THE OBJECTIVE
España

Podemos se olvida de la corrupción y ahora pide retocar la malversación para Puigdemont

Los ‘morados’ sacan pecho porque Sánchez ha adquirido toda su agenda: indultos, mesa del diálogo y sedición. Aunque algunos dudan sobre la malversación

Podemos se olvida de la corrupción y ahora pide retocar la malversación para Puigdemont

Carles Puigdemont. | Europa Press

Podemos concluye que la reforma del delito de sedición, anunciada por Pedro Sánchez el pasado jueves, es el último paso de toda su agenda para el acercamiento al nacionalismo catalán. Indultos, mesa para el diálogo y ahora sedición eran los tres elementos que los ‘morados’ ponían sobre la mesa, de la mano de ERC, al comienzo de la legislatura para avanzar en lo que ambos califican de «desjudicialización» y «agenda antirrepresiva». Pueden legítimamente decir que han ganado todas las batallas. Y ahora van más allá. Quieren que se retoque el delito de malversación para asegurar la vuelta a España de los fugados de la justicia, incluido Carles Puigdemont. ¿Puede significar una rebaja de la pena? Algunos ya dicen que sí.

Jaume Asens, el coportavoz del espacio de Unidas Podemos en el Congreso, antes muy cercano a Pablo Iglesias y ahora más afín a Ada Colau y Yolanda Díaz, ha afirmado que el delito de malversación, tal y como está recogido ahora en el Código Penal, es un «cajón de sastre». Y que después de la modificación de la sedición -Asens espera que se concluya antes de que termine el año-, el Gobierno de coalición debería avanzar en la modificación de la malversación.

En sus declaraciones públicas, el político catalán califica dicha reforma como la «pista de aterrizaje para la vuelta» del expresident de la Generalitat. Puigdemont, al igual que otros promotores del 1-O fugados a Bélgica, consideran que la modificación de la sedición no les afecta demasiado. Su futuro, sostienen, dependerá de cómo el Estado interprete un posible delito de malversación respecto al operativo del 1-O. En cambio, para la exdirigente Marta Rovira (ERC) la reforma del delito de sedición será suficiente para poder regresar libremente a España cuatro años después de su huida. Rovira no estaba sentada en aquel Ejecutivo local que proclamó la DUI.

Jaume Asens, de Podemos, con Patxi López, del PSOE, en el Congreso
Patxi López y Jaume Asens. | Chema Moya (EFE)

Contacto estrecho con Puigdemont

Asens fue uno de los dirigentes políticos más importantes en la huida del exmandatario catalán. Según explicó el propio portavoz de Unidas Podemos, fue él quien aconsejó a Puigdemont fugarse de Cataluña cuando todo apuntaba a que las autoridades le iban a arrestar por la organización del referéndum ilegal y la DUI. Otros dirigentes, como el líder de ERC Oriol Junqueras, prefirieron quedarse en España, y acabaron siendo procesados y juzgados por sedición y malversación. En junio de 2021, el Gobierno de Sánchez decidió indultar a Junqueras y otros ocho dirigentes.

Asens sigue manteniendo contactos estrechos con el político fugado, que tiene cierta dificultad de movimiento por la orden de búsqueda y captura de España. Pero Podemos, a través de las palabras de uno de sus portavoces más ilustres, quiere ahora dar un paso más en la reforma del Estado para ayudar al líder del ‘procés‘. Según Asens, la reforma anunciada por Sánchez no puede quedarse en la cuestión de la sedición y tiene que abarcar la malversación, el capítulo del Código Penal vinculado al gasto impropio de dinero público, o lo que antaño representaba uno de sus ejes políticos, al enmarcarse en la lucha política contra la corrupción.

Giro de 180 grados

El partido ‘morado’ llegó a la política nacional con una vocación regeneracionista centrada en la sustitución de las élites políticas hasta ahora dominantes y la limpieza de las instituciones. Los ‘morados’ incluían en sus programas electorales epígrafes centrados en este elemento, que llamaban «garantías democráticas y de ciudadanía». Podemos llegó a proponer la creación de una autoridad independiente encargada de investigar y analizar todos los casos de corrupción y de derroche del dinero público ejecutados por los políticos. Era el llamado Plan Nacional contra la Corrupción. El propio Iglesias elevó la lucha contra la corrupción en uno de sus principales ejes políticos durante su discurso en la investidura de Mariano Rajoy en 2016.

Ahora, sin embargo, Podemos está dispuesto a modificar el Código Penal para retocar el delito de malversación con tal de facilitar el regreso de Puigdemont. El giro del partido que dio voz a los indignados de la crisis de 2008 y que quiso llevar a España el proyecto de Syriza es notable. La modificación del delito de malversación, de hecho, podría tener una deriva importante en todos los demás casos judiciales con condenados ilustres por ese delito. Uno de ellos podría ser el del exdirigente socialista andaluz José Antonio Griñán, condenado por malversación en el caso de los EREs.

Dudas de Iglesias

Es por ello que algunos no descartan que el partido ‘morado’ podría desmarcarse tanto de las palabras de Asens (muy cercano a la órbita de Díaz) como del asunto de la malversación. Pablo Iglesias dijo en la presentación de su libro en Sevilla, el pasado viernes, que la modificación de la sedición no le convencía del todo. Apuntó a cierto secretismo en la toma de esta decisión, pero en el partido ‘morado’ sostienen que el enfrentamiento con Yolanda Díaz que ha estallado en los últimos meses puede llevar a Iglesias a liderar en la sombra un Podemos en contra de todos los demás partidos, incluso exaliados nacionalistas.

La propuesta de Asens postula retocar las leyes que delimitan cómo gastar legítimamente el dinero público, y cuándo se puede perseguir el abuso de los políticos, reduciendo las penas, según explican varias fuentes. Todo ello revela un peligroso vínculo de intereses personales y políticos: la reducción de la pena de malversación ayudaría a Puigdemont, pero también reducir la inhabilitación de los demás condenados nacionalistas. Y de paso, blinda el acuerdo de Sánchez con los nacionalistas para mantenerse en La Moncloa.

En Podemos, recuerdan las fuentes consultadas, todo empezó a cortocircuitarse en 2018, cuando Iglesias apoyó los referéndum de autodeterminación. El respaldo al llamado «derecho a decidir» llevó al partido a romperse en dos. Siguió la defenestración de Carolina Bescansa, contraria a esa posición filonacionalista de Iglesias. Antes, también Íñigo Errejón consideraba el tema catalán como algo resbaladizo, por lo que aconsejaba ponerse de perfil.

Iglesias, en cambio, centró toda su estrategia en una alianza con el magnate Jaume Roures y ERC, y después hizo que ese esquema (apadrinado por conocidos periodistas catalanes) le sirviera para llegar al Gobierno. Ya en el Ejecutivo, Podemos decidió presionar a Sánchez para afianzar un acercamiento a Junqueras y otros condenados. Aunque ahora los sectores de Podemos activos en Cataluña piden más: quiere aprovechar la legislatura para modificar incluso el delito de malversación y que encaje con las necesidades legales de otros fugados, aquellos que ni siquiera se sometieron a la autoridad judicial española. Quedará por ver si Iglesias e Irene Montero se descolgarán de esta iniciativa por la guerra ya sin cuartel contra Díaz, o si la acabará haciendo propia a pesar de ese choque.

También te puede interesar
Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D