Israel convoca a la embajadora española y acusa a Sánchez de «respaldar el terrorismo»
El Gobierno de Netanyahu cree que unas palabras del presidente -que no ha concretado- suponen un respaldo a Hamás
Israel expresa su enfado con España en pleno viaje de Pedro Sánchez por Oriente Medio, y solo un día después de la reunión del presidente español con su homólogo Benjamin Netanyahu en Jerusalén. En concreto, el Ministerio de Exteriores del país hebreo ha convocado este viernes a los embajadores de España y Bélgica como represalia por las afirmaciones realizadas en las últimas horas por el jefe del Ejecutivo español y el primer ministro belga, Alexander De Croo, ya que consideran que supone un respaldo implícito a las acciones de Hamás y un «apoyo al terrorismo».
«Condenamos las falsas afirmaciones de los primeros ministros de España y Bélgica que están dando apoyo al terrorismo y a raíz de sus palabras sus embajadores serán invitados a una dura conversación de reprimenda», ha compartido el ministro de Exteriores israelí a través de redes sociales, si bien no ha aludido a ninguna declaración específicamente.
«Israel está actuando conforme al Derecho Internacional y luchando contra una organización terrorista peor que Estado Islámico que comete crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad», ha justificado. Asimismo, ha reiterado que Israel tiene previsto reanudar los combates en la Franja de Gaza una vez se haya completado el actual acuerdo para liberar rehenes a cambio de presos palestinos.
Sánchez ha concluido este viernes una gira por la zona en la que se ha reunido, entre otros líderes, con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ante quien cuestionó el alcance de una ofensiva militar que ha dejado más de 14.000 muertos en la Franja de Gaza. También ha abogado por reconocer el Estado palestino e incluso ha planteado la posibilidad de que España lo haga de manera unilateral si no hay movimientos a nivel de la UE.
Sánchez había venido defendiendo antes de esta gira y ante todos los interlocutores con los que se ha entrevistado en ella que la única vía para solucionar el conflicto entre Israel y Palestina es la coexistencia de dos Estados. A ello había dicho que se iba a dedicar en sus contactos con otros líderes y defendiendo que la comunidad internacional y en concreto la Unión Europea deberían trabajar de forma coordinada para hacer de conjuntamente ese reconocimiento.
Cuando se le había preguntado hasta ahora si España se plantea un reconocimiento unilateral, había insistido en la necesidad de ese trabajo conjunto. Pero este viernes ha ido un paso más allá y ha sugerido que si no hay avances multilaterales, España podría actuar en solitario.
Lo hizo en el paso de Rafah, fronterizo entre Gaza y Egipto, y que visitó como final de su gira junto al primer ministro belga, Alexander de Croo. Una visita poco antes de que por ese paso sean liberados un grupo de rehenes israelíes en manos de Hamás desde el ataque terrorista del pasado 7 de octubre.
A escasos metros de la puerta por la que se ha hecho efectiva esa liberación tras el alto el fuego temporal acordado, Sánchez ha dado algunas pistas sobre sus planes. «Ha llegado el momento de que la comunidad internacional y especialmente los países europeos, tomen una decisión sobre el reconocimiento del Estado palestino«, ha recalcado.
«España tomará sus propias decisiones»
Y fue a continuación cuando ha señalado que merecería la pena trabajar juntos por ello, «pero si eso no ocurre -ha apostillado- España, por supuesto, tomará sus propias decisiones«. Desde Rafah, Sánchez se ha trasladado al aeropuerto de El Arish para emprender viaje de regreso a España, y lo hace con la sensación de que la lógica de guerra de las autoridades israelíes no facilita una resolución en breve.
Hay alguna señal para la esperanza como la primera tregua desde los ataques terroristas del pasado 7 de octubre y que tiene como uno de sus logros más visibles esa liberación de un grupo de mujeres y niños que estaban en manos de Hamás. Sánchez lo aplaude, pero reclama que la tregua sea duradera para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y para que todas las personas cautivas regresen a sus hogares, unas palabras que tampoco parecen haber sentado nada bien a Israel a propósito de su reacción diplomática.