THE OBJECTIVE
Alfonso Javier Ussía

Las nuevas tetas de Amaral

«Sería mucho más revolucionario salir a cantar con un burka o con alguna de las prendas que sufren las mujeres allí donde su libertad sí que brilla por su ausencia»

Opinión
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Las nuevas tetas de Amaral

Amaral a pecho descubierto.

Me pincho y no sangro. Qué emoción, qué momento, qué generosidad la de la maña. Ahora resulta que vivimos en un mundo en el que no podemos enseñar las peras,  y ella, valiente, arriesga su cuerpo y su bienestar por los derechos de las mujeres a enseñar sus tetas sin miedo a un porrazo, una mirada tóxica, un deseo o una multa.

La verdad es que las tetas de Amaral son estupendas, y ojalá este gesto tan bravo convenza a muchas otras mujeres para que, tomando su ejemplo, vayan con las tetas al aire como quien enseña un codo o la muñeca. Acabaría con esa gran mentira del wonder bra y de todos los trucos que sirven para aparentar unas tetas que luego no son.

A mí, personalmente, que un hombre o una mujer vaya con los pechos al aire me da un poco de asquete. Nunca me gustó ver a Iggy Pop con su tableta llena de cicatrices como tampoco a Anthony Kiedis por mucho que me gustaran los Red Hot Chilli Peppers. No se trata de un tema de libertades o derechos, sino todo lo contrario, de estética.

Quieren cargarse de un plumazo la belleza de la conquista, la batalla por desabrochar, descubrir el tesoro guardado bajo una prenda de ropa, que, en muchas ocasiones, sirve para engañar lo que realmente esconden, pues al desprenderse de sus colgadores mágicos, las tetas caen hacia abajo como dos pelotas rellenas de plomo en su base o tienen forma de maracuyá pasado. Esa ubres, senos, pechos, tetas, o como quieran decirle, tan distintas de una mujer a otra, siempre han estado mucho mejor escondidas de miradas indiscretas que al aire de los vientos naturales, pero si enseñarlas sirve para luchar por las libertades de la mujer, bienvenida sea esta nueva medida revolucionaria. Todo lo que sea por apoyar los derechos de la mujer. Faltaría más. 

Recuerdo cuando pasó lo de la teta de Sabrina en la Nochevieja de 1987, y la enorme sonrisa inocente que llenó mi cara ante el primer seno serio que veían mis ojos. Aunque también ocurrió en prime time en la Superbowl de 2004 por la teta de Janet Jackson descubierta a propósito por Justin Timberlake. Momentos decisivos de la teta en la televisión. Pero hoy, en 2023, creo que eso de sacar un par de tetas al escenario se hace porque a una le da la gana y se siente guapa, libre, o lo que sea, pero sólo reivindica su decisión de poder hacer lo que quiera.

«Es divertido ver ahora a los periodistas ideológicos de derechas sacando todo tipo de métricas absurdas alegando el gesto de la maña a su mala fortuna actual»

Todo este movimiento de tetas fuera viene por la interrupción del concierto de Rocío Saiz en Murcia, cuando un policía energúmeno obligó a la cantante a taparse las peras. Al día siguiente el policía fue multado y expedientado, porque España, por mucho que se empeñen algunos voceros, es un país en el que no está prohibido enseñar las tetas. Otra cosa es que el policía quisiera interrumpir el concierto de Rocío Saiz por lo mal que canta, cosa que habría estado completamente justificado, sobre todo, porque lleva diez años haciendo la misma versión del Como yo te amo que cantaba Rocío Jurado y que no tenía necesidad alguna de enseñar las tetas, porque cantaba como la diva que era.

Así que la decisión de interrumpir el concierto de Murcia debió quedar muy clara desde el principio: se interrumpe por la memoria de Rocío Jurado y el ayuntamiento penalizará a Rocío Saiz, junto al energúmeno miembro de la policía local, por mancillar el honor de la de Chipiona y del pobre Manuel Alejandro, que compuso ese famosísimo tema junto a su mujer, Purificación Casas. Eso sí que hubiera sido un gesto del todo comprensible y aplaudido por el atónito público. 

Eva Amaral es una cantante fabulosa, que además de tener unas tetas estupendas, no necesita de ningún gesto de provocación ni para vender discos ni llenar conciertos. Es divertido ver ahora a los periodistas ideológicos de derechas sacando todo tipo de métricas absurdas alegando el gesto de la maña a su mala fortuna actual. Eva lleva siendo 25 años una pedazo de artista y eso no lo van a cambiar los inquisidores de este gesto que han llenado titulares de la prensa yeyé desde que se descubriera así de natural en el Sonorama Ribera.

Tampoco me parece que sea jugarse la vida, precisamente, creo que sería mucho más revolucionario salir a cantar con un burka o con alguna de las prendas que sufren las mujeres en los países donde la libertad de las mujeres sí que brilla por su ausencia. Pero en España, a pesar de por el terrible calor que azotaba la semana pasada nuestro suelo, no creo que vivamos una censura sobre el destape que sirviera para reivindicar mucho más que la alegría regalada al género masculino, que llevaba mucho tiempo preguntándose cómo serian las tetas de Eva Amaral. Unas tetas, que por cierto, parecen mucho más grandes de las que antaño se escondían bajo sus cortos y finos trapos. Cosas de la ciencia. 

Quizá el problema de Eva Amaral es que lleva mucho tiempo viviendo en Chueca, y claro, uno no termina de entender muy bien qué es lo que tiene que hacer para apoyar los derechos LGTBI siendo uno de los barrios de Madrid donde arrasó el PP. Puede que entonces entendamos un poquito mejor este barullo que crean los medios subvencionados. Lo que sí propongo a todas las mujeres que quieran defender sus derechos y libertades, y al toque para dejar de engañar al personal con el tamaño y forma de sus tetas, es que sigan el ejemplo de Eva y dediquen el resto del verano a cantar enseñando sus pechos. Los hombres heteros, desde luego, estaremos encantados de admirarlas. Y si cantan cómo Eva Amaral, encima disfrutaremos de un concierto cojonudo. 

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