Irene Montero estudia destituciones en su equipo para atajar la polémica del 'solo sí es sí'
En Podemos se empieza a hablar de sacrificar a algún alto cargo si sigue el goteo de rebajas de condenas. Mientras tanto, Montero intenta salir indemne
La cúpula de Podemos empieza a barajar la necesidad de crear un cortafuegos para que la ministra de Igualdad, Irene Montero, salga indemne del caos creado con la nueva Ley de Libertad Sexual, también conocida como ley del solo sí es sí. En la formación morada circulan los nombres de la secretaria de Estado, Ángela Rodríguez Pam, y también el de la delegada Vicky Rosell. Podemos es consciente de que el caos generado con la nueva ley afecta a la imagen de la ministra, pero también que esto no va a frenar el plan de lanzar a Montero como cabeza de lista si Díaz no cede a las exigencias de los morados.
El ministerio de Montero ha rechazado asumir cualquier tipo de responsabilidad sobre lo ocurrido tras la aprobación y puesta en marcha de la Ley de Libertad Sexual. En tan solo una semana han sido reducidas las penas de decenas de condenados por abuso sexual, pero el ministerio siempre ha mantenido que la norma fue redactada de forma correcta, y que la responsabilidad la tenían los jueces. Un coportavoz del partido llegó a hablar de «fachas con toga«.
Sin embargo, más allá de la fachada, internamente el partido es consciente del desgaste producido por la polémica. Es muy difícil encontrar a un dirigente o miembro de Podemos que exculpe a Irene Montero de lo ocurrido. Y aunque alrededor de la ministra han intentado erigir un muro de contención, con Pablo Echenique a la cabeza escribiendo una decena de mensajes al día en las redes sociales, nadie niega que la semana pasada ha «desgastado» a Montero.
Contacto con Sánchez
El partido morado busca ahora una manera de esquivar los dardos que puedan llegar en los próximos días. El primer problema atañe al goteo constante de rebajas de condenas. No se trata de una cuestión que pueda zanjarse en poco tiempo, mantienen fuentes judiciales. Así que la estrategia del «aguantar el chaparrón porque durará pocos días» (acuñada en otras polémicas internas) esta vez no servirá.
El entorno de Montero mantuvo contactos hace pocos días con el presidente Pedro Sánchez. El líder del Ejecutivo pidió a los morados mantener la calma y rebajar el tono de los ataques a la magistratura. Sánchez espera que la Fiscalía y el Tribunal Supremo resuelvan el embrollo sin la necesidad de revisar la Ley de Libertad Sexual. Pero hay dudas razonables de que eso ocurra.
De no ser así, y seguir la revisión de penas para decenas de condenados, en Podemos entienden que alguien deberá dar la cara. Se trata de una decisión difícil de tomar, porque implícitamente significa una admisión de culpa de que la norma se hizo mal. Pero si hace falta que caiga una cabeza, esa no puede ser la de Irene Montero, aseguran en el partido morado. «Alguien tiene que caer y la ministra la puede cesar cuando quiera. Pam es más débil y prescindible [que Rosell]«, comentan en Podemos.
De ahí que circule la opción de «sacrificar» a Ángela Rodríguez, quien, según explican fuentes internas de Podemos, al fin y al cabo provenía de la corriente errejonista y es el perfil más débil para una operación de este tipo. Rosell, cuya relación con Irene Montero no es tan idílica como se hace creer, difícilmente se inmolará para salvar la reputación de la ministra.
Candidata en 2023
Lo único cierto en Podemos es que Montero no tiene ninguna intención de renunciar al cargo, al menos hasta aclarar los equilibrios de fuerzas con Yolanda Díaz. Podemos dejó claro hace unas semanas que su intención es no diluirse en la plataforma de la ministra gallega, y que está dispuesto a competir a nivel electoral en las próximas generales si Díaz no cede y reconoce la hegemonía de Podemos en el «espacio político».
El plan b consiste en presentar a Irene Montero como número uno de las listas de las generales, aseguran en el partido. Nadie cree que alguien que no sea Montero pueda liderar dicho plan. La vuelta de Iglesias se descarta casi completamente, y la posibilidad de que otros miembros del equipo de Montero la sustituyan, también.
La maniobra para salvar a Montero si el Supremo y la Fiscalía no paran el goteo de casos judiciales pasa por quemar uno de los fusibles de la ministra. Y que este sea la secretaria de Estado Ángela Rodríguez. Ella es, al menos de momento, la que con más probabilidad podría perder el cargo si Podemos, antes o después, se ve obligado a asumir cierta responsabilidad en el caos de la ley del solo sí es sí.