MyTO

El triunfo de la voluntad de Carles Puigdemont

«Los independentistas no llegan al 30% de toda la población de Cataluña, pero bastan para montar la coreografía ante las cámaras»

Opinión

El expresidente catalán Carles Puigdemont. | Ilustración: Alejandra Svriz

  • Fundador y Director General de la compañía de consultoría estratégica Redlines.
    Ha dirigido campañas electorales tanto en España como en diversos países de América latina, y es analista político habitual en diversos medios de comunicación.
    Es autor de los libros : «Guía práctica para abrir Gobiernos» (Goberna, 2015), «Otro Gobierno» (Algón Editores 2012), y «Open Government – Gobierno Abierto» (Algón Editores, 2010).
    Le encantan los platos de cuchara, sufre con cada partido del Athletic de Bilbao y no se pierde un concierto de Los Planetas.

Seguramente será algún tipo de tara profesional, pero mientras el pasado jueves Carles Puigdemont se hacía aprobar su propia ley de amnistía a medida, practicando de paso su deporte favorito, ya saben, el de humillar a lo que queda del PSOE con el sadismo de una snuff movie, una especie de guión para una pieza de comunicación política comenzó a llegar a borbotones a mi cabeza, sería algo así:

Al día siguiente de la aprobación de la ley de amnistía, un Carles Puigdemont serio, sobriamente vestido y ligero de equipaje abandona el doloroso exilio y se sube a un viejo tren en Bruselas camino de París: 

Plano medio de Carles sentado en el tren:  lee y subraya con lápiz frases sueltas de algún libro de Thomas Jefferson o de alguna biografía sobre John Adams mientras por la ventanilla avanza lentamente el paisaje belga.

Al llegar a París y antes de embarcar en el TGV a Barcelona, un grupo de escogidos, los más fieles entre los fieles, los que mejor simbolizan la Catalunya doliente del pasado y la Catalunya triunfante del futuro se unen a él en silencio mientras avanza por la estación. El mensaje es Carles, ellos solo son actores secundarios y lo saben:

Plano-secuencia en la cafetería del TGV: entra Carles y va saludando y abrazándose a todos ellos uno por uno, conversaciones cortas, gravedad ante el momento histórico, alegría contenida, lágrimas y esperanza. Una niña sentada en el suelo ondea una pequeña estelada de tela brillante. Carles mira por la ventanilla cuando ya se recorta en el horizonte la inconfundible silueta de la Ciudad Condal, futura capital de la Catalunya independiente.

«Los independentistas no llegan al 30% de toda la población de Cataluña, pero bastan para montar la coreografía ante las cámaras»

Barcelona se ha desbordado de banderas, las victorias políticas de Carles Puigdemont sobre esa España torpe y cobarde que ha ido tragando con todos los órdagos del estratega exiliado y han devuelto el ánimo a las deprimidas huestes independentistas convenciéndolas de que esta vez sí, la independencia es posible y está al alcance de la mano. 

Incluso los más tibios, aquellos que tras la aplicación del 155 se conformaban con una autonomía con esteroides se han convencido de que no merece la pena formar parte de un Estado incapaz de defenderse a sí mismo.

No llegan al 30% de toda la población de Cataluña, pero bastan para montar la coreografía ante las cámaras, el 70% que está en contra ya no se atreve a salir de sus casas. Ya no volverán a tener la oportunidad de hacerlo. 

Planos al estilo de Leni Riefenstahl en su Triumph des Willens alternando imágenes desde cuatro drones: Carles Puigdemont subido a un coche descapotable saluda a las masas mientras avanza por la Diagonal abarrotada de gente llegada desde todos los puntos del principado que grita ¡In-de-pen-denci-a!, ¡In-de-pen-denci-a!, ¡In-de-pen-denci-a! .

Después de dos horas de paseo triunfal con todas las televisiones del mundo en directo, uno de los drones se sitúa detrás de Carles a su llegada al Parlament de Catalunya justo a tiempo para captar su mirada de determinación al bajarse del coche.

Carles avanza solo hacia la nube de cámaras y micros y tras unos segundos de dramático silencio solo dice una frase: «Catalunya, ja soc aqui!«.

En Montjuic la sinfónica de Cataluña comienza a tocar Els Segadors bajo un imponente castillo de fuegos artificiales.

Ya no hay vuelta atrás.

5 comentarios
  1. Pepecola

    De entre la multitud vociferante sale un hombre corpulento de mirada desafiante y más que dudosa tremendamente atrabilaria con barba de cinco días, sudoroso y con una tonsura que delata que fue en otra vida del Metaverso un experto luchador de Sumo, que aproximándose lentamente con paso tambaleante interpela a nuestro heroe y con voz tonante le dice: escolta noi, pero tu que cony te has cregut? (pero tú de que vas?) y le arrea dos sopapos en ambas carrilleras ante la estupefacción del séquito del interfecto. Nos vemos mañana en el pati del torongers para dirimir lo que tenemos pendiente desde que te fugaste en la cajuela del auto. No te creas que porque vienes de parte del Primo de Zumosol te lo voy a consentir todo, todo, y todo… Ya te digo, nos vemos mañana a la hora de maitines en ayunas, y dirimimos quien manda aquí, y el que mas chifle, capaor…

  2. Pepecola

    Jajajaja jajajaja ya no hay vuelta atrás, la hem cagat, nois… tanto va el cántaro a la fuente que al final la hem cagat.. No era eso Carles, no era eso… ¿Y ara q asemos con toda esta mierda de la i-inde-indepandensia eh! Jajajaja jajajaja etc. etc. con todo y con eso lo que más me ha gustado.es el final fantasy de Juego de Troncos (la debacle final):
    «Carles avanza solo hacia la nube de cámaras y micros y tras unos segundos de dramático silencio solo dice una frase: «Catalunya, ja soc aqui! » Después de dos horas de paseo triunfal a la pata coja y con la cabeza debajo del brazo y cierto cansancio en la mirada que se adivina tras el flequillo cuando nuestro héroe se lo sopla avanzando el belfo inferior en un gesto copiado del actor larguirucho del flequillo que salia en todas las peliculas de Marisol haciendo el tonto, con todas las televisiones del mundo en directo, «uno de los drones se sitúa detrás de Carles a su llegada al Parlament de Catalunya justo a tiempo para captar su mirada trasera de determinación al bajarse del coche descapotable, un seiscientos tuneado para la ocasión…. (Continuará)

  3. SigmundFreud

    a nadie le interesa esto
    lo que si interesa y no toca ningún medio de derechas es Aznar, Acebes, Zaplana… se colocaron muy bien con la puerta giratoria tras las mentiras del 11-M. Aznar sigue moviendo hilos en el PP. Políticos y periodistas de la «conspiranoia» siguen muy bien colocados.

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