Pánico del PSOE por la «tormenta perfecta»: «La campaña ha saltado por los aires»
Los casos de Mojácar y Maracena causan conmoción en el partido: «El mal ya está hecho», explican dirigentes en «estado de shock»
El PSOE ha entrado en modo pánico. Lo sucedido en las últimas horas, la investigación sobre el número dos del PSOE andaluz, Noel López, sobre el caso del secuestro de la concejal de Maracena, y la cascada de detenciones de las últimas horas por escándalos relacionados con la compra de votos, ha dejado «en shock» a altos mandos del PSOE andaluz, pero también de la cúpula nacional del Gobierno y el partido, consultados por THE OBJECTIVE. Es la guinda de una campaña que consideran «la tormenta perfecta», después de la irrupción de las listas de Bildu, los insultos racistas del caso Vinicius, la compra de votos en Melilla y las réplicas en Mójacar y otros territorios (Murcia y La Gomera), cuyo goteo aún no ha cesado.
«Es lo que nos faltaba. Nuestra campaña ha saltado por los aires», confiesan miembros de la dirección del PSOE que se han sumido en un estado de perplejidad, entre la frustración, la indignación y el nerviosismo por los efectos que tendrá para el PSOE este efecto dominó electoral. Tanto en Moncloa como en Ferraz intentaron restar importancia a la detención de cargos socialistas porque «son cuestiones minoritarias y marginales que han sucedido siempre, como los falsos empadronamientos». Otros diputados y dirigentes nacionales atribuían incluso el goteo mediático a una operación en la que sitúan al PP como origen de las filtraciones: «Es una trampa de alguien que estaba haciendo trampa». Una «guerra territorial o local» que ha estallado en la recta final de la contienda municipal, minando el ánimo de los socialistas.
El PSOE, en ‘shock’
Un clima depresivo que se vio acrecentado por la petición de imputación del número dos del PSOE andaluz, Noel López, por el caso del secuestro de la concejal de Maracena. La noticia, conocida tras el levantamiento del secreto del sumario a media mañana, corrió como la pólvora causando conmoción en el partido. «El mal es tremendo», confiesan a este periódico fuentes socialistas ante lo que consideran una intromisión por parte del juzgado de instrucción numero 5 de Granada. «Es sorprendente, una barbaridad. Hasta lo de los ERE se aplazó. Nada es casual», replicaban otros.
Pero más allá de acusar al árbitro, la sensación de los más realistas fue que esto será demoledor en los resultados electorales del próximo domingo en las elecciones autonómicas y municipales del 28-M, y el PSOE no puede hacer nada para evitarlo. «El presidente no se la puede jugar y menos a dos días de las elecciones. Lo veo muy complicado», vaticinaba otro dirigente ante los efectos que esto pueda tener en los trackings internos de los próximos dos días. La única solución es aguantar la estrategia de campaña y no dejarse llevar por discursos altisonantes ni teorías de la conspiración que pudieran terminar de derrumbar las expectativas socialistas.
La «tormenta perfecta»
Cuando la tormenta perfecta se había confirmado y el contagio de la compra de votos se había multiplicado en el penúltimo día de la campaña electoral, los ánimos del PSOE se vinieron abajo ante la constatación de un tsunami de efectos adversos, al que se le sumó hasta la climatología. Con Pedro Sánchez en Vallecas, Madrid, en un auditorio al aire libre, la organización del partido asistió atónita a la tormenta de granizo que asoló este auditorio reservado por el partido en Entrevías. Finalmente salió el sol y el presidente pudo compartir del único mitin en el que ha acompañado a su candidata en Madrid, Reyes Maroto, junto al candidato en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato.
Un líder del PSOE más titubeante que en mitines previos como el de Badajoz proclamó la necesidad de cambio político en Madrid para consagrar un «nuevo tiempo de avances, derechos y dignidad de las personas». Con los rictus serios de un auditorio apocado por las noticias de los últimos días, el presidente habló de la «la frustración de la derecha» por no haberse cumplido «el Apocalipsis» que predicaban. Pero la sensación en el PSOE es que la catástrofe sí ha llegado en forma de cataclismo electoral y que, pase lo pase el domingo, «no va a ser bueno para el PSOE».
Sin mencionar en ningún momento los escándalos que asolan al PSOE, Sánchez pidió «tranquilidad» al partido recordando los logros de su gestión: el ingreso mínimo, la solución ibérica… «y otras cosas que me dejo en el tintero. Y todo esto lo hemos hecho con una oposición que ha intentando utilizar todo tipo de crisis para derribar a este Gobierno». «Si esto hemos sido capaces de hacerlo con el viento en contra, cuando tengamos el viento a favor vamos a volver a ser capaces de hacer esto y mucho más. Transformar nuestro país para bien». Los aplausos, pausados, y los rostros, evidenciando la incomprensión y la inquietud de quien duda entre si el Apocalipsis ha llegado o está por llegar.