Malí elige presidente bajo tensión pero sin suspense

Más de ocho millones de personas en Malí están llamadas a votar este domingo, entre grandes medidas de seguridad, en la segunda vuelta de unas presidenciales que no han despertado grandes pasiones, pues muchos dan ya la victoria al jefe del Estado saliente, Ibrahim Boubacar Keita, informa AFP.

Pero antes de que abrieran los colegios electorales, el domingo de madrugada, el bando del opositor Soumaila Cissé, en liza frente al presidente saliente, afirmó que se estaba preparando un fraude. «Hace tres días que sabemos que las papeletas de voto circulan por el país», ha declarado el jefe de campaña de Cissé, Tiebilé Dramé. «Esas papeletas deberían estar precintadas y se deberían abrir solo en presencia de asesores, delegados y apoderados de los candidatos», ha añadido.

La tensión ya se había acentuado el sábado cuando los servicios de información de Malí detuvieron a tres hombres de un comando, calificado de «grupo terrorista», en el momento en que «planeaba ataques dirigidos a Bamako durante el fin de semana». No se precisó la naturaleza de estos ataques, pero los tres malienses son sospechosos de ser los autores de un asalto a un peaje que dejó tres muertos en octubre de 2016, a unos 30 kilómetros de Bamako. «Por ahora no vamos a dar demasiados detalles sobre las armas, las municiones, encontradas o no. Pero es evidente que en este periodo de elecciones, es mejor que estén detenidos», aseguró una fuente de seguridad.

Los 23.000 colegios electorales estarán abiertos desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde en este inmenso país del Sahel, todavía enfrentado a la amenaza yihadista tras cinco años de intervenciones militares internacionales. Se espera que los resultados lleguen en cuatro o cinco días. El ganador, que entrará en funciones a principios de septiembre, acarreará con la dura tarea de relanzar el acuerdo paz cerrado en 2015 entre el Gobierno y la antigua rebelión de mayoría tuareg, que todavía no se ha empezado a aplicar. El pacto se firmó tras la intervención del ejército francés que, en 2013, retomó el control del norte de Malí, donde los yihadistas instauraron la sharia durante un año.

En la primera vuelta, el 29 de julio, 871 colegios electorales (más del 3%) permanecieron cerrados a causa de la violencia, sobre todo en el centro y el norte del país, lo que impidió que casi 250.000 malienses pudieran votar.

Seguridad reforzada

Se movilizarán unos 36.000 militares, 6.000 más que en la primera vuelta, para «reforzar» la democracia y «dar credibilidad al proceso a través de una participación masiva de la población», según Umar Culibaly, asesor del primer ministro, Sumeylu Bubeye Maiga. El ejército maliense estará apoyado por los Cascos Azules de la ONU, las fuerzas francesas de la operación Barkhane y, en el norte, donde el Estado está poco presente o ausente, por grupos firmantes del acuerdo de paz. Por su parte, la Unión Europea ha enviado observadores y ha pedido que se garantice el acceso de todos los electores a los colegios.

Pero los comicios no han despertado grandes pasiones entre la población, indiferente y cansada tras más de seis años de violencias yihadistas e interétnicas. Más de la mitad de la población de Malí vive bajo el umbral de la pobreza, aunque la tasa de crecimiento supere el 5% desde hace varios años.

«Personalmente, no iré a votar», declaró el sábado un vendedor de vehículos, Mamadu Traoré, que opinó que el opositor Soumaila Cissé no tiene «ninguna posibilidad». Gran favorito para conseguir un segundo mandato, Keita (73 años) obtuvo el 41,70% de los votos en la primera vuelta -que tuvo una participación del 42,70%-, contra los 17,78% de su opositor, Soumaila Cissé, un exministro de Finanzas de 68 años que no supo unir a la oposición entre las dos vueltas. «Para muchos, con tal diferencia entre ambos, parece que la suerte está echada», según el jurista Abubacar Traore.

Ambos finalistas militaron en el mismo partido en los años 1990 y formaron parte de los mismos Gobiernos. Se enfrentaron en 2013, cuando Keita ganó con más del 77% de los votos.