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El gélido saludo entre Rubiales y Sánchez en la recepción a las campeonas del mundo

El presidente de la RFEF se encuentra en el centro de la polémica por besar sin consentimiento a Hermoso

El gélido saludo entre Rubiales y Sánchez en la recepción a las campeonas del mundo

Pedro Sánchez y Luis Rubiales. | Reuters

Luis Rubiales vuelve a ser el protagonista en un evento de la selección y, de nuevo, no es por algo positivo. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) –en el ojo del huracán por besar sin consentimiento a la jugadora Jenny Hermoso y agarrarse la entrepierna junto a la Reina y a la Infanta durante el gol de España– ha acudido al recibimiento que el presidente del Gobierno ha brindado a las campeonas del mundo, donde se ha vivido un tenso momento.

Pedro Sánchez ha recibido una a una a las vencedores con un afectuoso saludo –un apretón de manos y dos besos junto con algunas palabras de enhorabuena– al pie de las escaleras del Palacio de la Moncloa. Una tras otra han sido recibidas entre sonrisas del presidente del Gobierno, hasta que le ha llegado el turno a Rubiales.

El presidente de la RFEF ha acudido con un polo oficial de la selección, caminando tras las jugadoras. Sánchez, al verle llegar, ha mantenido la sonrisa, aunque su pose ha cambiado ligeramente antes de ofrecerle la mano para un apretón veloz y una rápida inclinación de cabeza acompañado por un buenos días que Rubiales –serio, sin mudar el gesto ni asomar la sonrisa con la que han acudido las campeonas– no ha devuelto.

El frío saludo entre Rubiales y Sánchez.

El exfutbolista solo ha mirado al jefe del Gobierno –visiblemente incómodo durante los pocos segundos que ha durado el cruce–. Antes de despedirse, tras el gélido encuentro entre ambos, Rubiales ha avanzado hacia la escalera, no sin antes darle una amigable palmada en el hombro a la segunda máxima autoridad de España.

Choca este recibimiento, sobre todo si, por ejemplo, se compara con el que ha vivido Jorge Vilda, seleccionador nacional, que ha intercambiado unas breves palabras con Sánchez tras ser felicitado y que se ha mostrado mucho más alegre y cómodo que su predecesor en el saludo.

Sánchez y Rubiales, un cruce que viene de lejos

La relación entre el presidente del Gobierno y el de la Federación siempre ha sido cuanto menos extraña. Los Supercopa Files –investigación periodística del diario El Confidencial sobre los negocios y actitudes de Rubiales al frente del máximo organismo del fútbol español– mostró los mensajes que el exfutbolista y el secretario general del PSOE se cruzaban cuando este alcanzó La Moncloa.

En ellos, Rubiales –que en esos momentos grababa en secreto las conversaciones con varios ministros del Gobierno– pedía que el presidente mediara en asuntos internos del órgano que dirigía, le felicitaba por las victorias electorales –«mucha suerte Pedro, mucha suerte compañero, porque te mereces un magnífico resultado y vas por el buen camino bajo mi humilde opinión»– y le animaba tras anunciar las medidas para controlar la pandemia del covid-19: «Un abrazo Presidente y MUCHAS GRACIAS. Eres el MEJOR».

Las respuestas de Sánchez siempre fueron mucho más escuetas, aunque mayoritariamente favorables a los intereses y ruegos de Rubiales. Le apoyó en su conflicto con LaLiga, medió con el Consejo Superior de Deportes (CSD) tras recibir la petición del exfutbolista y se mostró a favor de ayudarle cuando el Tribunal Administrativo del Deporte evitó que se presentara a unas nuevas elecciones. «Presidente, tú crees que me merezco esto?», se lamentaba Rubiales ante un perplejo Sánchez.

Esta aparente buena relación puede haber encontrado su herida de muerte. Los actos de Rubiales han puesto patas arriba al Gobierno. Exministros de la anterior legislatura y los que en la actualidad se encuentran en funciones han salido en tromba contra el presidente de la Federación por haber besado forzosamente a una jugadora durante la recogida de la Copa del Mundo y haberse agarrado la entrepierna junto a la Reina y a la Infanta para celebrar el tanto español. Tras ser preguntado en los medios de comunicación a las pocas horas, el mandatario prefirió tildar de «tontos del culo», «idiotas» y «pringaos» a quienes le recriminaron este gesto y le pedían una disculpa.

Ante la tromba de reproches –entre ellos los del ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, que le exigió explicaciones por este gesto–, la RFEF subió un vídeo de su presidente. En él pide disculpas por este acto, aunque equipara su papel con el de la jugadora omitiendo que es él quien la aferra de la cara: «Hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes».

Horas después la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, se mostraba tajante: Rubiales debía dimitir por haber «vejado y agredido a una mujer», todo ello a pesar de sus «excusas». Por el momento, resiste en el cargo, aunque el Ejecutivo puede adelantar si así lo deseara una posible destitución al ser quienes tienen las competencias para elevar el caso al TAD, con competencias para cesarle. El presidente ya ha sido denunciado por un entrenador ante el CSD, tal y como adelantó en exclusiva THE OBJECTIVE.

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