Así pudimos comprobar lo comprometido y trabajador que era, la bondad que radiaba en sus declaraciones y lo bien que gestionó las residencias de mayores durante la pandemia. Nunca olvidaremos sus visitas y su capacidad de esfuerzo y trabajo. 

Gracias, presidente, por sacar a la Guardia Civil de Navarra y País Vasco. 400 de ellos murieron defendiendo la democracia y todos sabemos que lo hace para proteger al Cuerpo de más muertos. 

Gracias, presidente, por ocuparse, no sólo de gobernar un país, sino de controlar la Fiscalía —como bien dijo— el Poder Judicial, y todas las Instituciones independientes que garantizan el orden constitucional. Qué sería de nosotros si fueran órganos independientes.

Gracias, presidente, por enseñarnos a base de ejemplo todos los significados de la palabra honestidad, verdad, y de ser un enemigo acérrimo de la mentira. Gracias. 

Eskerrik asko, presidente, por demostrarnos que para ser presidente sólo hace falta aritmética y sangre fría, como la de los charcos de todos y cada uno de los muertos que atesoran en sus filas partidos tan demócratas como Bildu. 

Gracias, presidente, porque ha demostrado que en un país como el nuestro hasta el peor de los hombres puede llegar a la Moncloa, y eso es una delicia para la motivación de los niños y jóvenes que le ven como un ejemplo a seguir. 

Y gracias, presidente, por el sueño al que ha renunciado, por su imparable bondad, su incalculable capacidad de trabajo, y por haber hecho de España un país mucho mejor del que encontró cuando se orilló en Palacio. No le quepa duda que en las siguientes elecciones, todo el mundo correrá a las urnas para que pueda seguir gobernando con su ejemplo cuatro años más. 

Eskerrik asko, presidente.

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