MyTO

La peor clase política

«No es casual que la peor clase política llegue en el peor momento posible. Feijóo no lo tiene fácil en un partido falto de un discurso adaptado a los nuevos tiempos»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • De la biografía me interesan los espacios habitables. Creo en las virtudes imperfectas y en la civilizada inteligencia de la moderación

Núñez Feijóo ha declarado que la actual clase política es la peor de los últimos 45 años. Hay algo paradójico en esta afirmación. Se supone que la democracia es una escuela de valores, un modelo formal basado en la división de poderes, el debate público y la participación popular, el cual termina forjando una cultura determinada que podría denominarse «ciudadana». El resultado del periodo democrático en nuestro país, sin embargo, como denuncian las palabras de Feijóo –y creo que, en gran medida, son ciertas–, ha sido el opuesto: el debate público se ha empobrecido significativamente, los diversos poderes del Estado sufren notables fricciones, la calidad de las instituciones se resiente como consecuencia de este conflicto y el voto popular se muestra incapaz de dar salida a los problemas de gobernabilidad que ha ocasionado la desaparición del bipartidismo.

La tentadora nostalgia invita siempre a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor y, en cierto sentido, es verdad: porque éramos más jóvenes y también porque éramos los protagonistas del prime time de aquellos años. Pero el presidente del Partido Popular no se refería a la percepción psicológica del votante, ni tampoco a la espesa maraña de datos que inundan los inútiles papers de la politología, sino a una experiencia mucho más cercana a lo cultural. Ese empobrecimiento se percibe cuando comparamos la sintaxis y el vocabulario que empleaban Gregorio Peces-Barba o Félix Pons con el lenguaje del que se sirve hoy Francina Armengol, por ejemplo. Son dos universos lingüísticos distintos y, por tanto, dos inteligencias muy diferentes. No es necesario acudir a Wittgenstein para recordar que los límites de nuestro lenguaje marcan las fronteras de nuestro ámbito cognitivo. La pobreza verbal incide en otras muchas derrotas, también en las morales y cívicas.

«A los problemas propios de España se añade la pulsión frívola de unas élites que parecen haber olvidado su pacto con la ciudadanía»

Este deterioro al que apunta Núñez Feijóo no se limita, sin embargo, a España, y creo que este es el factor clave de nuestro tiempo. El sonambulismo rige en todo Occidente, a la vez que regresa la Historia en mayúsculas. Por un lado, el invierno demográfico –aquí, suicida–, con las fronteras europeas sometidas a una enorme presión migratoria; por el otro, los múltiples conflictos armados que siempre amenazan con extenderse por accidente tras un intenso periodo prebélico. La humanidad es tan previsible como la estupidez, me temo. Y España difícilmente logrará escapar a la locura de nuestra época, porque a los problemas propios se añaden los de una coyuntura endiablada y la pulsión frívola de unas élites que parecen haber olvidado su pacto con la ciudadanía. El circo no puede suplir la falta de pan, del mismo modo que la ciencia no desvela la auténtica condición humana.

No resulta casual que la peor clase política llegue en el peor momento posible. La una es causa del otro y revertir estas tendencias no parece un camino sencillo. Feijóo, hombre discreto en el buen sentido de la palabra, no lo tiene fácil en un partido –el suyo– falto de un discurso adaptado a los nuevos tiempos. La prudencia constituye un eje de continuidad en épocas de mudanza, pero carece de la imaginación necesaria para ensanchar el campo de las oportunidades. Al final, hay que acudir a la responsabilidad: saber elegir a los mejores y crear las condiciones desde el poder para que la meritocracia se generalice en las instituciones, en los partidos, en el funcionariado, en la escuela, en la empresa… El precio a pagar es alto, pero vale la pena asumir esos riesgos. Para que los españoles puedan decir en un futuro que un político recibió un país con una cultura fragmentada y la reconstruyó bajo el signo de la vida adulta.

9 comentarios
  1. danif

    Ramón Tamames Gómez:“ Sobre los socios de Sánchez, “ en el fondo lo que quieren es mandar. Quieren mandar empobreciendo el país. Y una vez que lo empobrecen, con una red de mecanismos de clientelismo, controlar el país de una forma definitiva. ¿Cuál es el efecto de Podemos en el Gobierno? Pues sencillamente más subsidios que son necesarios en parte, pero no para todos, porque la gente entonces deja de trabajar.. ellos lo que quieren es cargarse el sistema. Lo ha dicho el jefe de Bildu “Venimos a Madrid a cargarnos el régimen “.

  2. danif

    Los análisis de los intelectuales de la transición son los más críticos y solventes sobre los
    defectos del sistema : ejm Rafael Arias Salgado: “Zapatero modela un PSOE no europeo, con el horizonte de un socialismo que gana todas las elecciones sucesivamente, en el ejercicio de su hegemonía y del abuso de poder…Toda la estrategia de Zapatero y de Sánchez es evitar la alternancia del poder.
    Antonio Garrigues Walker. El estamento político tiene que asumir responsabilidades como cualquier otro estamento. La idea de utilizar el poder, no para transformarla sociedad, sino exclusivamente para mantenerse en el poder es inmoral desde todos los puntos de vista. Es un «delito» democrático Todo tiene un límite y ya lo hemos superado con creces. O reaccionamos o merecemos lo que nos pasa.

  3. danif

    Los que dirigieron la transición siempre podrán justificar que, aunque a trompicones (y en algunos casos ,sin convicción personal ), al final dejaron un país entre las democracias plenas y que los que los quieren sustituir son admiradores de regímenes autoritarios que están los últimos en progreso y libertad.
    Si los políticos son una representación de la sociedad ¿ por qué los anteriores eran mucho más competentes y responsables que los de ahora? ¿ Quién votó a Zapatero , a Sánchez , a Pablo Iglesias y al resto de los actuales políticos que sueñan con un régimen autoritario?

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