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Feijóo se reunirá con las feministas clásicas en septiembre para ganarse su apoyo

El líder del Partido Popular busca la complicidad de un sector de la izquierda tradicional ante la deriva ‘queer’ del Gobierno de Pedro Sánchez

Feijóo se reunirá con las feministas clásicas en septiembre para ganarse su apoyo

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, durante una entrevista para Europa Press. | Europa Press

Alberto Núñez Feijóo sigue perfeccionando su hoja de ruta para alcanzar La Moncloa. Esta, sabemos, pasa por presentarse como un gestor que aspira a representar a las «grandes mayorías» que auparon al Gobierno a José María Aznar y Mariano Rajoy. En este empeño, el presidente del Partido Popular arrancará el curso político reuniéndose con todos los grupos parlamentarios -a excepción de EH Bildu-, así como con distintos sectores sociales y culturales entre los que están las feministas clásicas, aglutinadas en la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres.

Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el centenar de colectivos feministas tradicionales que componen esta alianza escribieron el pasado martes al líder del PP para pedirle una reunión. Aunque aún no han recibido respuesta, fuentes populares aseguran a este medio que ese encuentro se producirá este próximo septiembre, por cuanto el dirigente gallego entiende que arrogarse la defensa del feminismo clásico -contrario a la teoría queer que preconiza la «autodeterminación de género»- es fundamental si quiere hacerse en los próximos comicios con el voto del «socialista moderado», al que apela siempre en su discurso.

La primera toma de contacto entre Feijóo y la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, integrada por activistas feministas, históricas del PSOE e incluso por exmilitantes de Unidas Podemos, se ha producido después del compromiso público del líder popular de derogar la Ley Trans tan pronto como su partido alcance el Gobierno de España. La aprobación de esta norma es lo que más preocupa al sector más tradicional del feminismo, que defiende que la eliminación del sexo como categoría jurídica para ser sustituida por el «género» borra a las mujeres e inutiliza las medidas de acción positiva basadas en el sexo biológico.

En su futuro encuentro, según detallan las feministas ortodoxas en una misiva, la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres pretende detallar al líder de la oposición todos los problemas detectados en el texto que fue aprobado el pasado mes de junio en el Consejo de Ministros, y que vulneraría derechos de las mujeres y la infancia. Esto, entre otras cosas, por permitir el cambio del sexo registral sin ningún requisito más que la «la libre declaración de la persona sentida» o por permitir la hormonación de menores sin consentimiento paterno.

Por otro lado, colectivos transfeministas como la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (Felgtbi+), la Fundación Triángulo y Chrysallis han replicado exigiendo a Feijóo una «reunión urgente» para «explicarle de primera mano su apoyo a la normativa» impulsada por Irene Montero, así como los motivos por los que «es imprescindible para garantizar los derechos, la igualdad y la libertad de todo el colectivo LGTBI+ en España». No se prevé ningún encuentro entre ambas partes.

El cisma en el feminismo

El movimiento feminista vive desde hace un tiempo una división en su seno. Un choque entre dos cosmovisiones irreconciliables: la del feminismo radical, de raigambre marxista, y la del transfeminismo, que acepta los postulados de la teoría queer. Este último acusa al primero de «tránsfobo» por negar que existe la «autodeterminación de género», que, según el primero, plantea una multiplicidad de problemas en ámbitos como el deporte femenino o los espacios seguros para las mujeres.

Políticamente, al principio de la legislatura, la postura del feminismo clásico estaba representada por el PSOE, mientras que Unidas Podemos pujaba por ser la voz del colectivo transexual. Irene Montero se hizo desde un principio con la bandera de la Ley Trans, enfrentándose a sus socios de coalición. Y es que enfrente tuvo tanto a la ex vicepresidenta Carmen Calvo como al ex ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. Pero finalmente el PSOE claudicó ante los postulados maximalistas de los morados.

Eso deja la vía libre a Feijóo para seducir al feminismo radical o clásico, que se ha quedado huérfano de representación política. El dirigente gallego siempre se ha reivindicado militante de un feminismo «respetuoso, igualitario, real y de la libertad», a la par que detractor de aquel «sectario e instrumental». A juzgar por la reunión que el ex presidente de la Junta de Galicia acometerá en cuestión de semanas, parece claro cuál es cuál.

El plan de Feijóo

En septiembre Alberto Núñez Feijóo cumple cinco meses al frente del Partido Popular, después de la salida precipitada de Pablo Casado, que perdió muchos apoyos internos por su guerra fratricida con Isabel Díaz Ayuso. Se trata de un mes fundamental para el líder de la oposición, que arranca un nuevo curso político definido por las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo, que marcarán el devenir de las generales de finales de 2023. Es por eso que tanto él como Pedro Sánchez se volcarán.

El presidente del Gobierno lo tendrá más fácil que el líder del centro-derecha, que podría acusar su falta de proyección internacional, su ausencia en el Congreso de los Diputados, y su falta de agenda propia con grandes dirigentes europeos. Ésa es justo la principal baza con la que cuenta el líder socialista. Sánchez, según ha adelantado El Español, se volcará además en la campaña electoral del PSOE, que oscilará en torno al lema «el Gobierno de la gente». Protagonizará 30 actos hasta diciembre.

Feijóo, por su parte, se centrará en reunirse con todos los grupos parlamentarios -excepto EH Bildu- del Congreso. Así logrará acercarse a PNV y otras formaciones regionalistas, y restar relevancia mediática a una primera foto junto con Santiago Abascal. También se citará con las feministas clásicas. Lo que el dirigente gallego pretende es proyectarse como un presidenciable dialogante y moderado, capaz de representar al centro-izquierda y centro-derecha. Este empeño, ha entendido, necesita ganarse el apoyo del feminismo tradicional al que el PSOE ha dado la espalda.

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