Bolaños interrumpe sus vacaciones para negociar la presidencia del Congreso
El ministro de Presidencia en funciones es el favorito para hacerse con el cargo, como adelantó THE OBJECTIVE
Las negociaciones para controlar el Congreso entran en su recta final. La votación del 17 de agosto se antoja clave, no solo para presidir la Mesa, también para conocer las opciones que tiene la izquierda de reeditar un gobierno de coalición. El PSOE ha pedido al hombre de confianza de Pedro Sánchez que asuma las conversaciones. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, ha interrumpido sus vacaciones para regresar a Madrid y ponerse al frente. Una portavoz del Ministerio de Presidencia explica que vuelve a Madrid para recoger su acta de diputado. Este diario adelantó que es el favorito para presidir la Cámara baja.
Bolaños pasaba unos días de descanso con su familia en Mojácar (Almería). «Familia, Mojácar y mucha playa. No hay mejor combinación posible», llegó a tuitear el ministro. Unas palabras que acompañó con una imagen sonriente junto a su pareja y su hijo. Personas de su entorno aseguran que ha suspendido este miércoles sus vacaciones para ponerse al frente de las negociaciones con el objetivo de llegar a un acuerdo que garantice una mayoría progresista en la Mesa del Congreso.
El ministro de Presidencia mantiene una excelente relación con Sumar y con los dirigentes de las fuerzas nacionalistas, cuyo apoyo es fundamental para lograr el control de la Mesa del Congreso. Es el paso previo a negociar una mayoría parlamentaria que facilite la investidura de Sánchez. Tan buena sintonía mantiene Bolaños con sus interlocutores que el PSOE le considera un activo para convertirse en la tercera institución del Estado, aunque su entorno reconoce que entre sus planes no está dejar el Gobierno.
El perfil de Bolaños
«Tenía pensado quedarse más días, pero interrumpe sus vacaciones para negociar», reconoce un dirigente socialista. No obstante, desconoce si en esas conversaciones se va a valorar su candidatura a presidir la Cámara Baja. Según ha podido saber este diario, los colaboradores de Bolaños están «muy nerviosos» porque intuyen que su jefe va a dejar el ministerio. «Ven que se va al Congreso y eso supone que dejarán de trabajar o tendrán que dedicarse a una función más institucional».
Un alto cargo del PSOE que valora positivamente la capacidad de Bolaños para generar consensos asegura que «estará donde diga Sánchez». El ministro de Presidencia ha sido estos últimos años una de las personas más cercanas al presidente. De hecho, fue el encargado de negociar con Podemos el gobierno de coalición y, en la pasada legislatura, se erigió en una figura vital para cerrar diferentes acuerdos.
«Es el negociador de Sánchez», asegura una voz autorizada en Ferraz. El ministro en funciones dirigió las conversaciones para renovar instituciones del Estado como el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional o la renovación del Consejo de Administración de RTVE. Menos suerte tuvo con otros encargos, como remozar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyos miembros caducaron su mandato hace casi cinco años.
Bolaños también ha sido fundamental en algunos hitos del Gobierno en esta legislatura. Entre ellos, las exhumaciones del Valle de los Caídos. El ministro de Presidencia en funciones se encargó de negociar con las familias del dictador Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera. Lo hizo con discreción. La misma que sus críticos denuncian que le faltó en el acto institucional de la Comunidad de Madrid el pasado 2 de mayo, cuando intentó subir a la tribuna de autoridades sin invitación.
Una polémica con la que algunos explican su poca presencia en los últimos procesos electorales. Su entorno asegura que esa pérdida de foco está más relacionada con un problema de salud. Bolaños fue intervenido a principios de mayo de piedras en la vesícula y pasó varios días hospitalizado. Otro motivo que le llevó a salir del foco mediático fue la publicación de un vídeo en el que aparecía en un acto junto al cabecilla de una supuesta compra de votos en Mojácar.
A pesar de ello, no ha perdido la confianza de Sánchez, aunque varios dirigentes socialistas explican a THE OBJECTIVE que existen presiones para que abandone el Gobierno. Una posible salida es la presidencia del Congreso. Su candidatura no se encontraría con el rechazo de los nacionalistas, como algunas voces sostienen que ha sufrido Meritxell Batet.
La votación para elegir presidente de la Cámara Baja tendrá lugar el 17 de agosto y es secreta. Los diputados depositan una papeleta en una urna por orden alfabético. Los aspirantes necesitan 176 votos, la mayoría absoluta. Si nadie consigue esa cifra se celebra una segunda ronda y sale elegido el diputado que reúna más apoyos. A continuación los parlamentarios seleccionan las cuatro vicepresidencias entre quienes más apoyo suscite. Una operación que se repite con las cuatro secretarías.