La Armada sanciona a diez marineros por tomar alcohol en una fragata en plena misión OTAN
Impone sanciones disciplinarias a los afectados tras dar positivo en un control de alcoholemia mientras el buque se encontraba en el mar del Norte
La Armada ha sancionado a diez miembros de la dotación de tropa y marinería de la fragata Álvaro de Bazán tras comprobar que habían consumido alcohol durante la misión de la OTAN que el buque de guerra lleva a cabo en aguas del mar del Norte y el Báltico desde mediados de febrero, según informan fuentes militares a THE OBJECTIVE.
Las sanciones disciplinarias han sido de carácter leve y se impusieron hace varias semanas, según las citadas fuentes, quienes refutan una información aparecida en Ciudadanos de uniforme, un chat de Telegram en el que se publican denuncias anónimas dentro de las Fuerzas Armadas, en la que se hablaba de 27 sancionados entre marinería y suboficiales por consumo de alcohol dentro de la fragata, tras un presunto delito de acoso a una cabo que se habría producido este martes.
Un portavoz de la Armada derivó en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) cualquier información sobre este suceso, al estar la fragata activada en una operación aliada de la OTAN, pero este órgano del Ministerio de Defensa declinó confirmar o desmentir los datos recabados por este diario.
La decena de sancionados se reunieron para «una celebración» y luego dieron positivo en un control de alcoholemia ordenado por la superioridad. El número de militares ‘cazados’ es «completamente inusual» en unas maniobras navales o, como es este caso, en el transcurso de una misión internacional, advierten las fuentes militares.
El consumo de bebidas alcohólicas está prohibido dentro de las Fuerzas Armadas si no hay una autorización de la superioridad -por ejemplo, en los brindis-. En este sentido, constituye una falta disciplinaria leve si la ingesta se produce «durante el desempeño de sus funciones o en otras ocasiones en que lo prohiban las normas militares», según se especifica en el punto 6.16 de la ley orgánica de 2014 que regula el régimen disciplinario dentro de los Ejércitos.
Las sanciones por este tipo de falta van desde la «reprensión» a cargo de un superior, a la «privación de salida de uno a ocho días», la «sanción económica de uno a siete días» o el «arresto de uno a catorce días». La potestad disciplinaria a bordo de los buques de guerra «la ejercen sus comandantes y las autoridades disciplinarias de quienes dependan» (art. 27). Las citadas fuentes no pudieron precisar el castigo impuesto a los infractores de la Álvaro de Bazán.
También existe una falta grave si dicho consumo se produce «durante un servicio de armas o portándolas» (art. 7.19) y una muy grave si encuentran a un militar «embriagado (…) durante el desempeño del servicio o de forma reiterada fuera de él» (art. 8.8), pero no se ha llegado a ese extremo en la fragata, insisten las citadas fuentes. En todo caso, las faltas leves se incorporan a los expedientes militares de los afectados, por lo que suponen una mancha para futuros ascensos.
La Álvaro de Bazán, actualmente al mando del capitán de fragata Jesús Viñas Barciela, fue entregada a la Armada el 19 de septiembre del año 2002 y es la primera fragata de la serie F-100, perteneciente a la 31ª Escuadrilla de Superficie. En la actualidad, cuenta con un total de 221 mujeres y hombres a bordo, incluyendo una unidad aérea embarcada, un equipo operativo de seguridad perteneciente a la unidad de Canarias y un capellán.
España ha integrado esta fragata dentro de la agrupación marítima permanente número uno de la OTAN -la denominada SNMG1-, que vigila los mares europeos del Norte y el Báltico. El despliegue empezó el 15 de febrero y se prolongará hasta finales de junio, tiempo en el que el buque tiene como misión principal «demostrar el compromiso español con la Alianza Atlántica y defender los intereses nacionales y aliados» en esta zona, según explicó el EMAD en un comunicado.
Este tipo de agrupaciones aliadas son una fuerza marítima multinacional, integrada por buques de varios países de la Alianza, que están permanentemente a disposición del Mando Marítimo Aliado (Marcom), ubicado en Northwood (Reino Unido), para realizar «diferentes tareas que van desde ejercicios hasta misiones operativas», según explica el Ministerio de Defensa en su web.
«También contribuyen a establecer la presencia de la Alianza, demostrar su solidaridad, realizar visitas diplomáticas regulares a diferentes países, apoyar el compromiso de los socios y proporcionar una gran variedad de capacidades militares marítimas a las misiones en curso. Las SNMG1 y SNMG2 funcionan según las necesidades operativas de la Alianza, por lo que contribuyen a mantener una flexibilidad óptima. Su composición varía y suelen estar integrados por entre dos y seis buques de los países de la OTAN», precisa el departamento que dirige Margarita Robles.