THE OBJECTIVE
Alfonso Javier Ussía

Los cojones de Rubiales

«Hay razones suficientes para que este señor se vaya por la puerta de atrás lo antes posible. ¿O es que tiene algún tipo de protección con el sátrapa de Moncloa?»

Opinión
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Los cojones de Rubiales

Luis Rubiales.

El final de agosto coincide con los destapes veraniegos. De las tetas de Amaral pasamos a los cojones de Rubiales, quien ha conseguido ser noticia tapando la gesta del equipo de fútbol femenino en ganar su primer mundial. Algún cursi redomado del foro ha llegado a decir que «una estrella ha bajado de cielo al corazón de las deportistas», pero antes de saltar por los aires ante tamaña aberración literaria, debemos hacer un alto, ya no en el beso forzado del jefe del fútbol en la boca de Jenni Hermoso, con sus manazas sujetando la cara para que no le hiciera una cobra, sino en el gesto que el presidente de la Federación de Fútbol hizo desde el palco junto a la Reina y a la Infanta Sofía, sujetándose las bolas aludiendo, imagino, a los cojones que demostraron las jugadoras del equipo español al marcar el gol. 

Tener un machirulo que gana dos mil euros al día por dirigir el fútbol español debería, al menos, exigirle un comportamiento ejemplar, aunque ya se sabe que ejemplar hoy en día significa ser desde un huido de la justicia como llave del Gobierno, hasta disponer de un patrimonio inmobiliario comprado con la viruta de los ERE, como la recién galardonada con la Cruz de plata de la Guardia Civil, la mejor directora de la Benemérita en toda su historia, tal y como la definió Marlaska, el ejemplar ministro de Interior del ejemplar presidente en funciones, Pedro Sánchez. Así que lo de Rubiales sujetándose los machos mientras celebraba el gol al lado de una menor de edad, que encima es Infanta de España, debería significar su inmediata destitución del chollo que preside. Pero vamos, olvídense de ver algo así en la jaula circense que manejamos en esta España desconfigurada por completo. 

Mientras los medios internacionales, desde Le Figaro a CNN, continúan denunciando el beso forzado en la boca con Hermoso, gesto que jamás se produciría en cualquier otro entorno laboral entre el presidente de una empresa y una de sus empleadas, lo de agarrarse los huevos en el palco representa ese carácter cañí y reprobable de un tipo que bien podría estar vendiendo cupones de descuento de un lupanar del que se lleva comisión por cada polvo que viene de su parte. El presidente Rubiales ha declarado que se trataba de un pico sin maldad, porque es verdad que maldad de malicia tampoco parece haber, pero no se trata de eso, sino del estereotipo vulgar y machote que representa al fútbol español por el mundo con un sueldo que, sin maldad, bien podría exigirle al menos tener las manos fuera de sus cojones y la boca cerrada. 

La fuerza mediática de nuestro país ya se ha puesto la pila en blanquear el comportamiento de Rubiales. Los periódicos deportivos, los canales de televisión que obedecen al talonario institucional, y demás figuras de nuestra memez periodística, se esfuerzan desde este domingo en comparar lo de Rubiales con el beso de Iker Casillas a su novia de entonces, Sara Carbonero, cuando la selección masculina ganó el mundial, o de tildar de momento emocionante el desliz del presidente, como si se hubiera puesto tontorrón ante una de las jugadoras que acababa de ganar la estrella, y el tipo, emocionado, se vino arriba para plantarle un chusco en plan Torrente en un ‘aquí te pillo aquí te mato’, que tanto ha deshonrado la gesta de la jugadoras.

Así que buscando razones por las que debería dejar su lujoso cargo, aquí van tres: por plantarle un beso en la boca a una jugadora sujetándola la cara para que no se escape, feminismos aparte; por agarrarse los huevos al lado de una menor en el palco, y por haber conseguido con su comportamiento soez y asqueroso mancillar el triunfo del fútbol español, representado en esta ocasión por la selección femenina. Luego si quieren valoren lo de las orgías, las grabaciones a políticos con su jefe de gabinete, lo del piso aquel, lo de Piqué y la Supercopa en Arabia Saudí, lo de su tío, lo del enchufe de la modelo Brigit Tenorio, lo de las dietas, o algún que otro escándalo que no recuerdo. Creo que hay razones suficientes para que este señor, exjugador del Levante y millonario por chollo divino, se vaya por la puerta de atrás lo antes posible. ¿O es que tiene algún tipo de protección con el sátrapa de Moncloa? 

Si es que no podemos estar en mejores manos. 

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