Sánchez considera insuficientes la disculpas de Rubiales y reclama más explicaciones
El presidente no empujará a su cese a pesar de contar con competencias a través del Ministerio de Deportes
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se aparta de la patata caliente del caso Rubiales. En su comparecencia en el Congreso de los Diputados ha afirmado que su Ejecutivo no tiene las competencias suficientes como para forzar el cese del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), algo que no es cierto, pues el Ministerio de Cultura y Deportes podría elevar una denuncia que forzara su marcha del organismo.
El beso de Rubiales a Hermoso en plena celebración mundialista se ha colado en el día a día de la política española hasta tener que intervenir el propio presidente del Gobierno. Entre las preguntas sobre la ronda de contactos del rey Felipe VI con los principales partidos políticos, el secretario general de los socialistas ha sido cuestionado por los periodistas sobre qué planes contempla el Ejecutivo más allá de los reproches emitidos por el ministro de Cultura, Miquel Iceta, o por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz.
El Gobierno puede empujar el cese
Sánchez ha dejado pasar la cuestión y solo ha reclamado más explicaciones al presidente de la RFEF al considerar que el vídeo emitido por la Federación es insuficiente: «Vimos un gesto inaceptable. Sus disculpas no son adecuadas, debe seguir dando pasos». Sin embargo, no ha entrado en el debate sobre si debe ser cesado e incluso ha negado que el Ejecutivo tenga competencias para ello. Algo que no es cierto.
El presidente en funciones omite en su respuesta que el Consejo Superior de Deportes (CSD) –organismo que depende del Ministerio de Miquel Iceta– forma parte de la estructura gubernamental. Entre sus competencias, está la posibilidad de elevar las denuncias que recibe contra algún dirigente al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que sí que tiene el poder para destituir a la máxima autoridad del fútbol español.
En la tarde del lunes, THE OBJECTIVE adelantaba que Luis Rubiales había sido denunciado por Miguel Galán, presidente del CENAFE, ante el CSD por su beso ante Jenni Hermoso al considerar que había incumplido «la Ley 39/2022 del Deporte» y calificaba la acción del presidente de la RFEF como un «acto sexista intolerable en el deporte».
El Gobierno presiona al dirigente para que dé un paso al lado tras su polémico papel en la final del Mundial –donde, además del beso a Hermoso, se agarró la entrepierna en el palco de autoridades, estando junto a la reina Letizia y a la infanta Sofía, para celebrar el gol de España– mientras que la Liga de Fútbol Femenino ya ha pedido que sea cesado de sus cargos. Más tajante se mostró la vicepresidenta Díaz, que en rueda de prensa determinó que había «vejado y agredido a una mujer» y que estaba deslegitimado para ejercer su cargo.
Sánchez, por su parte, se mantiene cauto y a la espera. Sus palabras en la rueda de prensa llegan tras el encuentro que han mantenido ambos en las escaleras del Palacio de la Moncloa durante el recibimiento brindado por el presidente a las ganadoras del Mundial. El saludo entre ambos ha destacado por su frialdad. Rubiales, serio y sin mutar el gesto en el rostro, ha sido recibido con menos efusividad que sus acompañantes en un encuentro de menor duración y escaso en palabras: un cara a cara gélido e incómodo que, de nuevo, ha opacado la celebración.