La libertad por bandera
«Los lectores sois la punta de lanza de una sociedad libre y gracias a vosotros he intentado ser cada día un poco mejor escritor»
Hay veces en la película de cada uno, que los cortes del rodaje obligan a montar de otra forma las escenas. A veces se produce por cambios en el guion, se van mejorando los diálogos, o directamente la cosa se va de las manos, como pasó en Apocalypse Now, rozando la frontera del delirio y la autodestrucción. Todos los que saben de cine dicen que el montaje es la diferencia entre lo bueno y lo mediocre. Ahí es donde se pasea la magia y formas de un director, el resultado final, el producto terminado. De todas las personas que forman una producción, los escritores ocupamos el terreno del diálogo, la idea original, incluso. Lo demás corre a cargo del que ordena el ingente material, los recursos, las imágenes, la forma de contarlo. En los periódicos eso es cosa del director.
He sido libre y he tenido la suerte de participar de un proyecto como el de esta casa, THE OBJECTIVE, sintiendo de manera inmediata la sensatez de la libertad de prensa. Nunca se me ha pedido que tirase hacia un lado u otro, ni lo que podía o no decir, mucho menos, si alguna columna no era del tono o la madera de la que estaba hecho este barco. Al contrario. Por eso quiero darle las gracias a Álvaro Nieto, director, y a Paula Quinteros, editora, por haberme dejado volar en paz mientras trataba de aportar con ilusión esas grietas por las que, como dijo Leonard Cohen, entraba la luz.
No puedo estar más agradecido por esa forma de respetar las ideas de los demás.
Quiero agradecer también, muy especialmente, a los magníficos periodistas que forman la mesa de cierre. Ellos han sido compañeros y primeros ojos de cada columna. Siempre correctos, profesionales, intentando ayudar y, sobre todo, sabiendo que sus maneras estaban dispuestas ante cualquier desliz que en mi torpeza o velocidad me equivocara.
La propia película me ha puesto un cambio de escena. Stevenson decía que «nuestra finalidad en la vida no es tener éxito, sino continuar fallando con buen humor». Y en eso estamos, tratando de fallar lo menos posible, pero sin miedo a intentarlo. No será por eso. Siempre he pensado que la opinión está un poco sobrevalorada, especialmente, en estos tiempos que corren en los que se opina hasta de cómo hacer una operación cardiovascular, como si eso de la cirugía se aprendiera mirando alertas en la red social. También creo que la lectura es uno de esos placeres que tiene un retorno añejo, que te permite reflexionar una situación que en muchas ocasiones pasa desapercibida, agachada, como si la vida pasara de lado sin que la quieras mirar porque tienes demasiadas distracciones para darte cuenta que en el fondo todos somos así de normales. Así de mortales. Así de iguales.
«Muy pocas redacciones pueden presumir de tener la libertad de expresión por bandera. THE OBJECTIVE desde luego la tiene»
Pero si de algo estoy agradecido de esta etapa escribiendo en esta casa ha sido de estar tan bien acompañado en la sección de opinión. Todas y cada una de las firmas que aquí pueden leer son canela en rama: Mejía, Argudo, Montano, Antonio Caño, Félix de Azúa, Paco Sierra, Joaquín Leguina, Vilches…; son tantos y tan buenos, que me pasaría el artículo entero alabando a cada uno de ellos.
Y gracias a los lectores. Vosotros sois al final el sustento de quienes nos dedicamos a la prosa. Ya sea prensa escrita o digital, el funcionamiento de una sociedad depende de dos cosas fundamentales: la educación y la libertad. En vosotros he encontrado siempre el apoyo y la comprensión, la crítica debida, justa, y la aceptación de algunas de mis ideas. Sois la punta de lanza de una sociedad libre y gracias a vosotros he intentado ser cada día un poco mejor escritor. Sin lectores los periódicos no existirían, estaríamos en manos de los poderosos más soeces y mis hijos no comerían, así que gracias por apoyarme en esta etapa maravillosa, rodeado de tan buenos profesionales, y, por supuesto, cliqueado por vosotros.
Muy pocas redacciones pueden presumir de tener la libertad de expresión por bandera. THE OBJECTIVE desde luego la tiene. Seguirá creciendo como lo ha hecho hasta ahora, y yo seré uno más de aquellos lectores que podrán disfrutar desde la tribuna de uno de los mejores diarios digitales que se editan en español.