Garzón empuja a Iglesias: ¿quién resta ahora?
Garzón acaba de tomarle la palabra a Iglesias anunciando su marcha y dejándole sin el que era su principal argumento en esta contienda
En un momento en que ya es de dominio público, gracias a los portavoces de cada bando en los medios, que aunque oficialmente tanto los pablistas como los líderes de Sumar digan que quieren unidad, ninguno de los dos quiere integrarse con el otro, pero quieren hacerlo de forma que parezca que el culpable de la no-unión es el otro, ha irrumpido el comunicado de Alberto Garzón diciendo que se retira, en lo que constituye un ‘ajuste de cuentas’ que se tenía guardado.
De una manera muy entrañable, el periodista Jorge Enrique Monrosi se esforzaba en La Sexta en tratar de convencer a los incrédulos tertulianos del programa de que no debía interpretarse la carta de retirada de Alberto Garzón como puya alguna contra el líder del pablismo, sino simplemente como una decisión personal. Una actitud muy loable, cual violinista del Titanic que mantiene su apoyo al barco, mientras se hunde. Pero a Monrosi no se le puede escapar que no es un tema de saber interpretar mejor o peor, basta con saber leer. Porque la propia carta de despedida de Alberto Garzón dice lo siguiente:
«Es una decisión muy meditada que aspira a promover la renovación de las caras públicas que representan este necesario proyecto. (…) siempre he creído en la renovación de los representantes: es sano para los proyectos políticos y también para la democracia. Ahora que entramos en una fase nueva creo que es un momento estupendo para dejar que otros compañeros y compañeras puedan aportar sus energías y conocimientos».
Era interesante ver a Irene Montero y Ione Belarra retuiteando la carta en la que se pedía su liquidación, quizá conscientes de que podía pasar más desapercibida la petición si lo hacían que si no. Parece que Pablo Echenique y Pablo Iglesias, los otros que podían darse por aludidos, estuvieron menos entusiastas.
Ajuste de cuentas
Es imposible que Monrosi, que sigue muy al pie del cañón, haya olvidado el mensaje que mandó Pablo Iglesias a Alberto Garzón desde ese espacio que regala la Cadena SER al ‘pablismo’ la semana que se presentaba Sumar. Los pablistas se negaron a ir si no se fijaba un sistema de elección que les pudiera garantizar un porcentaje en las listas antes de la presentación del acto. Garzón había dicho en RNE que este no era un tema de partidos, ni de porcentaje en las listas, y entonces el líder metido a gurú mediático le soltó lo siguiente:
«Creo que en un contexto como en el que estamos tenemos que ser serios y no decir que no te importan las listas cuando llevas más de diez años en cargos públicos. Alberto sigue siendo diputado desde las elecciones de 2011 y sigue siendo diputado y supongo que le interesará volver a serlo. Y digo esto porque he negociado por teléfono con él decenas de veces las listas. Entonces, compañero, no me digas que a ti no te gustan las listas, que tú has peleado conmigo por tener a tu gente en las listas muchísimas veces. (…) Y ya está bien de tomar a la gente por tonta y decir que no te importan las listas cuando a ti te eligieron en 2011, 2015, en 2016, en 2019 y ahora te van a elegir también en 2023».
Lo que hizo aquel día Iglesias es usar como argumento para desprestigiar a Garzón ante toda España el hecho de que quisiera volver a ser diputado en 2023. Algo que, ciertamente, si la excusa para dejar fuera de las listas a los ‘pablistas’ era la renovación, podía volver a ser sacado. Garzón acaba de tomarle la palabra a Iglesias anunciando su marcha y dejándole sin el que entonces era su principal argumento en esta contienda, dado que Yolanda Díaz ni pidió cargos, ni listas. Cuesta suponer que Monrosi no vincule la carta con la reivindicación pablista de antaño, pero su posición más bien sirve para dejar clara su alineación en esta lucha interna.
No deja de ser curioso recordar que en 2015 era Alberto Garzón quien suplicaba desde Izquierda Unida hacer coalición con ‘la nueva Podemos’ de Pablo Iglesias, y Pablo Iglesias quien se negaba hacerlo por considerar que esa IU no sumaba, sino que restaba. Garzón se empeñó incluso a base de pasar a cuchillo a una buena parte de miembros de la antigua IU.
Ironías de la política, ahora es Sumar (donde está IU) quien considera que no le interesa contar con los pablistas, y el cuarteto pablista parece que más que sumar resta. Divierte imaginar a Reneses, a Ángel Pérez o al fallecido Gregorio Gordo escribiendo a Garzón aquello de: «Ya te lo dijimos…».