Juncker propone que toda la Unión Europea se una al euro y a Schengen

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha propuesto este miércoles que todos los países de la Unión Europea estén en el euro y en Schengen de cara a la salida de Reino Unido, una medida disuasoria de nuevos Brexit pensada especialmente para los países más al este de la UE, informan varias agencias. Juncker ha desvelado este miércoles sus planes para impulsar la Unión Europea, asegurando que el bloque debe aprovechar el actual «viento en popa» tras una serie de crisis con el Brexit como punto culmen, informa AFP. «Europa tiene de nuevo el viento en popa. Tenemos ahora una ventana de oportunidad, pero esta no continuará siempre abierta», ha asegurado Juncker en su tradicional debate sobre el Estado de la UE ante la Eurocámara en Estrasburgo.

El optimismo sobre el futuro del bloque ha impregnado el discurso del jefe del ejecutivo comunitario, quien, en su debate de 2016, subrayó la «crisis existencial» que vivía el bloque tras hacer frente a años de crisis económica y migratoria, a la que se sumó ese año la victoria del Brexit. Desde su último discurso del Estado de la UE, la crisis migratoria parece más encauzada que en años anteriores, las economías europeas presentan índices de crecimiento, el desempleo en la zona euro ha caído por debajo del 10% y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha convertido a los todavía 28 en los principales defensores del libre comercio a escala mundial.

El comercio es una de las prioridades de Juncker para la construcción de una Europa «más fuerte y más unida». En este sentido, ha propuesto abrir en un futuro negociaciones para un acuerdo comercial con Nueva Zelanda y Australia, que se suman a las vigentes con los países del Mercosur y México. Otra de sus propuestas es proteger los sectores estratégicos europeos mediante un «marco» de control de las inversiones extranjeras en el bloque, en respuesta a las inquietudes de las grandes economías europeas sobre las adquisiciones chinas. Y, en el campo migratorio, Juncker ha alabado la gestión de Italia en el Mediterráneo Central e insistió en la necesidad de mejorar el ritmo de las devoluciones a sus países de origen de migrantes que no consigan el asilo y el refuerzo a su vez de vías legales de migración a la Unión.

La crisis migratoria abrió una nueva crisis en el bloque, en concreto con los países del Este, más reacios a acoger refugiados, como Polonia y Hungría. Sus gobiernos están también en el punto de mira de Bruselas por sus políticas consideradas como antidemocráticas. «De este a oeste, Europa debe respirar con sus dos pulmones, si no nuestro continente podría quedarse sin aliento», advirtió Juncker, quien subrayó además que «el Estado de derecho no es opcional en la UE«, en aparente referencia a la controvertida reforma judicial en Polonia, pero que también podría hacer alusión al referéndum independendista de Cataluña, prohibido por el Tribunal Constitucional.

Aunque algunos eurodiputados han criticado que su programa cojea en el aspecto social, todos han estado de acuerdo en que la UE no puede ceder a la autocomplacencia tras años de crisis, máxime cuando el presidente de la Comisión prefirió centrar su discurso de 80 minutos en el futuro, dedicando poco tiempo al Brexit. «El Brexit no es el futuro de Europa», ha subrayado Juncker, para quien el bloque, en plenas negociaciones con Londres sobre su divorcio, lamentará la marcha de Reino unido. «Ustedes también lo lamentarán», ha añadido cuando los antieuropeístas británicos lo abuchearon. Su líder, Nigel Farage, le ha respondido: «Gracias a Diosque nos vamos. Ustedes no han aprendido nada del Brexit».