El futuro electoral de España: vuelta al bipartidismo y el final del ciclo del 15-M
Los principales demóscopos del país opinan sobre el horizonte de urnas que se avecina en los próximos meses para los españoles
Encuestas, análisis de los actores que están tomando decisiones, contexto internacional, económico y político, alianzas, todo sirve para trazar las tendencias electorales que, en España, van desde el final del ciclo político que se abrió el 15-M hasta la desaparición de Ciudadanos y que apuntan al bipartidismo con la concentración del voto en los dos grandes partidos y al fortalecimiento de la figura de muchos alcaldes, por encima de las siglas que representan.
El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos; el presidente de Gad3, Narciso Michavila; y el director de Comunicación y Estrategia de Sigma Dos, Antonio Asencio, se aventuran a analizar para EFE qué pasará de cara a los comicios autonómicos y municipales del próximo 28 de mayo y a las elecciones generales, que se celebrarán a finales de año.
El CIS de Tezanos y el bipartidismo
Lo primero que advierte Tezanos es que las encuestas son válidas para el momento en que se hacen, por lo que hay que tomarlas con «cautela». Dicho esto les otorga la condición de indicadoras de tendencias.
«En la sociedad española permanece una tendencia de izquierda templada que es potente, constante, que incluso en los momentos de más debilidad se ha mantenido. Existe una tendencia a la izquierda de ésta alimentada por problemas objetivos, que no sabemos si va a ser liderada por uno o dos grupos o tres (…) y luego hay un centro que se va a diluir, va a tener poco peso», explica el presidente del CIS.
El tablero político de su análisis se completa con «una formación de derechas que tiene fuerza para las próximas elecciones y con otra de extrema derecha, donde puede haber sorpresas en la medida que las campañas vayan demostrando que no es un voto útil».
Aumenta, según su pronóstico, el porcentaje de votos concentrados: «Es una tendencia bastante probable que entre los dos grandes partidos sumen un porcentaje de voto superior incluso al 55 o 60 % en generales».
A juicio de Tezanos, es posible que haya cambios en el panorama político electoral y algunas cosas que se dan como muy seguras por algunos para los comicios de mayo probablemente no lo van a ser tanto.
En este caso -autonómicas y municipales- existe una fragmentación de voto que tiene que ver con los líderes provinciales, con la confianza que transmiten a los ciudadanos y con su trayectoria, por encima de las siglas con las que se concurre. Es lo que se conoce como personalización de la política.
Narciso Michavila, GAD3 y un cambio de ciclo
«Estas elecciones del 28 de mayo suponen el final definitivo del ciclo del 15-M, que produjo la irrupción de Podemos por un lado y, luego, la aparición de Ciudadanos», esboza Michavila.
Ciudadanos desaparece y Podemos sufre, se reconfigura, añade Michavila, para apuntar, a continuación, que partidos como Más Madrid, Más País o Vox pueden mejorar un poco respecto a lo que tuvieron hace cuatro años.
«A su vez también veremos un Partido Socialista que a nivel municipal aguanta y un Partido Popular que le supera por poco y, por lo tanto, un retorno del bipartidismo», concluye. Lo más significativo será la vuelta de votantes de Ciudadanos al PP.
Además, en mayo se podrá comprobar el tirón de muchos alcaldes, por encima de sus propias marcas, y cómo va a haber «muchísimos electores, cada vez más», que cojan una papeleta de un partido político en una urna y de otro en la otra.
Sobre las posibles sorpresas en la noche electoral, apunta que hay una gran incertidumbre, con escenarios muy abiertos en Comunidad Valenciana, Aragón, en las Islas Baleares y en Extremadura. «Pudiera ser que no hubiera ningún cambio de gobierno o pudiera ser que la mayoría de los gobiernos cambiaran», advierte.
Junto a ello, el PP, según Michavila, tiene sus principales bastiones asegurados: Madrid y Murcia no van a cambiar y Galicia, Castilla y León y Andalucía no se someten a las urnas.
En el caso de las generales, sostiene que, paradójicamente, se sabe mucho mejor qué va a pasar que en mayo. Para Michavila, en diciembre se producirá «el final del ciclo de Pedro Sánchez, sabiendo además que ya nunca en la historia de España va a haber ningún partido político que intente llegar al Gobierno con una moción de censura, porque si tú no llegas con mayorías naturales, sociales y electorales, al final tienes que ir cediendo en cada una de las cuestiones que te vayan pidiendo (…) y que es al final lo que ha llevado al PSOE a los resultados que ha tenido en todas las elecciones regionales».
Asencio (Sigma Dos) apunta a los indecisos
«A poco más de dos meses vista de las autonómicas y municipales, lo que observamos en las encuestas de Sigma Dos es que el votante del espectro de centro-derecha esta muy movilizado y, sin embargo, entre los votantes del PSOE hay más de un 20 % de indecisos», resume Antonio Asencio.
La clave, por tanto, explica, estará en que el centro-derecha mantenga esa movilización, marcada por el clima nacional, aunque se va a trasladar a las autonómicas y municipales seguramente; y que la izquierda y, sobre todo, el PSOE consiga movilizar a los indecisos.
Lo que pase en las generales también estará muy marcado por lo que ocurra en los comicios de mayo, en los que las encuestas que está haciendo Sigma Dos indican que el PSOE resiste mejor en algunos territorios que a nivel nacional. «Es decir que siendo cierto que el clima general influye en las dinámicas de voto de cara a las autonómicas y las municipales también es verdad que cada una de ellas es una elección en sí misma y hay que analizarla con todo el cuidado y teniendo en cuenta la realidad electoral y política de cada comunidad autónoma y de cada municipio».
Como cierre considera una paradoja lo que está pasando, ya que convive una gran masa crítica de votantes centristas con la caída en la intención de voto del único partido que se reivindicaba como centro, que se acompañará con un corrimiento de voto general de izquierda a derecha en el tablero político.