Igualdad ataca la «agresión» de Rubiales pero calla sobre las últimas violaciones grupales
Irene Montero, Victoria Rosell y Ángela Rodríguez ‘Pam’ no señalan a las ‘manadas’ en su semana más reivindicativa
Esta semana el discurso público ha estado marcado por el beso de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a Jennifer Hermoso, flamante campeona del mundo con la selección. En la cruzada contra el autor del polémico gesto ha tenido un papel protagónico el Ministerio de Igualdad, que a través de sus dirigentes tildó el beso de «violencia sexual» y ha sido muy vehemente en la denuncia de los hechos. Sin embargo, no ha tenido nada que decir ante la reciente oleada de violaciones grupales, que ha contado con al menos siete víctimas, y ha conmocionado a gran parte del país.
El pasado domingo, después de que la selección femenina española derrotase a Inglaterra en la final del Mundial (1-0), Rubiales dio un pico en los labios a la centrocampista Hermoso en el marco de la entrega de medallas. «No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ‘que pasa’. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí», denunció la ministra de Igualdad en su cuenta de X -antes Twitter- poniendo en valor su polémica ley.
De sus más de una decena de mensajes dedicados al tema, destaca uno en el que Montero carga contra el «silencio»: «El silencio no ha funcionado y tampoco funcionará desacreditar a la víctima, a sus redes de apoyo y a la demanda social feminista por la garantía del derecho a la libertad sexual». «Solo sí es sí», remata.
Sus adláteres en el Ministerio, Ángela Rodríguez Pam o Victoria Rosell, acompañaron a la ministra en su denuncia. Ninguna de ellas, sin embargo, ha tenido nada que decir sobre las siete violaciones grupales que han concomitado en el tiempo con el beso robado que ellas mismas han tildado de «violencia sexual».
La primera, secretaria de Estado de Igualdad, celebró que «en este país la violencia sexual es algo que se señala y se rechaza». La otra, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, empleó el mismo término, «violencia sexual», para referirse a este polémico incidente. Sin embargo, ambas pasaron de puntillas por las manadas de magrebíes y otras violaciones registradas.
Las violaciones grupales
Las siete violaciones grupales que se han producido recientemente han sido muy comentadas esta semana. Justo ese mismo domingo, mientras el polémico beso copaba la atención mediática, cinco individuos eran detenidos por la Policía Foral de Navarra por agredir sexualmente a una mujer en Tudela, después de que la propia víctima denunciase los hechos. Los cinco chicos tienen entre 19 y 33 años y al parecer uno de ellos tenía una relación con la agredida.
En Málaga, un hombre está siendo investigado por un delito contra la libertad sexual y se le ha impuesto como medida cautelar una orden de alejamiento de la presunta víctima, mientras que la causa sigue su investigación por parte de este órgano judicial. Este joven, de 26 años y de origen marroquí, fue arrestado por la Policía Local en Málaga como presunto autor de una agresión sexual a una chica veinteañera, a la que conoció en una caseta del recinto ferial de Cortijo de Torres.
También en Albocasser (Castellón), otro hombre fue arrestado por agredir presuntamente a otra mujer durante las fiestas de la localidad. Mallorca es otro de los escenarios en los que los casos de agresión sexual por parte de manadas de extranjeros hace que se hable de un turismo de violaciones. El Govern ya ha alarmado del impacto negativo que está suponiendo en Europa esta oleada de sucesos, pues está afectando al destino de manera considerable. En Magaluf ocho jóvenes fueron detenidos como supuestos responsables de violar a una turista de tan solo 18 años en un hotel de la localidad.
En Monforte de Lemos (Lugo), otros dos individuos fueron acusados de agredir sexualmente a dos mujeres de 17 y 18 años. Uno de los autores, que todavía no ha cumplido la mayoría de edad, se encuentra internado en un centro. En total suman siete agresiones en apenas una semana, a la que hay que sumar una investigación abierta por los Mossos el pasado lunes después de que una mujer haya denunciado haber sido violada en su propio domicilio en Barcelona.
Auge de violaciones
Las violaciones subieron un 53% en 2022, según el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, que compara los datos con 2019, el año previo a la pandemia de Covid-19. Esto, a pesar de que el Ministerio de Igualdad contaba con un presupuesto récord para su departamento, 525 millones de euros. Este, sin embargo, no impidió que en España se dispararan tanto las agresiones sexuales con penetración (1.942) como los asesinatos de mujeres perpetrados por hombres (49).
‘Sólo sí es sí’
En pleno apogeo del caso Rubiales, Irene Montero ha reivindicado su ley del sólo sí es sí, que ha beneficiado a más de mil violadores y pederastas (1.127 rebajas de penas y 115 excarcelaciones). «El silencio no ha funcionado y tampoco funcionará desacreditar a la víctima, a sus redes de apoyo y a la demanda social feminista por la garantía del derecho a la libertad sexual. Solo sí es sí», reivindicaba la ministra.
Horas después de su mensaje, trascendía que un hombre de 58 años excarcelado recientemente por la aplicación de la ley del solo sí es sí intentó violar presuntamente a una mujer que se dirigía a su trabajo el pasado lunes en Sevilla. Se trata del primer caso de un agresor beneficiado por la norma promulgada por el Ministerio de Igualdad en volver a reincidir. De nuevo, silencio absoluto por parte de sus representantes, que sólo han tenido ojos para Rubiales esta semana.