Trump va a Las Vegas y el FBI interroga a la novia del atacante
Un total de 47 armas han sido halladas en el hotel y en su casa en la ciudad de Mesquite, a unos 130 kilómetros de Las Vegas.
El presidente Donald Trump ha viajado el miércoles a Las Vegas a reunirse con las víctimas de la peor matanza a tiros en la historia reciente de Estados Unidos, mientras el FBI buscaba pistas sobre lo ocurrido interrogando a la novia del atacante, informa AFP.
«Es un día muy, muy triste para mí», ha dicho el mandatario, acompañado de su esposa Melania. Tres días después de que Stephen Paddock, un estadounidense de 64 años, matara a 58 personas e hiriera a más de 500, poco se sabe sobre el móvil de este contador jubilado a quien le gustaba apostar fuerte y era dueño de un arsenal, quien ha sido hallado muerto tras la tragedia.
Su novia, Marilou Danley, estaba en Filipinas cuando Paddock ha disparado con rifles de alta potencia desde su habitación en el piso 32 del hotel Mandalay Bay el domingo por la noche, masacrando a muchos de los 22.000 asistentes a un concierto de música country en la principal avenida de Las Vegas.
La mujer, de origen filipino y nacionalidad australiana de 62 años que había llegado a Estados Unidos hace 20 años para trabajar en los casinos, ha regresado el martes al país. Ha sido recibida por agentes de la policía federal (FBI) ansiosos por escuchar algún dato que permita dilucidar el móvil de la tragedia.
«Conocí un Stephen Paddock bondadoso, cariñoso y tranquilo (…). Nunca sospeché que estuviera planeando algo violento contra nadie», ha dicho Danley en un comunicado leído por su abogado a periodistas. La mujer ha manifestado que quiere colaborar con la policía.
Danley no está bajo custodia y es libre de ir adonde quiera, pero es una «persona de interés» para el FBI, según medios estadounidenses, que han señalado que se investiga una transferencia de 100.000 dólares que le hizo Paddock a Filipinas una semana antes de la matanza.
Según NBC News, además del giro de 100.000 dólares, el atacante había apostado otros 160.000 en casinos en las últimas semanas.
Todo sugiere que el ataque fue cuidadosamente planeado por Paddock, quien incluso había instalado una cámara en la mirilla de la puerta de su cuarto de hotel y dos en el pasillo. «Parece que estaba esperando que alguien llegara a arrestarlo», ha dicho a periodistas el comisario Joe Lombardo.
Lombardo sigue muy cauteloso sobre lo sucedido. «No hemos descartado ninguna pista todavía», ha dicho su asistente, Kevin McMahill. Y las declaraciones del presidente estadounidense no han ayudado a aclarar el misterio.
La policía «ha hecho un trabajo fantástico en muy poco tiempo», ha dicho Trump. «Se están enterando de mucho más», ha agregado. También ha informado que los avances de la investigación serán anunciados «en el momento oportuno», sin dar más detalles.
Consultado el martes sobre un vínculo del atacante con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha reivindicado el ataque sin dar pruebas y ha llamado a Paddock un «soldado del califato», Trump dijo: «No tengo idea».
El presidente de la comisión de Inteligencia del Senado, Richard Burr, dijo el miércoles que la matanza a tiros no parecía ser de naturaleza «terrorista». «En este punto me complace decir que esto no parece tener un nexo con el terrorismo», ha dicho a periodistas.
Trump, que ha calificado de «enfermo» y «loco» al atacante, dejó entrever el martes en declaraciones a bordo del avión presidencial, que sus comentarios no necesariamente reflejaban la tesis de que Paddock tenía problemas psiquiátricos. Fotografías divulgadas en medios muestran parte del cuerpo del victimario en el suelo de su habitación, junto a varias ametralladoras y muchos casquillos de bala.
Un total de 47 armas han sido halladas en el hotel y en su casa en la ciudad de Mesquite, a unos 130 kilómetros de Las Vegas. También se han encontrado varios kilos de explosivos, miles de municiones y nitrato de amonio, un fertilizante que puede ser un fuerte explosivo. El FBI analiza 67 videos de seguridad.
Mientras los fallecidos comenzaron a ser identificados en los medios, en Las Vegas se conocían historias de heroísmo y un gran apoyo a los sobrevivientes. Sammy Rangel, quien ha estado preso 18 años en Chicago por ser líder de una pandilla de supremacistas blancos, es uno de los donantes. Ha decidido dar su sangre para «contrarrestar el mensaje de odio, con amor y compasión».
