Podemos utilizará el «ejemplo» de Boric en Chile para frenar los planes de Yolanda Díaz
Los morados quieren imponer el modelo del Frente Amplio chileno con los partidos que configuren la coalición, pero los de Díaz pugnan por frenar ese relato
Podemos quiere que la victoria del nuevo presidente chileno, Gabriel Boric, sirva «de ejemplo» para que Yolanda Díaz no ignore el papel de los partidos en su nueva plataforma. Los morados y los miembros del PCE, liderado por Enrique Santiago, llevan días preparando una campaña que identifique el modelo de Frente Amplio chileno, con notable protagonismo de los partidos políticos, como una vía a seguir en España. Los afines a Díaz saben que los morados están preparando dicho «relato» e intentan ofrecer otra lectura de la victoria de Boric. Abogan por reivindicar un modelo renovador inspirado en la transversalidad (a pesar de que el chileno sea amigo de Pablo Iglesias y en el pasado apoyara a Nicolás Maduro). Al igual que los socialistas, los de Díaz llegan a comparar a Boric con Salvador Allende.
En los últimos días, los miembros de Podemos han rebotado en las redes mensajes directos para afianzar al candidato de la izquierda, quien, además, es amigo personal de Pablo Iglesias. Todas las terminales de los morados se han volcado con Boric porque la cúpula morada lleva días preparando una propaganda que asocie la victoria de la izquierda en Chile a la necesidad de que Yolanda Díaz renuncie a un proyecto personalista. «Podemos quiere que se adopte un acuerdo similar al del Frente Amplio de Chile, donde los partidos sean los que configuren una coalición», explican fuentes cercanas a Díaz.
Tal y como explican fuentes conocedoras de la estrategia morada y otras afines a Díaz, el modelo del Frente Amplio de Boric puede servir a los de Irene Montero para poner sobre la mesa un acuerdo que evite diluir Podemos. El Frente Amplio chileno ha sido ya empleado por Enrique Santiago para instar a Díaz a avanzar hacia un acuerdo que no ignore a Podemos y el PCE en la nueva propuesta electoral. Díaz quiere prescindir de los partidos, pero el caso chileno es un ejemplo en sentido opuesto. No es casual que Díaz esté evitando hablar públicamente de «frente amplio», mientras que los morados repiten esta fórmula una y otra vez para referirse al futuro electoral de su espacio político.
Táctica de los comunistas chilenos
Después de las movilizaciones de Chile en 2019, se convocaron las elecciones para la Cámara Baja chilena. Entonces se selló un «pacto» de partidos y movimientos sociales que se llamó el Frente Amplio. En ese proyecto, los comunistas chilenos esperaban que su dirigente de referencia ganaría las primarias para las presidenciales. Pero se impuso el outsider: Gabriel Boric. Los comunistas tuvieron que ceder, pero se aseguraron una presencia relevante en los que se conocen como «los segundos escalones». Y esto es exactamente lo que quiere hacer Podemos en la nueva fórmula electoral de Yolanda Díaz.
El ganador de las primarias chilenas proponía un discurso parecido al de Yolanda Díaz -y que antes fue de Manuela Carmena-, porque apeló más a las personas que a los partidos. Los morados, como Juan Carlos Monedero, rechazan ese esquema. Pero saben que deben llegar a acuerdos con la gallega. Aunque su objetivo es ganar las letras pequeñas del pacto: «No hay candidato alternativo a Yolanda, pero la clave es saber quién controla la candidatura. Y el ejemplo chileno permitiría a Podemos controlar la candidatura, al igual que hacen los comunistas chilenos con Boric». El nudo gordiano son claramente las listas electorales. Es en ese ámbito donde Podemos aspira a tener voz y voto. Y para ello es necesario forzar a Yolanda Díaz a aceptar su modelo de Frente Amplio a la chilena.
Entre Allende y «ensanchar la democracia»
El problema para Irene Montero y Ione Belarra es que, tal y como adelantó este THE OBJECTIVE, Díaz ya se ha hecho con la mayoría de miembros del grupo parlamentario de Unidas Podemos. El malestar en el llamado círculo de Galapagar se percibe casi en cada declaración pública. Por ejemplo, en los últimos actos en Andalucía, donde los dirigentes de Podemos se conjuraron para buscar una alianza regional de cara a las próximas elecciones y reivindicaron el papel de su partido en la plataforma de Díaz.
A la vez, la cúpula morada aprecia cómo Díaz se está acercando a algunos dirigentes todavía en activo que se han desmarcado del pablismo, lo que alimenta las sospechas. Y, con ellas, la primera reacción de Pablo Iglesias, quien según algunas fuentes ya se ha activado para limitar una sangría de expablista en el bando de la gallega.
Con respecto a Boric, los afines a Díaz están intentando en estos días dar la vuelta al relato de Podemos y ofrecer de la victoria del izquierdista chileno una comparación con el planteamiento de la gallega. Recalcan la moderación del discurso de Boric como elemento esencial de su victoria. Algunos diputados afines a Díaz le comparan directamente con Salvador Allende. También los errejonistas se han lanzado en su defensa. Díaz también ha celebrado la victoria de Boric, intentado que su triunfo sea también trasladarle a su iniciativa. Es el «mejor proyecto posible para ensanchar la democracia», sostuvo, con palabras que inevitablemente se parecen a su invitación a recuperar la «transversalidad».
«Se apuntan a la última moda», zanjan incluso los críticos de Podemos. Boric, de hecho, es un dirigente históricamente cercano a Evo Morales y el chavismo de Venezuela. En el pasado lanzó mensajes de apoyo a Nicolás Maduro. Lula, Pedro Castillo y Cristina Fernández, entre otros, celebraron la victoria del nuevo presidente chileno.
Iglesias también le ha apoyado siempre, entre otras cosas porque sus perfiles en la política son parecidos. Los miembros de Podemos, de hecho, recuerdan que llevan años reuniéndose con él, y así lo dejan constar en las redes sociales. Y según las fuentes consultadas, la moderación de Boric ha sido simplemente táctica para desmarcarse de su contrincante derechista, y afianzar el voto de los moderados. «Es evidente que tiene vínculos con Podemos», zanjan.