División entre las guardias civiles por la cuota femenina: «Nadie critica el cupo militar del 40%»
Mientras una parte defiende la reserva de plazas para cambiar un modelo que considera «masculino», la otra insiste en que debe primar la igualdad en el acceso
El cupo de hasta el 40% de plazas que el Ministerio del Interior quiere reservar para mujeres en las futuras oposiciones de la Guardia Civil hasta 2030 no solo ha creado división en el seno del Cuerpo, sino también entre las propias agentes. Dos bloques de opinión antagónicos. A favor y en contra, sin medias tintas. Por un lado, están las que defienden la necesidad de dar la vuelta a un sistema «masculino» y «viciado» en el que la mujer sigue encontrándose con importantes problemas para trabajar, ascender y recibir condecoraciones. Por otro, las que sostienen que la igualdad en el acceso debe primar frente a todo lo demás.
Ellas, en cualquier caso, son quienes mejor conocen la situación de la mujer en el Instituto Armado. En una entrevista con THE OBJECTIVE, distintas agentes de todos los escalafones, aunque manteniendo su anonimato, reflexionan sobre el cupo y el impacto que esta polémica medida podría tener dentro de la Benemérita.
En diciembre, el Consejo de la Guardia Civil, con la mayoría de asociaciones profesionales en contra, aprobó el cambio en la Ley de Régimen de Personal para su posterior tramitación parlamentaria. Se trata de una cláusula por la que las mujeres tendrán preferencia sobre los candidatos siempre que, superado el aprobado, la diferencia de puntos entre ambos no sea superior al 15%. De este modo, el Ministerio del Interior pretende apuntalar una igualdad «real y efectiva» en un Cuerpo en el que las mujeres no llegan ni al 9% de la plantilla, y que tiene aun mayor déficit en la escala de mandos.
¿Es una medida efectiva?
¿Es la medida adecuada para conseguirlo? ¿Es efectiva? Una parte de las agentes difiere. En conversación con este periódico, aseguran que ponérselo más fácil a la mujer no es el camino correcto. «No le ayuda en ningún caso, sino que deja su actuación como guardia civil por debajo de la del resto», critican. «Nosotras no queremos que nos regalen nada, tampoco que nos pongan zancadillas, simplemente queremos ser uno más», señala otra funcionaria.
También temen que el cupo lleve a la Guardia Civil a quienes quieran cubrir una cuota, y no a los más preparados. «Nuestro trabajo demanda ser las personas más preparadas», apuntan. Si bien no defienden la reserva de plazas, estas agentes admiten que la proporción de mujeres en el Instituto Armado es muy baja frente a otros cuerpos policiales.
Por este motivo, este grupo de guardias civiles plantea otras medidas que, a su juicio, sí serían más efectivas. Su reflexión versa en que las condiciones laborales que, en muchas ocasiones, plantea la Guardia Civil son las que realmente alejan a la mujer del Cuerpo. «Hay muchos puestos en poblaciones pequeñas y eso complica la conciliación; lo mismo ocurre con los turnos, conocemos nuestros horarios con un mes de antelación. Se necesitan más cambios en estos aspectos para incentivar el acceso, y no otros», coinciden.
Un «modelo masculino»
Desde una perspectiva completamente distinta, otras agentes defienden a ultranza el cupo femenino. Una medida «necesaria», apuntan, para dar la vuelta a un «sistema masculino» y que, pese a los cambios de los últimos años, «sigue viciado». La prueba está, argumentan, en el diagnóstico de situación que la Guardia Civil publicó en 2019. Un informe que muestra cómo, pese al aumento de mujeres en la plantilla, siguen estando peor valoradas.
Las entrevistadas coinciden en que se sigue evaluando a las agentes «desde el prisma masculino». «Es un sistema, en teoría, muy equitativo, pero en la práctica, nos evalúan como si fuésemos hombres. No existe otra conciencia. Uno de los ítems, por ejemplo, es la autoridad».
« ¿Cómo valoras eso? ¿Que haya distancias? ¿Que no haya apenas relación? Siempre salimos mal paradas. Cuanto más arriba, peor valoradas. Estos informes personales están luego vinculados a destinos, ascensos, a hacer cursos… », denuncian. Estas funcionarias creen que una mayor presencia de la mujer daría la vuelta a ese modelo.
«Nadie se atreve a criticar el cupo militar»
Estas guardias, por otro lado, muestran su estupefacción con que se critique la reserva de hasta el 40% de vacantes para mujeres, cuando existe desde hace años un «cupo masculino» en los procesos selectivos. «Nadie se atreve a criticar el 40% de plazas que se reserva cada año para militares. Teniendo en cuenta que solo hay un 10% de mujeres en el Ejército, es una cuota prácticamente para hombres», denuncian.
«Los que llegan por la vía militar tienen directamente 60 puntos, y los últimos que entran por la vía de acceso libre tienen 100 puntos, por lo que los primeros juegan con bastante ventaja. Entiendo que les den ciertos beneficios. Al final somos un cuerpo militar, pero ¿por qué debemos reservar esas plazas para ellos? En nuestro caso, ese 15% es una diferencia de 0,15 puntos, que en el acceso a la mujer va a tener resultados mínimos, pese a toda la polémica que se ha generado», concluyen estas funcionarias.