Robles cambia la estructura de Defensa para que el general de 'Balmis' no cese por retiro
La ministra exceptúa al Digenpol de los cargos funcionariales del ministerio para que Del Pozo continúe en el puesto más allá de los 65 años
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha modificado este jueves el organigrama del ministerio para que el director general de Política de Defensa (Digenpol), el teniente general Fernando José López del Pozo, pueda seguir en el cargo más allá del próximo 1 de abril, cuando debería dejarlo al llegar a la edad de retiro con 65 años.
El puesto de Digenpol siempre ha estado reservado para funcionarios porque estaba bajo el paraguas de la ley de Régimen Jurídico del Sector Público, pero a partir de ahora queda abierto a personas del ámbito privado -con el visto bueno del Ministerio de Hacienda- gracias a esta modificación ad hominem que ha llevado a cabo Robles de tapadillo, dentro de un real decreto para el desarrollo del nuevo Centro de Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con el fin de mantener a su lado a este teniente general.
La titular de Defensa ha tenido que justificar en el BOE el paso dado, ya que hay precedentes en los que la Justicia tumbó cambios que afectaban a funcionarios. En 2001, por ejemplo, el entonces ministro del ramo, Federico Trillo, sufrió un revés en los tribunales cuando se anuló el nombramiento de un amigo suyo, el arquitecto Rafael Amat, para dirigir el antiguo Instituto de Viviendas de las Fuerzas Armadas (Invifas, hoy denominado Invied).
Robles cambia el organigrama
Robles mantiene al Digenpol orgánicamente dentro de la Secretaría General de Política de Defensa (Segenpol), pero le incluye entre los 26 directores generales de toda la Administración General del Estado a los que se permite no ser funcionario para ocupar el puesto. En el BOE se explica su conversión en cargo directivo por el trabajo que desempeña su titular «para seguir y valorar el desarrollo de la situación internacional en el ámbito de la política de seguridad y defensa, especialmente en zonas de crisis y otras áreas de interés». Y se menciona, en concreto, «la actual situación de crisis en Ucrania».
La ministra señala en el real decreto que es conveniente «excepcionar» el nombramiento de Digenpol «de la reserva funcionarial» que lo encuadraba la ley de servicio público, por lo que se abre la puerta a que en el futuro este cargo no lo ocupe un servidor público como hasta ahora (siempre han sido militares o diplomáticos).
En este sentido, aunque Robles subraya que este cambio no va «en el sentido de una apertura al ámbito privado» del puesto y que lo que pretende es «aprovechar la maestría de aquellas personas que sean o hayan sido funcionarios y que puedan aportar sus conocimientos y habilidades en el ámbito de la política de seguridad y defensa», como es el caso del general Del Pozo, lo cierto es que se trata de un brindis al sol ya que con el nuevo texto legal en la mano, nada impide que el Digenpol venga del sector privado, subrayan fuentes militares a THE OBJECTIVE.
El general Del Pozo estaba al frente del Mando de Operaciones en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) cuando la ministra llegó a Defensa en julio de 2018 y desde el principio congeniaron muy bien. En 2020 fue el encargado de poner en marcha ‘Balmis‘, el despliegue militar contra el coronavirus en la primera y segunda ola de la pandemia.
Su posterior ascenso a Digenpol a mediados de 2021 se produjo cuando ya se encontraba en la reserva y fue una muestra de la confianza de la ministra en este general del Ejército de Tierra, quien a partir de abril podrá seguir trabajando en Defensa pese a cumplir los 65 años. La misma situación en la que lleva varios años su superior jerárquico, el almirante Juan Francisco Martínez, en su condición de Segenpol.