El PP tiene previsto acudir el 8-M a una marcha contra las «políticas antifeministas» de Ayuso
La manifestación a la que se pretenden sumar miembros ‘populares’ es contra la ‘ley trans’ de Madrid y contra el «desguace» de la sanidad pública en la región
El 8-M volverá a evidenciar la división del feminismo, que se manifestará en dos marchas bien diferenciadas, pero con un denominador común: las críticas a Isabel Díaz Ayuso. Entre la concentración de la Comisión 8M y la del Movimiento Feminista de Madrid, el Partido Popular tiene previsto acudir a esta última, por cuanto es la que tiene un posicionamiento crítico con Pedro Sánchez e Irene Montero por la aprobación de la ley del sólo sí es sí y la ley trans. Pero esto supone que los populares, en su acercamiento a las históricas feministas socialistas, deberían tragar un sapo importante: el de concentrarse contra su lideresa madrileña.
La delegación del principal partido de la oposición prevé acudir a la marcha en la que participan la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres y la Asociación Española de Feministas Socialistas (FEMES), que ya expresaron la semana pasada su distancia con todas las formaciones políticas. Pero los populares no han tenido en cuenta que este lunes las feministas clásicas han señalado que se manifestarán, entre otras razones, contra las políticas «antifeministas y neoliberales» de Ayuso.
En un comunicado remitido a los medios, las feministas contrarias a la teoría queer que preconiza la «autodeterminación de género» se desmarcan tanto del Ejecutivo Central como del de la Comunidad de Madrid, aunque destacan como reivindicación fundamental la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero, por su «pésima gestión» al frente del gabinete. Así, recuerdan que en 2022 «el 40% de las víctimas de feminicidios de pareja o empareja había denunciado a su agresor».
También cargan duramente contra la ley del solo sí es sí -que tildan de «chapuza»- por haber supuesto «revisiones a la baja de las condenas para centenares de agresores sexuales en nuestro país, e incluso excarcelaciones en algunos casos». En este sentido, recuerdan que «las feministas reclamaron en las calles y en sus documentos luchar contra la impunidad, nunca una rebaja penal». Al contrario, «advirtieron de ello y no fueron escuchadas» por los dirigentes del PSOE y Unidas Podemos.
En cuanto a la ley trans, los centenares de colectivos feministas que componen esta marcha resaltan que, tal y como adelantó este medio, impone «mordazas de nuevo cuño», tales como «la posibilidad de multas de hasta 150.000 euros al pensamiento crítico feminista». También se muestran igualmente contrarias a «la hormonación en menores sanos en virtud de su autodiagnóstico».
Pero no solo Sánchez y Montero copan las críticas del comunicado. Este, en su parte final, estipula que la marcha a la que tiene previsto acudir el PP también se sitúa en «oposición frontal a las políticas neoliberales del Gobierno de la Comunidad de Madrid» que preside Ayuso. A la lideresa popular le reprochan que la ley trans autonómica ampara «protocolos educativos y sanitarios regresivos y acientíficos», pero también que se dedique al «desguace del sistema público de Salud».
Escollo en el acercamiento
Esto supone un escollo en el acercamiento del Partido Popular a las históricas feministas del PSOE, tales como Ángeles Álvarez, portavoz de la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, o Amelia Valcárcel, presidenta de FEMES. Dicho acercamiento comenzó el pasado mes de octubre, cuando Alberto Núñez Feijóo se reunió en el Congreso de los Diputados con la citada alianza, que aglutina en su seno a asociaciones como Dofemco y Amanda. Ambas partes coinciden en su crítica a la ley trans, porque genera «inseguridad jurídica» en las mujeres y deja desprotegidos a los menores.
El acercamiento prosiguió en diciembre, cuando Valcárcel participó en la clausura de unas jornadas organizadas por el PP en la Cámara Baja para alertar de las consecuencias perniciosas de la norma, y se afianzó este febrero, cuando estas se replicaron en la Cámara Alta con la participación de Dofemco y Amanda.
Es por eso por lo que en Génova aspiraban a fotografiarse este 8-M con las feministas clásicas. Pero parece que finalmente no será así. En primer lugar, porque el Movimiento Feminista de Madrid ha denunciado «el uso partidista» del Día Internacional de la Mujer. Y en segundo, porque el PP debería arriesgarse, para ello, a compartir consignas contrarias a uno de sus principales activos políticos.
Dos manifestaciones
La otra manifestación es la convocada por Comisión 8-M, a la que asistirán previsiblemente miembros de PSOE y Unidas Podemos. En esta no solo no se censurará los efectos perniciosos de la ley del solo sí es sí, sino que celebra la aprobación de la norma, así como la de la ley trans. El único punto de fricción es que las convocantes de esta marcha son regulacionistas de la prostitución, pero esta no parece razón suficiente para que socialistas y morados vayan a evitar esa foto.
El pasado año, la Comisión 8M organizó la manifestación más multitudinaria: 50.000 personas marcharon tras su pancarta frente a las 6.000 que protestaron junto a Movimiento Feminista de Madrid. En esta edición, la Comisión 8M volverá a hacer el recorrido de antes de la pandemia: desde Atocha hasta Plaza de España. Comenzará a las 20 horas, hora y media después de la promovida por las feministas clásicas, que subirán por la calle Atocha hasta la plaza de Jacinto Benavente.
El Partido Popular, por boca de su portavoz del comité de campaña, Borja Sémper, ha anunciado este lunes que sus miembros se manifestarán con «libertad» y «naturalidad» el próximo 8 de marzo. A juzgar por las posturas marcadas por las convocantes de las dos marchas multitudinarias, tendrán difícil integración.