Palestina confía en que Sánchez le reconozca como Estado esta misma legislatura
Husni Abdel Wahed, nuevo representante palestino en España, cree que el Gobierno cumplirá pronto su promesa
Husni Abdel Wahed cruzó el charco para lograr el más difícil todavía. El objetivo del nuevo representante diplomático de Palestina en España es que Pedro Sánchez les reconozca como Estado independiente. Las negociaciones son «prometedoras» y espera conseguirlo en esta legislatura. El presidente del Gobierno se comprometió en dos ocasiones cuando aún estaba en la oposición. En la segunda, en 2017, ante el mismísimo presidente palestino. Abdel Wahed, de 61 años, llega procedente de Argentina, que sí les reconoce. Allí ha sido embajador durante casi siete años. Muestra su excelente nivel de castellano y su trato cercano en esta entrevista con THE OBJECTIVE, la primera que ofrece desde que llegó en marzo a nuestro país para sustituir al carismático Musa Amer Odeh.
Pregunta. – ¿Cómo están siendo estas primeras semanas en España?
Respuesta. – Es un privilegio estar en este país y un honor representar a mi pueblo en un país amigo. Tengo grandes expectativas. Creo que se puede hacer mucho. El ambiente es propicio y hay muchas áreas por explorar y otras para concretar.
P. – ¿Cuáles son sus objetivos?
R. – Cualquier embajador tiene como misión consolidar y estrechar las relaciones bilaterales. También hay que intentar elevar el nivel de intercambio entre los dos países en un mundo cada vez más interconectado y establecer nuevos puentes entre los pueblos para conocernos mutuamente y derribar mitos. Occidente aún tiene mucho que conocer de nosotros.
«Occidente aún tiene mucho que conocer de Palestina»
P. – ¿Cómo es la relación entre Palestina y España?
R. – Siempre puede ser mejor. Esto no quiere decir que no estemos satisfechos, pero hay muchas tareas pendientes: acuerdos bilaterales que hay que implementar, otros en proceso para firmar, áreas que hay que empezar a trabajar… En el aspecto político también tenemos tareas pendientes, especialmente el reconocimiento del Estado de Palestina, como han hecho ya muchísimos países (139 por el momento, la mayoría en Latinoamérica, África y Asia).
P. – Sánchez se comprometió a reconocer a Palestina, ¿confía en que lo haga?
R. – Una mayoría absoluta del pueblo español está a favor. El Congreso ya aprobó una propuesta en 2014. No es un tema de divergencia política. El PSOE en su programa también se comprometió a reconocer el Estado de Palestina. Confiamos en que ocurra pronto.
P. – ¿Cuál es el obstáculo?
R. – Eso lo tiene que responder el Gobierno. Estamos en conversaciones y estamos gestionando la concreción de esa promesa. Ojalá tengamos buenas noticias pronto.
P. – ¿Con quién se ha reunido?
R. – Vengo llegando. Para el poco tiempo que llevo hemos hecho importantes reuniones con partidos, Gobierno y con la sociedad civil. Son prometedoras. Creemos que vamos a conseguir algo bueno. Para no levantar falsas expectativas, las cosas tienen que tomar su tiempo.
P. – ¿Se ha visto con alguien del Gobierno?
R. – Sí, sí. Me he reunido con responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores y con la secretaria de Estado.
P. – ¿Con qué partido tiene mejor relación?
R. – Estamos abiertos a todos. No podemos suscribirnos a una corriente ideológica porque la causa palestina está por encima. Se trata de la liberación de un pueblo, una causa contra el colonialismo, por los derechos humanos y el derecho internacional. Supongo que todas las fuerzas políticas están interesadas en esos valores. Nosotros, como representantes de Palestina, tenemos la convicción y la misión de trabajar con todos. Y así lo vamos a hacer.
«No podemos suscribirnos a una corriente ideológica porque la causa palestina está por encima»
P. – ¿Puede darnos una fecha para el reconocimiento?
R. – No está en mis manos. Si dependiese de mí hubiese sido ayer.
P. – El mandato de Sánchez acaba en un año.
R. – En política los tiempos tienen mucha importancia. Es cierto que para 2023 falta mucho, pero nunca tanto. Vamos a intentar conseguirlo lo antes posible.
P. – ¿En esta legislatura?
R. – Dios quiera.
P. – ¿Teme que Sánchez gire en Palestina como ha hecho con Sáhara Occidental?
R. – Nosotros tenemos la convicción de que esto no puede ni debe ocurrir. No hay ningún indicio de que esté sobre la mesa. Con nuestros amigos españoles, del Gobierno y de la oposición, estamos trabajando para el reconocimiento de Palestina, no en un retroceso en las relaciones. España es un actor político importante y para nosotros tiene un lugar muy especial. Recordemos la conferencia de Madrid hace 31 años. Aquí comenzó un proceso importante. Esperamos que España retome ese protagonismo.
P. – ¿La invasión a Ucrania ha restado foco a la cuestión palestina?
R. – Yo diría que ha puesto en evidencia las incongruencias de la comunidad internacional y sus diferentes criterios. Es hora de volver a actuar de forma congruente y aplicar los mismos criterios sobre casos similares.
