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Fuga de película en la prisión de Asturias: rápel con sábanas, escalada y una guarida en el patio

Los funcionarios impidieron la huida de dos presos en el último minuto, cuando intentaban infiltrarse entre los familiares que visitaban la prisión el fin de semana

Fuga de película en la prisión de Asturias: rápel con sábanas, escalada y una guarida en el patio

La prisión de Villabona, en Asturias. | TO

Intento de fuga a lo ‘Clint Eastwood’ en la prisión de Villabona (Asturias). Dos presos J. S. S. y A. J. J., de 22 y 35 años respectivamente, trataron de sobrepasar los muros de la cárcel en la madrugada del sábado tras urdir un plan en el que llevaban trabajando varias semanas, según revelan fuentes penitenciarias a THE OBJECTIVE. La huida, sin embargo, falló en el último minuto gracias a la rápida intervención de los funcionarios de prisiones, que localizaron in fraganti a los dos reclusos, con condenas por delitos de tráfico y robo con violencia, escondidos en uno de los patios de la citada cárcel. 

Tras esa guarida, previo paso a la que creían su libertad, se esconde un plan perfectamente organizado que bien podría recordar a la aventura de Eastwood en su papel de Frank Morris en Fuga de Alcatraz, aunque, eso sí, sin alcanzar el agua.

Las primeras alarmas se dispararon sobre las ocho de la mañana, relatan las mismas fuentes, en el relevo de trabajadores penitenciarios. Cuando quienes entran en el turno de la mañana, como cada día, deben hacer un recuento de los reclusos. Tras advertir la entrada de la celda de los protagonistas, ninguno estaba en el interior y podía advertirse cómo habían forzado los barrotes de la ventana. Los funcionarios daban la señal y todos los protocolos se ponían en marcha. El alboroto comenzaba a reinar entre el resto de reos. 

El primer paso fue advertir de la posible fuga a la Guardia Civil, encargado de la vigilancia exterior de la prisión, que cerró por completo el recinto penitenciario. Al instante, la dirección del centro ordenó a gran parte del personal iniciar búsqueda exhaustiva de los reclusos. La investigación comenzó en la propia celda, donde los funcionarios advirtieron que los ‘fugados’ habían forzado las rejas de la ventana con una especie de serrucho, posiblemente haciendo palanca. 

Rápel en el muro

Una tarea complicada teniendo en cuenta el blindaje de esta salida, aunque aun lo era más que los internos pudieran haber conseguido una herramienta de tal envergadura. Ese, sin embargo, no fue el único hallazgo. Tras asomarse por la ventana, los funcionarios también advirtieron unas sábanas con las que J. y A. habían rapelado el muro que separaba su habitáculo y el suelo.  

Tras conseguir salir de la celda, explican fuentes penitenciarias, los presos habrían seguido escalando, provistos de la ropa de cama, tejados hasta llegar al punto más cercano al módulo de ingresos, en el que esa mañana estaba prevista la visita de numerosos familiares. Una vez allí, se percataron de que esa entrada a esta zona estaba totalmente vigilada, por lo que optaron por esconderse en el patio más cercano. Una ‘zona negra’ desde la que esperaban aprovechar cualquier momento de despiste para infiltrarse entre las visitas y salir de la prisión.

No lo lograron. Finalmente, uno de los funcionarios, tras recibir el aviso de la fuga, advirtió cómo los protagonistas alcanzaban su escondite en el patio, comunicándolo y procediendo a su detención. Desde que saltó la alarma hasta el arresto transcurrió más de una hora, revelan distintos trabajadores. Los dos reclusos han sido trasladados al módulo de aislamiento. No pueden salir al patio ni tener comunicaciones. 

Mientras, Instituciones Penitenciarias investiga los hechos. La incógnita a despejar está en si pudieron recibir ayuda para completar el plan, en concreto, si alguien de dentro pudo facilitarles la herramienta con la que lograron forzar la ventana de la celda. 

Falta de medios

Desde los sindicatos coinciden en que la huida se solventó gracias a la profesionalidad de los trabajadores e insisten en la antigüedad y las carencias del centro de Villabona en materia de personal e instalaciones, así como la «desidia del ministerio en materia penitenciaria». El colectivo de trabajadores sigue luchando por conseguir el estatus de agentes de autoridad. Un cambio que tenía previsto en su calendario el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pero que ahora ha quedado en el limbo tras la convocatoria de elecciones generales y la disolución del Parlamento. 

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