MyTO

Un Gobierno contra la ley

«Con buena ingeniería legislativa y la ocupación de las instituciones, han convertido la Constitución en un simple adorno»

Opinión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Ilustración: Alejandra Svriz

Tenemos un Gobierno al que le estorba la ley. Ha dado pruebas sobradas de ello y parece dispuesto a dar muchas más. Caídas ya todas las caretas, curada de espantos la sociedad, que obedece de momento la sugerencia del poder de cobrar la pensión y no meterse en política, el Gobierno está decidido a dirigir el país por encima de las leyes, convirtiendo en mera fachada el orden constitucional.

El Gobierno ha entendido que, con una buena ingeniería legislativa, la ocupación de las instituciones y la complicidad de algunos medios de comunicación, todo cabe en la Constitución, que es tanto como decir que la Constitución no vale para nada.

Casi sin darnos cuenta, nos han cambiado el sujeto de la soberanía, que ahora reside, según proclaman a diario los ministros, en el Parlamento y no en el pueblo español. Con mayoría parlamentaria se puede hacer todo, según los exégetas del nuevo régimen. Cada ley que se interponga en los deseos del Ejecutivo, se suprime o adapta a las nuevas necesidades, aunque esa modificación transgreda la Constitución, los convenios europeos o la opinión de los españoles. Por lo visto, los españoles hablan únicamente cuando votan a sus representantes en el Congreso; el resto del tiempo callan y acatan.

De esta forma, se ha violentado el Código Penal para adaptar dos delitos fundamentales -el de sedición y el de malversación del dinero público- al gusto de los delincuentes del 1 de Octubre y a los intereses de sus actuales valedores, el Gobierno de la nación. Se ha quebrantado la decisión expresa de la asamblea constituyente de que la posibilidad de una amnistía no estuviera recogida en nuestra Carta Magna. Y ahora, cuando algunas piezas del Estado de derecho reaccionan para protegerlo, el Gobierno busca nuevas vías para que la justicia y la ley no se interpongan en sus propósitos.

No sé cómo se denomina un sistema político de esta naturaleza, pero desde luego no es una democracia. O, al menos, no es una democracia como la que conocimos, fundamentada en el imperio de la ley.

El Gobierno ha dado motivos de sobra para obligarnos a sospechar que, antes del final de la legislatura, procederá a un reajuste de nuestro modelo territorial, sin respetar las exigencias constitucionales al respecto. Encontrará, con seguridad, los recursos legislativos para hacerlo, la mayoría parlamentaria para aprobarlo y el respaldo mediático para justificarlo. Es de temer, igualmente, que cuando esta legislatura concluya el deterioro institucional sea tan grave que pueda estar en riesgo la opción efectiva de una alternancia en el poder. Peor aún, aún produciéndose un relevo en el Ejecutivo, el próximo Gobierno tendría que ser muy generoso para renunciar al esquema de poder absoluto que el Gobierno actual dejará a su disposición.

«Es de temer que cuando esta legislatura concluya el deterioro institucional sea tan grave que pueda estar en riesgo la opción efectiva de una alternancia en el poder»

España está en riesgo cierto de convertirse en una democracia fallida. No tiene porqué parecerse a ninguno de los modelos autoritarios que tengamos en mente, pero sí puede dejar de ser el sistema que garantiza los derechos ciudadanos, el equilibrio entre los poderes y la igualdad ante la ley. Incluso la libertad de expresión se ve limitada por el clima de intimidación impuesto contra cualquier opinión que pueda identificarse con la fachosfera. En ausencia de esas garantías, los abusos que ya sufrimos, serán mayores y más difíciles de combatir. 

Ignoro en qué puede desembocar el camino emprendido por este Gobierno. Algunos creen que el Estado de derecho goza aún en España de recursos suficientes para poner freno a esta deriva. Otros confían en que las instituciones europeas pondrán orden, en última instancia. Pensando en los precedentes de Hungría y Polonia, tengo mis dudas. Pero lo que es indiscutible es que el Gobierno ha puesto el destino de España en manos de aliados que no creen en nuestra democracia y ven ahora una oportunidad única de acabar con ella.

12 comentarios
  1. danif

    Los que están aceptando la responsabilidad de ayudar a Sánchez , colaborando en la destrucción del estado democrático ,no saben lo que les espera.
    El tema, de la amnistía y los pasos hacia el “proceso autoritario sanchista “, afectará no solo a los políticos que los aprueben , a los intelectuales y medios concertados que lo han apoyado y a la parte de la sociedad que lo ha permitido. Todos pasarán a la historia, también los jueces , los fiscales,y funcionarios públicos,, PRISA , THE OBJETIVE , Jordi Gracía, X. Vidal Folch, La Vanguardia. Guerra ,González, ,García Ortiz, Conde-Pumpido, Savater,. aunque con diferente calificación
    .En El País el 13/11/23 y tal vez por eso , Cebrián publicó uno de los artículos más importantes para la historia de periodismo democrático “ Disculpa a la traición ; premio a la culpa”: “Pedro Sánchez no debe preocuparse más por su lugar en la Historia: con toda probabilidad acabará metido entre la chatarra “.
    Y con él estarán ,” con toda probabilidad “no solo los políticos que la aprueben , también los intelectuales , profesionales , medios concertados, jueces, fiscales ,funcionarios públicos … que lo han apoyado tan ciegamente .

  2. Bartleby

    Da pavor comprobar que personas bien informadas como el señor Caño se muestren tan pesimistas. Sánchez pasará a la historia como tanto anhela desde luego que pasará como el inventor del golpe de estado desde dentro en una versión de pesadilla de aquella máxima que sirvió para traer la democracia a España, «de la ley a la ley, a través de la ley» ahora utilizada para derogar la Constitución vía «hechos consumados», ni Prenafeta lo hubiera soñado. Nunca antes un presidente del gobierno de España había colaborado tanto a la destrucción de nuestra democracia puesto al servicio del golpismo supremacista catalán. ¿Qué se puede hacer?
    El señor Caño y otro muchos avisan del peligro pero cómo hacerle frente antes de que sea demasiado tarde, ¿estamos resignados?

  3. tonocrespo

    Debemos plantearnos el sistema que nos hemos dado, si este ha permitido que un fatuo ególatra de este calibre llegue a poner en jaque a todo el sistema, es que este sistema no MERECE LA PENA, no ha sido capaz de acabar con este «cuerpo» . extraño». «. Personalmente llevo toda mi vida comentando con mis alumnos que el autentico pecado original de nuestro quebrado sistema democrático radica en FALSA SEPARACIÓN DE PODERES. Desgraciadamente el tiempo parece haberme dado la razón.

    Cada día es más evidente que el sueño húmedo del psicópata narcisista es pasar a la Historia como el presidente de la III República confederal Ex-pañola. Tiempo al tiempo, pero somos más y MEJORES los que luchamos porque acabe ante un tribunal por delito de ALTA TRAICIÓAN, de ahí sus desvelos por poder domeñar el CGPJ, nombrando a obedientes que jueces en un hipotético futuro judicial lo exoneran de toda responsabilidad, con el control de los jueces pretende un salvoconducto para SU PERSONA.

Inicia sesión para comentar