Yolanda Díaz usa la guerra del PP para que Podemos no haga ruido ante su gira

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, eligió un día inusual para anunciar su «gira» que desembocará en el nacimiento de su nuevo proyecto político nacional. Lo hizo el pasado martes, durante una entrevista en RTVE, en plena eclosión del Partido Popular y a pocas horas de la dimisión de media cúpula de Pablo Casado. ¿Por qué eligió esta fecha para una declaración de tal relevancia? Fuentes conocedoras de la estrategia de la ministra revelan a THE OBJECTIVE que nada ha sido casual. Díaz y su grupo de colaboradores han querido apostar por un «perfil bajo» para no dar tiempo a sus detractores de contraatacar. Se refieren a la cúpula morada, que mira con recelo los movimientos de la gallega y que no ha podido reaccionar oficialmente ni extraoficialmente porque «no hubo espacio mediático».

La elección de la crisis del PP ofrece a Díaz la posibilidad de lanzar su gira por los territorios atando en corto a la cúpula de Irene Montero. La clave, sostienen las fuentes consultadas, es que Unidas Podemos ahora debe ser «ejemplar», y ofrecer de cara al electorado la imagen de unidad. Es por ello que Díaz ha visto en la crisis del PP una oportunidad para lanzar su proyecto, hacerlo de una manera «tranquila» y pillar a contrapié a sus compañeros de bancada de Podemos. En el partido morado, de hecho, confiaban en que la guerra interna en Génova permitía ganar tiempo y tapar las críticas por el batacazo electoral en Castilla y León. Díaz se ha adelantado a ellos.

Díaz quiere impedir a los morados hacer ruido frente a su iniciativa. Y el objetivo parece de momento logrado. La noticia de la gira o «escucha» de la sociedad civil por los territorios ha copado solo una mínima parte el debate público. Díaz ha podido concretar que su viaje empezará en el próximo mes de abril, con un retraso de más de cuatro meses y tras experimentar algunas dificultades técnicas, tal y como desveló en exclusiva este diario. Pero lo ha hecho casi de puntillas, sin que los grandes titulares de los medios de comunicación se centraran en ella y en la dificultad que mantiene para aglutinar a las primeras espadas de Podemos. La estrategia dirigida a Podemos se apreció también en los mensajes de solidaridad hacia la cúpula derrotada de Casado.

Irene Montero, al mando de Podemos

«He reflexionado mucho y en primavera me lanzo a este proyecto de escucha. Voy a recorrer mi país de norte a sur y de este a oeste», afirmó la ministra. Su plan pasa por «tejer un proyecto de país que es diferente, democrático, feminista», que también se inspire en el ecologismo y los jóvenes. Todavía se desconoce el tipo de proceso que pondrá en marcha, pero sí que arrancará en abril. Ante el anuncio, el grueso de la cúpula morada ha guardado silencio.

Fuentes de Podemos revelan que la diferencia entre Díaz y la cúpula de Montero es muy grande. «Quien manda en Podemos ahora no es Pablo ni Ione Belarra. El partido lo controla Irene, y es con ella con quien Yolanda Díaz deberá sentarse a hablar. Yolanda cree que puede hacerlo todo sin ataduras de ningún tipo, pero no puede pretender apoyarse en todo lo que ha hecho Podemos sin dar nada a cambio. Ahora bien, tiene el apoyo del PSOE, y esto no es poco«, explican fuentes moradas.

Oficialmente, la cúpula de Irene Montero sostiene que quiere respetar los tiempos de Yolanda Díaz para su «proceso de escucha». Pero en la sombra Montero «está preparando su ejército», señalan desde las entrañas del partido. Los activos de los que dispone son objetivamente escasos. Podemos ha sufrido a lo largos de estos años varias purgas, lo que ha dificultado ensanchar el espacio político y renovar sus cuadros. Quedan algunos fieles que provenían de las juventudes comunistas; otros dirigentes de Podemos que nunca han desafiado a la cúpula y lo que pueda añadir Enrique Santiago a través del PCE. Pero la sensación de debilidad orgánica se percibe ya como definitiva.

«Ahora vais a tener un problema»

Por su parte, Díaz cuenta con el respaldo activo del secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo (un apoyo que algunos en Podemos califican de peligroso de cara a la pugna con UGT), de parte de Izquierda Unida y de las filiales en Valencia y Cataluña controladas por Mónica Oltra y Ada Colau. Díaz aspira a fichar para su proyecto a personalidades del mundo de la cultura, referentes del mundo del trabajo y del ecologismo, además de otras figuras que pueden ayudar a ofrecer la imagen de una iniciativa desligada de los partidos tradicionales. Aunque según ha podido saber este diario tampoco se excluyen «alianzas» de tipo más tradicional con algunas organizaciones.

Lo cierto es que en Podemos muchos creen que el proyecto de Yolanda Díaz está más verde de lo que se cree. Así que los más duros confían en que, tras fracasar, la ministra asuma el equilibrio de fuerzas con Podemos para suscribir un Frente Amplio al estilo chileno. Es decir, una confederación de partidos con cuotas de poder fijas y un liderazgo sólido. En este caso, el de Yolanda Díaz. Los afines a la ministra, sin embargo, revelan que la confianza perdida será difícil de recuperar, y dejan entender que el proyecto político de la comunista gallega es realmente un todo o nada. Según esbozan algunos, la dirigente ya tiene planeada una «salida digna» en el caso de que no salga adelante su proyecto.

Sea como fuere, todas las fuentes moradas consultadas admiten que la elección del pasado martes para anunciar la gira, en plena eclosión interna del PP de Casado, fue sorprendente. De ello se debatió en el partido a diferentes niveles. «No hubo espacio mediático para las reacciones», explican las fuentes más cercanas a Díaz, que señalan que la tormenta del PP impidió a que nadie de Podemos entrara a comentar oficial o extraoficialmente el asunto. «Lo ha dicho con un perfil bajo, pero lo ha anunciado», afirman las fuentes consultadas, que agregan que el mensaje ha sido claro: «Que sepáis que yo voy a lanzar mi plataforma y que a partir de ahora vais a tener un problema».