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El Ejército de Tierra alerta en un informe del «fracaso docente» de su Academia Militar

La principal rama de las Fuerzas Armadas se encuentra que no cubre las plazas de oficiales debido al insuficiente número de aprobados

El Ejército de Tierra alerta en un informe del «fracaso docente» de su Academia Militar

La ministra de Defensa, Margarita Robles, en una visita a la Academia Militar de Zaragoza en 2018. | Foto: Flickr M.Defensa

El Ejército de Tierra alerta en su ‘Plan General de Enseñanza 2023’, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, del «fracaso académico docente» que se está produciendo en los últimos años en el Centro Universitario de la Defensa (CUD), con sede en Zaragoza y adscrito a la Academia General Militar ubicada en la capital de Aragón.

El informe, de 32 páginas y fechado en julio de este año, expone un panorama preocupante para la enseñanza militar en algunas áreas ante el «impacto significativo» que tendrán los efectos de la guerra en Ucrania y la coyuntura económica en las prioridades del Ejército de Tierra.

«La coyuntura económica, agravada por la situación de Ucrania, hace prever un importante índice de inflación, con un elevado impacto en los precios de los hidrocarburos o determinadas materias primas. Esta tendencia, podrá tener igualmente implicaciones en los Planes Generales del Ejército de Tierra y afectar a las actividades previstas en ellos», se avisa en el citado informe firmado por el entonces segundo jefe del Estado Mayor, el teniente general Carlos Palacios, quien acaba de ser relevado por Alejandro Gonzalo Escámez al pasar a la reserva.

informe Tierra
Pinche en la imagen para leer el informe del Ejército de Tierra

La situación derivada del conflicto de Ucrania podría suponer «importantes observaciones y lecciones identificadas con repercusión en la enseñanza militar», añade el Ejército de Tierra de forma genérica, «que deberán observarse y analizarse con detenimiento», si bien esto último solo tendrá «trascendencia» en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) «de 2024 y sucesivos».

También se aborda el impacto de la pandemia del coronavirus en la enseñanza militar -«La situación ha obligado a un gran esfuerzo de adaptación, recurriéndose en gran medida en los medios virtuales de aprendizaje»- y al llamado proceso de transformación digital con el que se quiere formar «a personal implicado en la gestión por procesos y la gobernanza del dato», aunque en un escenario «de austeridad».

El informe se detiene, en especial, en la situación de la Academia General Militar, donde se puede salir con el empleo de teniente y una carrera de ingeniería debajo del brazo. El problema es que en los últimos años se han producido «fluctuaciones» en el número de aprobados que hacen «muy difícil prever la reposición de efectivos dentro del planeamiento de personal del Ejército de Tierra». Eso significa que hay dificultades para cubrir plazas de oficiales en diferentes unidades.

«Los resultados académicos determinaron una cifra de egresados inferior en un 22% a las necesidades de oficiales del Ejército de Tierra, pese a los esfuerzos realizados en los últimos años. Esta cifra es desproporcionada en relación a otros CUD (Armada y Ejército del Aire)», se hace hincapié en la página 6.

El alto mando estima, por tanto, que es necesario realizar «cambios inmediatos en la docencia» de su CUD «para asegurar un nivel adecuado a las necesidades del Ejército de Tierra» y el «prestigio» de su centro docente. En concreto, se proponen una serie de medidas que van desde la mejora del sistema docente y del proceso de evaluación, a una mejor coordinación entre la Academia Militar y su centro de enseñanza, y una «distribución adecuada de la carga lectiva», lo que sugiere cambios en la forma de impartir la enseñanza de las ingenierías.

Asimismo, se anuncia que Tierra está estudiando «el desarrollo curricular de un nuevo título de grado universitario» en dicho centro docente «que se adapte a las competencias necesarias para el oficial del Ejército de Tierra y que sea un modelo de éxito docente y académico». Este nuevo grado se podría implantar en 2023 o, en su defecto, «haber alcanzado el hito de la aprobación de la entidad de evaluación de la calidad en esta anualidad».

El ‘Plan General de Enseñanza 2023’ también aborda las «carencias» de personal docente que se cubren con comisiones de servicio y que suponen «un elevado coste en indemnizaciones» al provocar un «impacto negativo» en las unidades y los centros de procedencia. Además, se subraya que recurrir a esta práctica supone «una solución no del todo satisfactoria» ante la falta de continuidad del personal y, en muchos casos, por «su escasa experiencia y su carencia de cualificación pedagógica».

Sobre el material docente -armamento y vehículos-, Tierra constata que constituye una «vulnerabilidad», sobre todo para la enseñanza en formación. Una situación que solo se logra minimizar «con las colaboraciones y apoyos de unidades, centros y organismos». Respecto a las infraestructuras, se hace hincapié en la obligación de «acometer una serie de mejoras de infraestructuras y equipamientos» si se quiere cumplir con los requerimientos asumidos.

El Ejército señala, a continuación, una serie de criterios sobre las prioridades de enseñanza. Por ejemplo, es más importante darla «en territorio nacional» antes que volcarse en enviar oficiales al extranjero. También se prioriza la enseñanza de formación sobre la de perfeccionamiento y en esta última, tendrán más valor los cursos de actualización para el ascenso que los de especialización o de carácter informativo.

Tierra destaca los idiomas extranjeros

En cuanto al plan de idiomas, se priorizarán por este orden: inglés, francés, árabe, italiano, portugués y «otros de interés» para la Defensa que no se especifican. «La mejora en el aprendizaje de idiomas, y específicamente del inglés, requiere de un esfuerzo desde la enseñanza de formación, tanto individual como por parte de la institución, entre otras cosas, por su influencia sobre las capacidades operativas de las unidades», se incide en el citado informe.

Tierra admite «la ausencia de una muestra suficientemente representativa de personal con aptitud de idiomas», que se debe a «una falta de capacidad de selección en los cursos de perfeccionamiento y de altos estudios de la defensa nacional con exigencia de determinados niveles». Para corregir este déficit, en 2023 se ha incrementado de 70.000 a 100.000 euros la partida destinada a formación de idiomas dentro de este Ejército «con el propósito de aumentar el fomento de la autoformación del personal».

Sobre los cursos en el extranjero, que se consideran «fundamentales» para las relaciones de Tierra con los países aliados y amigos, el citado plan fija como «prioritarios» los del Estado Mayor que se imparten en EEUU, Reino Unido, Francia, Italia, Portugal y Marruecos. Asimismo, «y siempre que el escenario económico lo permita», se intentará mantener una presencia de oficiales en los cursos organizados «por países aliados sudamericanos».

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