La Policía solo ha localizado uno de cada cuatro votos por correo del presunto fraude de Melilla
Los investigadores han confiscado 2.000 de los 8.000 votos fraudulentos que constan en las pesquisas. Sospechan que la mayoría están ocultos en Marruecos
El ministro del Interior, en un acto de campaña en Melilla. | EP
La Policía Nacional sólo ha localizado un 25% de los votos por correo que la trama de Melilla habría supuestamente comprado a miles de ciudadanos a cambio de dinero y otras promesas electorales. Según fuentes próximas a la investigación consultadas por THE OBJECTIVE, desde que se inició la operación policial por presunto fraude electoral en la ciudad autónoma, los agentes han confiscado 2.000 de los 8.000 votos fraudulentos que constan en las pesquisas. Desde el pasado martes, los agentes han registrado decenas de puntos de la región, entre ellos la sede de Coalición por Melilla (CpM), así como locales y viviendas en barrios marginales.
Las alarmas sobre la presunta trama se dispararon cuando 11.700 melillenses solicitaron el voto por correo para las elecciones del 28 de mayo. Una cifra que suponía el 20% de un censo total de 55.000 electores. Las pesquisas, no obstante, se centran en averiguar todavía el paradero de 6.000 sufragios. Si bien estos últimos serán invalidados de no ser depositados personalmente por el votante, la Policía busca dar con el mayor número de pruebas para apuntalar los delitos que atribuye el juez a los miembros de la red.
Las labores de rastreo continúan a tres días de los comicios. En la madrugada del miércoles, agentes de la Jefatura Superior de Policía en Melilla detuvieron a una mujer que escondía 15 votos en su vehículo. Las fuerzas de seguridad recibieron un aviso anónimo de que la sospechosa portaba droga. Una vez localizada, no obstante, los agentes comprobaron que ocultaba sufragios en el interior del coche y procedieron a su detención. Tras declarar en comisaría, quedó en libertad.
Detenidos
Las detenciones en Melilla se iniciaron en la noche del pasado lunes. Entonces, la Policía detuvo in fraganti a tres personas de origen marroquí, cuando trataban de huir a Marruecos, según detallan las fuentes consultadas. De hecho, los investigadores creen que gran parte de los votos por correo podrían estar ocultos en territorio alauí, o haber sido enviados a otros puntos del país. El martes, tal como estaba previsto, se inició una operación policial con distintos registros y detenciones en la ciudad autónoma.
Ese trabajo policial culminó con otros siete detenidos, cinco de ellos implicados en la captación de votantes en barrios marginales. Se encargaban de comprar votos de ciudadanos a cambio de cantidades que oscilaban entre los 100 y 150 euros. Y los otros dos, estrechamente relacionados con la política, en concreto con el partido de Coalición por Melilla (CpM), actualmente en el Gobierno.
Por un lado, Abdel-ilah Nourdine Ahmed, yerno de Mustafa Aberchán, el líder de Coalición por Melilla (CpM), y sobre el que se había puesto el foco habida cuenta de sus antecedentes. Aberchán fue condenado en 2018 a dos años de cárcel e inhabilitación por comprar votos para las elecciones al Senado de 2008. El Tribunal Supremo confirmó la pena en febrero de 2021, lo que ha impedido que Aberchán sea el candidato de su partido en las elecciones del 28 de mayo.
Junto a este último, también fue detenido Mohamed Ahmed Al-lal, consejero de Distritos, Juventud y Participación Ciudadana del Gobierno de la ciudad autónoma, que este miércoles fue cesado de su puesto. Ahmed, que se acogió a su derecho a no declarar ante los investigadores, era el número tres de la lista de CpM para los próximos comicios y, en el pasado, también había ostentado el cargo de viceconsejero de Nuevas Tecnologías. Todos los detenidos fueron, horas después, puestos en libertad tras declarar ante el juez, que les acusa de delito electoral y organización criminal.
Fraude de votos en Mojácar
La red de captación de votos en la ciudad autónoma estaba perfectamente organizaba y jerarquizada. El objetivo era siempre convencer a los estratos de la sociedad más marginales, aquellos que no tuviesen empleo, drogodependientes… La banda actuaba sobre todo en los barrios melillenses de La Cañada, Reina Regente (más conocido como Barrio Cuerno) y Las Palmeras.
La mafia contaba con dos escalafones. Por uno lado, «los reclutadores», vecinos de los propios barrios que tienen el papel de hacer un primer barrido entre los posibles candidatos. Una vez identificados, estos últimos avisaban a los «intermediarios», que se encargaban del tráfico de votos, y que la Policía tiene identificados por trapichear con droga. Recogían las papeletas, pagaban entre 100 y 150 euros al ciudadano (dependiendo de lo acordado) y los depositaban en las oficinas del servicio postal. En otras ocasiones, incluso les acompañaban a Correos.
En paralelo, la Policía investiga si la trama de Melilla también ha comprado papeletas para beneficiar a partidos en Cataluña en los comicios municipales del 28-M, según ha publicado este diario. Estas pesquisas, al margen de los supuestos hechos delictivos en la ciudad autónoma, se iniciaron a raíz de la detención de una persona —conectada pero no directamente vinculada a los investigados en Melilla— por «el intento consumado de soborno a funcionarios de Correos en Barcelona».
Bajo el mismo modus operandi, esto es, a cambio de dinero, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detuvo este miércoles a siete miembros de otra trama implicada en el ‘tráfico’ de votos por correo en Mojácar (Almería). Entre los mismos, están el número 2 y el 5 de la lista del PSOE a los comicios, Francisco Bartolomé Flores Torres y Cristóbal Vizcaíno González.
