Interior ha detenido a más yihadistas en tres meses que durante los últimos cinco años
El Ministerio ha intensificado la lucha antiterrorista como respuesta a la amenaza del conflicto entre Gaza e Israel
El Ministerio del Interior ha redoblado la lucha contra el terrorismo yihadista durante la última parte del 2023. Prueba de ello son los datos que arroja el balance de detenidos: las fuerzas de seguridad han arrestado a 78 personas vinculadas con estos delitos en todo el territorio nacional, la mayor cifra desde 2005 y 2004, cuando se perpetraron los atentados del 11-M. Destacan, sin embargo, los últimos tres meses, en los que se han llevado a cabo más detenciones que durante los cinco años anteriores, de acuerdo con las estadísticas del departamento de Fernando Grande-Marlaska.
La Comisaría General de Información de la Policía Nacional y la Jefatura de Información de la Guardia Civil han detenido a 59 yihadistas (un 75% del total) desde el pasado mes de octubre, superando así a las cifras registradas en 2022 (46), 2021 (39), 2020 (37), 2019 (58) y 2018 (29). El aumento de operaciones policiales ha surgido como respuesta al ataque de Hamás en Israel, aunque las detenciones se intensificaron después de que el grupo terrorista llamase a musulmanes de todo el mundo a practicar «la yihad global», señalan las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE.
Dicho llamamiento puso en alerta al Ministerio del Interior, que decidió reforzar el nivel 4 de alerta antiterrorista, mantenido desde 2015, blindando determinados espacios como embajadas y puntos de encuentro de comunidades judías en España. Una decisión que se ha extendido también a las fiestas navideñas. En paralelo, agentes especializados en la lucha antiterrorista advirtieron como muchos de los perfiles que venían investigando se habían radicalizado y, en algunos casos, habían tomando la decisión de pasar a la acción.
El mayor reclutador de Europa
Una de las primeras detenciones fue la de Mustafá Maya Amaya en Melilla el pasado 23 de octubre, considerado el mayor reclutador de combatientes para el Estado Islámico en Europa. Entre todo el material informático que le fue intervenido, Amaya instaba «a eliminar al enemigo, a occidente y a los judíos». Respecto a esto último, los investigadores acreditaron que «a partir del 7 de octubre, con la escala del conflicto israelí-palestino, también se produjo una escalada en la beligerancia de las publicaciones del detenido».
También destaca el arresto de cuatro jóvenes, tres hombres y una mujer, por adoctrinamiento yihadista a través de las redes sociales en en las localidades de Huetor-Tajar (Granada), Cubelles (Barcelona) y Madrid. Los mensajes que los detenidos intercambiaban a través de distintos grupos para captar a otros en la causa terrorista tomaron un cariz mucho más radical, reclamaban «derramar sangre para recuperar Al Andalus y restaurar el Califato». «No había una fecha clara para atentar, pero los mensajes y vídeos que se distribuían dejaban claro que era el siguiente paso», señalaron fuentes de la investigación a este periódico.
Menores yihadistas
Más lejos habían llegado, en cualquier caso, los tres menores que detuvo la Policía Nacional en Madrid y Barcelona, el pasado 19 de diciembre. Los arrestados, todos ellos estudiantes, tenían la intención de llevar a cabo una acción terrorista, para lo cual habían llegado a obtener diversos manuales en la fabricación de explosivos. En los mismos, se concretaba cómo confeccionar TTP, un detonante conocido como «la madre de Satán».
La entrada de los menores en el escenario terrorista es otra cuestión de la que se han percatado las fuerzas de seguridad en los últimos meses. Casi la mitad de los casos por yihadismo que se investigan actualmente en España están protagonizados por menores, según revelaron fuentes del Servicio de Información de la Guardia Civil a THE OBJECTIVE., Un nuevo paradigma en el que los jóvenes están tomando un papel cada vez más activo y predominante dentro de la organización terrorista Estado Islámico (Daesh). Acciones propagandísticas, proselitismo, planificar atentados…
El principal problema que ha desencadenado el auge del menor en las actividades terroristas, advierten desde los Servicios de Información del Instituto Armado, es que «resulta mucho más complicado que sean condenados». «A ellos les corresponde una normativa antiterrorista diferente a la de los adultos. Esto se traduce en que en estos casos nunca ingresarán a prisión, van a algún centro de menores o están bajo el control parental». Esto último, advierten, «no impide que vuelvan a delinquir».
Los atentados de octubre en Bruselas y, con ellos, el refuerzo del nivel de amenaza terrorista en España, han supuesto un punto de inflexión en este tipo de investigaciones. Desde entonces, las fuerzas de seguridad han detenido a más de 30 supuestos yihadistas, la mayoría de ellos eran menores de edad o acababan de cumplir los 18 años. Un dato que «supera considerablemente» a los registrados en años anteriores, revelan las mismas fuentes.