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Política

Amago de escisión en Podemos: el ninguneo de Díaz a Vicky Rosell tensa el grupo parlamentario

Los ‘morados’ creen poder controlar la mayoría de los diputados de la confluencia, escenificar en el Congreso su fortaleza frente a Yolanda Díaz y avisar a Sánchez

Amago de escisión en Podemos: el ninguneo de Díaz a Vicky Rosell tensa el grupo parlamentario

El caso de la juez Victoria (Vicky) Rosell tensa la cuerda en el grupo parlamentario de Unidas Podemos. Los ‘morados’ ponen como condición la inclusión de Rosell como nuevo miembro del Consejo del Poder Judicial para votar a favor en el Congreso. La ministra Yolanda Díaz y el referente de Izquierda Unida, Enrique Santiago, sin embargo, se muestran favorables a pactos sin ella. Podemos cree poder controlar la mayoría de los diputados de la confluencia y escenificar en ese choque la debilidad parlamentaria de los de Díaz.

La ruptura entre Díaz y la cúpula ‘morada’ se está trasladando en estos meses al grupo parlamentario. Los 33 diputados adscritos al grupo de Unidas Podemos mezclan miembros de Izquierda Unida, Podemos y los Comunes. A lo largo de la legislatura ya hubo discrepancias, pero esta vez la desavenencia entre Díaz y el entorno de Irene Montero amenaza con revelar diferencias internas que reflejan estrategias contradictorias dentro de la coalición ‘morada’.

El pasado lunes, el portavoz de Podemos y parlamentario Javier Sánchez Serna avisó de que su partido se mostraba en contra de asumir un pacto entre partidos que excluyera a Rosell del CGPJ. Según Serna, PP y PSOE trabajan en un «pasteleo bipartidista» y avisó de que sin Rosell en la ecuación los parlamentarios de Podemos votarán en contra. Algunas fuentes rebajan el nivel del choque interno, pero también es cierto que, después de lo ocurrido con la OTAN y la ley trans, el grupo político de Unidas Podemos aparece cada vez más dividido.

El portavoz de Podemos Javier Sánchez Serna

Solución a dos problemas

Fuentes del sector cercano a Díaz reivindican el papel de la ministra para «acercar posturas». A diferencia de lo ocurrido con los Presupuestos, Díaz informa periódicamente a un pequeño sanedrín de diputados (entre ellos se encuentra Irene Montero) para impedir que Podemos le acuse ocultar datos sensibles sobre sus conversaciones con el socialista Félix Bolaños.

Pero todo apunta a que Podemos no quiere oír excusas. Oficialmente, sus diputados insisten en la tesis del «veto» a la juez Rosell como fruto de una decisión política del PP. Anteriormente, el PP había excluido de la ecuación al juez José Ricardo de Prada (aunque ahora vuelve a sonar para el Constitucional). Y Podemos interpreta que entre el PSOE y Díaz se está dando una «pinza» que pretende aislar y debilitar al partido de Belarra y Montero.

Tal y como adelantó este diario, Montero defiende la candidatura de Rosell para el CGPJ con un doble objetivo: por un lado quiere liberar un cargo de su ministerio para nombrar a otra persona de su confianza, y por el otro considera que Rosell puede convertirse en algo parecida a una comisaria política en dicho organismo. Su cometido será filtrar información privilegiada de lo que se debata en el consejo.

Cabe señalar que Podemos tiene un problema con Rosell. Según avanzó este diario, amenazó con dejar el partido si no lograba ascender en la carrera judicial. La juez lleva tiempo manifestando su exigencias y varias fuentes sostienen que ahora su prioridad es salir del ministerio de Igualdad de Montero. El nombramiento de Rosell, por lo tanto, resolvería de golpe dos problemas para Podemos.

La número dos de Podemos Irene Montero

Desconexión y demostración de fuerza

Díaz, sin embargo, no tiene esa necesidad. La ministra de Trabajo está centrada en la promoción de su marca personal, Sumar. Y con ella trabajan ahora tanto Izquierda Unida como el PCE, liderado por Enrique Santiago, que representa otra pieza clave en la negociación sobre el CGPJ. Tanto Díaz como Santiago han manifestado su sustancial visto bueno al pacto y los nombres alcanzados por el PSOE y PP. Aunque en ese listado quede excluida Rosell. Ambos prefieren centrarse en otro tipo de batalla política que consideran más rentables para el futuro.

Podemos, no obstante, quiere revelar los equilibrios internos en el grupo. Fuentes de este espacio político sostienen que los ‘morados’ han logrado interrumpir la sangría de diputados afines a Díaz. El grupo, sostienen, responde en su gran mayoría a Pablo Echenique. Y los que podrían desmarcarse son un puñado de diputados de IU y los catalanes que responden a Ada Colau. Se trataría de un tercio de los parlamentarios. Así que Podemos podría presumir de tener más fuerza en el Congreso que la diputada gallega: un mensaje también para Sánchez y la antesala de una política de progresiva desconexión del Ejecutivo de cara al ciclo electoral de 2023.

En Podemos aseguran que Montero y Belarra mantienen un dialogo más fluido con sus parlamentarios, mientras que Díaz casi «no habla con nadie». Todo el trabajo de «fontanería» lo ejerce su jefe de gabinete, Josep Vendrell, conocido por su cercanía a Colau. Cabe destacar que en ese frágil equilibrio el partido alejó hace meses a Txema Guijarro de su papel destacado en ese mismo grupo político. Hace dos semanas, los diputados de Podemos reaccionaron con irritación a la tibieza de Díaz a la hora de respaldar la ley trans, la del aborto y la de protección animal. Montero, tal y como publicó THE OBJECTIVE, se puso en contacto directo con Díaz para avisarla de que no admitiría ningún doble juego más.

Anuncio en breve

Mientras tanto, en el PP y en el PSOE se da casi por concluido el acuerdo sobre el CGPJ. El pacto podría anunciarse incluso esta semana. Los de Alberto Núñez Feijóo han incluso desligado la aprobación de la reforma del delito de sedición por parte del Ejecutivo de esa transacción. La portavoz parlamentaria del PP Cuca Gamarra, sin embargo, ha mantenido este martes que su partido no apoyará ninguna lista de la que forme parte Rosell. El pacto del CGPJ pretende renovar los 20 miembros del órgano colegiado (12 magistrados y ocho juristas de prestigio).

PP y PSOE sostienen que por primera vez se nombrarán personas que no han tenido cargos orgánicos en ningún partido político. Aunque Podemos cree que ese argumento es una falacia y que lo único que interesa a los ‘populares’ es excluir al partido morado por razones electoralistas. Lamentan que tanto Díaz como Santiago -recientemente excluido de una secretaría de Estado por orden de Belarra y Montero- se alineen con sus adversarios. Pero están dispuestos a que se vea públicamente esta división.

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