Asaja califica el año 2023 como «catastrófico» para el campo en Castilla y León
El presidente de ASAJA, Donaciano Dujo, ha valorado en 2.000 millones de euros las pérdidas en el sector agrícola y ganadero en 2023
Agricultura en Castilla y León | TO
El año 2023 está resultando ser un desastre sin paliativos para los sectores agrícola y ganadero en Castilla y León. Un desastre provocado por la sequía y el aumento de los precios que ha propiciado la «peor cosecha» desde 1992, según la información de la que nos hacemos eco en THE OBJECTIVE.
El presidente de Asaja Castilla y León ha denunciado que 2023 el sector tendrá que soportar pérdidas económicas de más de 2.000 millones de euros, puesto que en la comunidad se ha conseguido «salvar» una producción aproximada de 3,2 milones de toneladas, siendo esta cifra la mitad de la cosecha habitual.
Donaciano Dujo ha señalado que «desde 1992 este año ha sido, sin duda, el peor año para el sector», un año que ha estado marcado por una gran sequía y un aumento desmesurado de los precios, que han generado pérdidas económicas para las explotaciones ganaderas y agrícolas en el territorio castellano y leonés.
Igualmente ha señalado que el presente año se ha convertido en el «peor de la historia» en cuanto a rentabilidad, y afirmó que los gastos de producción se han «multiplicado» con respecto a otros años.
«Veníamos teniendo unos gastos de producción de 500 euros por hectárea y nos hemos acercado este año a los mil euros por hectárea», dijo. En este punto, destacó que la situación afecta todavía más a los jóvenes trabajadores del campo, puesto que son los que «más inversiones y deudas tienen».
Problemas del sector primario en CyL
Son numerosos y cada vez más complicados de resolver los problemas que atenazan a un sector vital para los intereses de los castellano y leoneses.
En primer lugar, los efectos del cambio climático en el campo son innegables, desembocando en sequías que amenazan los cultivos y favoreciendo la propagación de enfermedades animales como la peste porcina africana (PPA), la salmonella y la influenza aviar (IA).
El sector primario también se enfrenta a un incremento de los costes directos e indirectos de las producciones, con subidas generalizadas en los precios agrarios de algunas producciones como el cereal, el aceite de oliva y el girasol.
Igualmente, los gastos energéticos, que han aumentado en un 73,9% en el año 2022, lo que supone un auténtico desbarajuste para las cuentas de resultado de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
Precio de los fertilizantes, con subidas desorbitadas de más del 50% y el pienso para alimentar a los animales, con cifras cercanas al 20% han hecho mucha mella al sector.
Por no hablar de la administración, que además de complicar de forma brutal el día a día de los productores con montañas de papeles, guías y todo tipo de burocracia, y la subida de la cuota de autónomos y los costes laborales.
En fin, la tormenta perfecta para que un sector envejecido no vea como existe un relevo generacional por falta de interés de los descendientes que ven como cada día se hace más complicado un trabajo, muchas veces vocacional e imprescindible para la buena marcha de la economía en España.