P. – ¿A qué se refiere?
R. – Cuando se trata de una ocupación extranjera se debe actuar de la misma forma. Palestina está bajo ocupación desde 1967. Lamentablemente la comunidad internacional no ha actuado con la misma decisión y vehemencia que en casos similares.
P. – ¿Hay territorios de primera y de segunda?
R. – No podemos aceptar esto, aunque algunos actúen de una forma inaceptable. Cuando se habla de derecho a la autodeterminación de los pueblos no hay excepciones. El caso de Palestina se ha demorado mucho. Es hora de que se reconozcan sus derechos y que este pueblo pueda gozar de su independencia y soberanía.
P. – En estas últimas semanas se han recrudecido las tensiones.
R. – Lo que está pasando no es una novedad. Es una política sistemática de Israel. El hecho de que sea sistemática no la hace menos grave, sino mucho más. Desde la ocupación israelí de Palestina es una constante violar las bases y los fundamentos del derecho internacional. Se ha normalizado. Una potencia no puede cambiar ni alterar el estatus del territorio que ocupa ni puede trasladar población civil al territorio ocupado, cosa que Israel viola todos los días.
P. -La situación es especialmente grave en la Explanada de las Mezquitas.
R. – Israel está judaizando todo el territorio palestino ocupado, especialmente Jerusalén. Es muy doloroso que en fechas tan significativas para los creyentes se genere tanta violencia y se violen sus derechos de libertad de credo. Los Santos Lugares musulmanes y cristianos están siendo sistemáticamente violados por el fundamentalismo judío. El Ejército y la policía israelí reprime a los palestinos y protege a los agresores.
P. – ¿Hay riesgo de una nueva Intifada?
R. – Lamento decirlo con tanta claridad: la política israelí es conflicto y agresión constante. No hay un día en que no haya muertes, decenas de encarcelados o represión. No hay vida normal en Palestina. Israel parte de la base de que lo que no se puede conseguir con fuerza se consigue con más fuerza. Ignora la ley de la física de que a mayor presión el resultado es explosión.
«Israel ignora la ley de la física de que a mayor presión el resultado es explosión»
P. – ¿Qué responsabilidad tiene la población palestina?
R. – Está bajo ocupación, es la víctima. La población palestina trata de sobrevivir y seguir resistiendo para recuperar sus derechos. Un pueblo vivo no puede actuar de otra forma. No entiendo por qué en algunos casos se aplaude la resistencia de los pueblos y, en el caso de Palestina, se criminaliza. Algunos son tratados como héroes y, en nuestro caso, como terroristas. ¿Por qué esta doble moral? Es incomprensible.
P. – ¿Cuál es la solución? ¿Es necesario más diálogo?
R. – El diálogo es importante, pero no puede ser un diálogo entre sordos. Un diálogo debe tener un objetivo y plazos. Hemos estado en conversaciones con Israel durante más de 25 años. Lamentablemente aprovechó para imponer hechos consumados sobre el terreno. En 1993, cuando se firman los acuerdos de Oslo, había en el territorio palestino ocupado una suma de colonos israelíes que no llega a la sexta parte de la actual. Israel proyectó una imagen falsa de paz mientras ampliaba los asentamientos. Esto puede ser considerado crímenes de guerra conforme al derecho internacional y la Convección de Ginebra. Todo lo que hace Israel es para hacer imposible un Estado palestino independiente y soberano con continuidad geográfica.
P. – Hace 16 años que no se celebran elecciones en Palestina, ¿para cuándo?
R. – Se convocaron (el año pasado) y hubo que posponerlas por la negativa israelí de celebrarlas en Jerusalén. Hemos hecho gestiones con la comunidad internacional para que presionen y lo permitan, como ya se hizo en 1996 y 2006. Aceptar votar sin Jerusalén significa aceptar la ocupación de Jerusalén y no vamos a admitirlo.
P. – ¿Hace falta una reconciliación entre Fatah y Hamás?
R. – La unidad nacional palestina es sumamente importante. La reconciliación ha pasado por diferentes momentos. En algunos, la división prometía llegar a su fin, ya que solo tiene un beneficiario: la ocupación. El pueblo palestino ha perdido mucho con esta división. Hay elementos externos que incentivan una postura intransigente de Hamás para no volver a la unidad palestina. No vamos a renunciar a los intentos sinceros para recuperar nuestra unidad porque quien sufre es el pueblo palestino.
P. – ¿Hay diálogo entre ambas facciones?
R. – (Titubea) Sí, nunca se interrumpió. Hay momentos de mayor intensidad y otros de menor. Ojalá podamos recuperar nuestra unidad pronto.
P. – ¿Cuál es el papel de los jóvenes palestinos en la política?
R. – La verdad es que, históricamente, la juventud palestina ha tenido un rol importante. Esto va en contra de la tesis de Israel, de la señora Golda Meier (primera ministra entre 1969 y 1974), que aseguraba que los viejos morirán y los jóvenes olvidarán. La juventud palestina ha demostrado que no olvida y que está comprometida con su tierra.
P. – ¿Es hora de un cambio generacional en el Gobierno?
R. – Hay necesidad de que la juventud tenga mayor representación en los organismos gubernamentales que refleje su participación real. Tiene presencia en todos los ámbitos, pero tal vez no en las esferas más altas del Gobierno. El futuro de cualquier nación es la juventud y la juventud palestina no es una excepción. Todo lo contrario, es la confirmación.