Centenares de municipios andaluces afectados por la sequía
Peligran 122.000 empleos si no se ejecuta eficazmente el Plan S.O.S de la Junta de Andalucía
Embalse de La Viñuela en 2022. | Álex Zea (Europa Press)
La situación de sequía se sigue agravando en Andalucía. Son más de 100 los municipios que sufren restricciones en el consumo de agua. Casi una treintena no dispone de agua potable, mientras que 16 localidades no tienen disponibilidad de consumo de agua por la noche. En algunas playas de las costas andaluzas se ha decidido el corte de agua de las duchas, como por ejemplo en Tarifa, Algeciras, Chipiona, Rota o Vejer de la Frontera.
Los embalses han notado un descenso notable en las últimas semanas y las cifras comienzan a ser preocupantes. Los embalses de Andalucía se encuentran a una capacidad del 25.37%. Las provincias más afectadas son Almería y Córdoba, con unas cifras de agua embalsada de 14,73% y 17,42% respectivamente. Las reservas en Sevilla, Granada y Cádiz han caído en las últimas semanas casi un punto, situando a estas provincias en los valores de 32,57%, 30,68% y 23,28% respectivamente.
Más de una veintena de municipios en la sección norte de Córdoba se mantienen sin agua potable. La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía emitió una resolución el pasado abril admitiendo que el agua en esa zona no era «apta para el consumo humano». El análisis que se realizó al agua concretó que sus valores en COT (carbono orgánico total) eran superiores a los recomendados para el consumo humano. Aunque los expertos consultados aseguran que esta restricción no está directamente relacionada con la sequía, sí apuntan que los bajos niveles en los pantanos propician que el agua embalsada recoja unos parámetros que impiden su consumo.
Las medidas que se han tomado en la mayoría de los municipios afectados pasa por la concienciación sobre el uso del agua. Algunas de las actuaciones por parte de los ayuntamientos han sido no regar jardines, la prohibición de llenar piscinas, no baldear las calles y plazas o el corte parcial o total del suministros. Una de las localidades más afectadas es Aracena, donde la semana pasada, la empresa pública Giahsa anunció por sus redes sociales que el municipio onubense vería interrumpido su suministro de agua entre la 1 y las 6 de la madrugada.
El pasado martes, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía anunció un paquete de ayudas para las explotaciones agrícolas y ganaderas por un valor de 10 millones de euros. Según anunció la Junta, el periodo de sequía que está atravesando la comunidad autónoma de Andalucía «pone en peligro la continuidad y la supervivencia de las explotaciones agrarias», lo que resulta difícil recuperar su capacidad de producción. Esta medida forma parte del tercer Decreto de Sequía y la máxima cuantía de ayuda no será superior a los 20.000 euros por persona.
La Junta de Andalucía ha puesto en marcha varias ayudas con el objetivo fundamental de paliar las consecuencias de la sequía. El pasado año se inició el Plan S.O.S, dotado con 4.047 millones de euros y que tratará hasta 2027 «dar respuesta a las necesidades de los principales sectores económicos y productivos de la comunidad autónoma».
Según el estudio «La sequía en Andalucía: análisis del impacto económico y evaluación del Plan SOS», encabezado por Manuel Alejandro Cardenete, catedrático de Economía de la Universidad Loyola Andalucía e investigador, y al que ha tenido acceso exclusivo THE OBJECTIVE, los resultados muestran un impacto importante de la sequía sobre la economía andaluza. El objetivo de este estudio es mostrar el impacto de la sequía y del Plan S.O.S de la Junta de Andalucía para hacer frente a la situación de escasez de agua.
Los resultados del estudio concluyen que sin la aplicación del Plan S.O.S, el impacto sobre los ingresos sería de -6,2%, mientras que con una buena ejecución del mismo, se podría reducir la cifra al -3,2%. En términos de PIB, del -7,4% la cifra disminuiría hasta el -3,9%.
Según la investigación, en términos de empleo, la simulación del impacto de la sequía refleja una pérdida de 122.000 empleos, los cuales podrían reducirse hasta los 63.550 en caso de una buena ejecución del Plan S.O.S. de la Junta de Andalucía.
El estudio recoge tres posibles alternativas para tratar de revertir la situación. En primer lugar, un cambio tecnológico: «Al invertir en investigación y desarrollo, se podrían desarrollar nuevas técnicas -por ejemplo, sistemas de riego- que reduzcan los coeficientes directos del agua, por su parte, las inversiones adicionales permitirían su implementación».
La segunda opción es reestructurar la estructura productiva. Las conclusiones del estudio apuntan a reflexionar sobre la posibilidad de un cambio en la especialización productiva, «dado que Andalucía a pesar de ser una región con escasez hídrica presenta una estructura económica especializada en sectores altamente consumidores de agua».
Por último, la tercera opción que se plantea es el aumento de precios del agua. Esta medida permitiría reducir la demanda del agua e inducir al ahorro de agua. Los productores utilizarían el agua de una manera más eficiente, reduciendo el deterioro del agua.
